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Opinión

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El segundo trienio

El dato del indicador oportuno de actividad económica para el mes de diciembre del año pasado que dio a conocer el Inegi (un crecimiento nulo respecto al mes de noviembre y una caída de 0.2% respecto a diciembre de 2020) confirma que después del rebote de la actividad económica durante el segundo trimestre del año pasado, la actividad económica prácticamente estuvo estancada durante la segunda mitad de 2020. Lo observado en el primer semestre fue solo eso, un rebote tibio y efímero, no una recuperación.

Peor aún, después de la caída del PIB en el tercer trimestre de 0.4% (respecto al segundo trimestre), si se confirman los datos del IGAE, el PIB también se habría contraído en el cuarto trimestre en 0.5 por ciento. Para todo 2021, el PIB solo habría crecido en alrededor de 5%, muy lejos de recuperar el nivel de 2018 después de la contracción de 0.4% en 2019 y de 8.5% en 2020. Así, en el primer trienio de este gobierno, la caída acumulada del PIB habrá sido de 3.6%; en términos del PIB por habitante, la contracción acumulada habría sido de 7 por ciento.

Dada la pésima evolución de la actividad económica durante el segundo semestre del año pasado, es que se han revisado a la baja las proyecciones de crecimiento. Por ejemplo, en la encuesta realizada por Citibanamex la semana pasada, la mediana de crecimiento esperado para este año es de 2.5%, significativamente menor al 4.1% proyectado por el gobierno.

Uno podría decir, “lo pasado, pasado” (“bygones are bygones”) y mejor veamos hacia adelante. Por lo que sucedió durante los primeros tres años de su gobierno, si el presidente estuviera efectivamente comprometido con un futuro más promisorio para los mexicanos, corregiría varias de las decisiones que ha tomado, mismas que afectaron negativamente la actividad económica y, peor aún, redujeron el potencial de crecimiento de la economía, inclusive por debajo del 2% de crecimiento promedio durante el periodo 1983 - 2018. Haber violentado el Estado de derecho e inhibir la inversión en capital físico cuesta y mucho y, desde una perspectiva de más largo plazo, haber desdeñado la educación de calidad en todos los niveles de escolaridad, como lo ha hecho, con el consecuente impacto negativo en la inversión en capital humano cuesta todavía más; un país con bajos niveles de capital humano no puede alcanzar niveles elevados de desarrollo.

Pero no. Con un diagnóstico equivocado del porqué el crecimiento pasado fue en promedio tan bajo, cada vez más alejado de la realidad viviendo en un universo paralelo y pensando que es posible regresar a un modelo económico similar al que existía en la década de los setenta del siglo pasado (una economía cerrada y petrolizada con empresas gubernamentales obesas e ineficientes en el sector energético) y un poder político centralizado y sin contrapesos, es claro que no va a corregir muchas de las decisiones que ha tomado. Más aún, va a seguir tomando decisiones equivocadas que reforzarán las causas por las cuales se ha reducido el potencial de crecimiento.

Hacia el futuro cercano destacan dos variables que derivarían en un menor crecimiento. La primera es que la reforma eléctrica sea aprobada en el Congreso; sería una daga clavada directo en el corazón de la economía: menor inversión, mayores costos de producción de todos los bienes y servicios, pérdida de competitividad internacional, presiones crecientes sobre las finanzas públicas, violación de diferentes tratados internacionales con las consecuentes demandas de indemnización y represalias y el empobrecimiento de la población.

Segunda, aún sin la reforma eléctrica, habrá presiones cada mayores sobre las finanzas públicas. Más recursos para Pemex, mayores subsidios a la CFE, más recursos a los militares, costo cada vez mayor de pensiones, etcétera, habiéndose ya derrochado todos los guardados y los fondos en fideicomisos y cancelado innumerables programas. El déficit fiscal será cada vez mayor y su financiamiento con endeudamiento interno y externo desplazará a la inversión privada.

El primer trienio fue malo; no espere que el segundo sea mucho mejor.

Twiteer: @econoclasta

Economista y profesor. Caballero de la Orden Nacional del Mérito de la República Francesa. Medalla al Mérito Profesional, Ex-ITAM.

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