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La prensa después del nuevo coronavirus
Éramos muchos y parió la abuela, decían los antiguos para referirse a una situación difícil que, de súbito, se ponía peor. Eso ocurre con el coronavirus y los medios informativos: llegó a complicar más las cosas en un momento en que la industria ya la pasaba mal.
El coronavirus puso a las empresas de medios informativos contra la pared. No es una exageración: la crisis económica que provocará la nueva enfermedad agudizará la crisis que ya vivía la industria para adecuarse a la concentración de la inversión publicitaria en manos de Google y Facebook; la mayor competencia digital de nuevos y viejos protagonistas; el cambio de hábitos de los consumidores de noticias hacia formatos digitales y bajo demanda, y la reducción del presupuesto de publicidad oficial federal.
Veamos la nueva situación a detalle.
1. Más audiencia, menos ingresos por publicidad. La emergencia por el coronavirus ha creado un fenómeno inédito: hay más atención a los contenidos informativos, mayores tráficos a los sitios de noticias en línea y más rating de los noticieros de radio y televisión, pero nada de eso se traduce en mayores ingresos por publicidad.
Las audiencias de todos los medios crecen: en digital, Comscore ha detectado 25% de aumento promedio para los sitios de noticias; en televisión, Nielsen Ibope México informó de un crecimiento del rating de 10.11 puntos entre el 23 y el 29 de marzo; en la radio, la mexicana INRA registró un aumento de 12% del rating.
Nielsen Ibope México registró una disminución total de las campañas publicitarias en televisión, radio, prensa y revistas de -33 por ciento: antes de la emergencia sanitaria había 243,921 campañas corriendo en medios; durante la contingencia, el número bajó a 162,613. La radio, muestra una caída de -31% en el número de campañas; prensa, -33% y la televisión, -35 por ciento.
Este fenómeno no ocurrió durante la alerta sanitaria de 2009 provocada por la gripe AH1N1, cuando la publicidad “mostró crecimiento en televisión, radio y revistas”, según Nielsen Ibope.
2. Enclaustrados sin —tanta— necesidad de consumir. Aumenta el volumen de consumidores de los medios, pero disminuye la publicidad. Por una parte, las marcas evitan relacionar su imagen con el coronavirus; por otra parte, la actividad en los espacios públicos se ha detenido o disminuido considerablemente, como consecuencia de los llamados a permanecer en casa o por órdenes públicas para el cierre de zonas comerciales de alta confluencia o de productos no esenciales.
El uso de transporte público en México ha visto una caída de afluencia de 47%, mientras que en las oficinas la presencia de personas ha disminuido por lo menos 20%, de acuerdo con el informe de movilidad Covid-19 Community Mobility Report de Google. La permanencia en los domicilios particulares aumentó 11 por ciento.
Con los centros comerciales y las tiendas departamentales cerradas, ¿quién necesita publicidad? Mientras dure la emergencia, las cifras reflejarán “la poca actividad” de las diferentes industrias, alerta Nielsen Ibope.
3. Los riesgos de seguir produciendo y entregando. Para los medios impresos (periódicos y revistas) la emergencia sanitaria supone el reto de seguir fabricando productos físicos, en un proceso industrial que implica mantener una planta de trabajadores arriesgando su salud.
En estas semanas, distintos medios impresos suspendieron la publicación de sus ediciones impresas, para concentrar recursos en digital. En la lista se encuentran los capitalinos Récord y La Crónica y los poblanos El Popular, Intolerancia, La Opinión y Cambio. Otros, como El Sol de México, han informado de una reducción del número de páginas y de elementos como el color.
Y se trata también de vencer el temor de lectores y suscriptores a tener contacto con el papel, a pesar de que no hay evidencia de que el coronavirus se transmita a través de productos con base en celulosa (periódicos, revistas, papeles, empaques).
4. Es una crisis generalizada, que afecta también a proveedores. Scribe, subsidiaria de Bio Pappel, la productora de papel más grande de México, aumentó 25% el precio del papel para producir periódicos, debido a diversas alteraciones en la cadena de suministros. Mayores costos implicarán mayores complicaciones financieras para los que sigan fabricando periódicos y revistas.
5. El menor número de empleos en 10 años. El sector registra el menor número de plazas de trabajo desde el fin de la Gran Recesión de 2008-2009 y la tendencia muestra que seguirá achicándose. La reducción se profundizó con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones de julio de 2018 y se aceleró en la segunda mitad de 2019. Hemos visto recortes en medios de todo el país, sin importar tamaño ni segmento y en todas sus modalidades: reducción de plazas, vacantes no cubiertas y tabuladores salariales achatados, además de otras fórmulas de reducción de nómina.
Las empresas de medios atraviesan una tormenta perfecta. Es una lucha por la supervivencia, que implicará mucho más que sólo evitar el contagio en las finanzas corporativas. Para muchos medios, la emergencia sanitaria obligará a adelantar la toma de decisiones sobre reconversión de modelos de negocio y de transformación digital. Deberán hacerlo rápido y con precisión: decisiones precipitadas o equivocadas pueden dañar sus activos más valiosos: la ética periodística, la credibilidad y la independencia.