Lo que no mata a Trump, lo hace más fuerte

La decisión de la Corte Suprema de Colorado de impedir que el nombre de Donald Trump aparezca en las boletas de votación de la elección primaria en ese estado el 5 de marzo, se aplica solamente a Colorado, pero su relevancia no se debe solamente a su alcance territorial, sino al precedente legal que estableció y eso sí se puede aplicar a todo Estados Unidos. 

Los argumentos en juego

Esta decisión es muy importante porque por primera vez una corte de justicia en Estados Unidos hizo un desglose legal para definir el cargo de insurrección en contra del expresidente.

Donald Trump está enfrentando 91 cargos criminales en cinco diferentes juicios ventilándose en 4 jurisdicciones del país; la ciudad de Nueva York, el Distrito Federal del Sur de Florida, el Estado de Georgia, y el Distrito Federal en Washington DC. Pero ninguno de esos cargos es por sedición, o insurrección.  Consecuentemente al final, ninguno de esos cargos le impediría ser presidente.  Pero la decisión de Colorado es la única que, si pudiese descalificarlo, porque es la única que lo acusa de insurrección.

¿De qué es culpable Trump? 

De acuerdo con los jueces en Colorado:  “de haber motivado la insurrección que resultó en el ataque al Capitolio el 6 de enero del 2021”. 

Recuerde usted que ese día en el capitolio nacional en Washington DC se reunía el Colegio Electoral Nacional para certificar los resultados de la elección presidencial del 2020.  Trump alegó desde entonces, y sin fundamentos comprobables, que la elección le había sido robada, y que el colegio electoral estaba por certificar a Joe Biden que en realidad era el perdedor.

Al interrumpir la certificación de la elección en Washington, Trump intentaba alterar la emisión oficial de la elección y además crear caos. Esa pura intención de acuerdo con los jueces en Colorado, es actuar en contra del interés nacional de Estados Unidos y por lo tanto es un acto de sedición.   

La Corte Suprema en Colorado con su decisión validó lo que una corte estatal de Distrito de Colorado había ya dictaminado.  En primer lugar, que de acuerdo con la enmienda catorce de la Constitución de Estados Unidos, Trump había incitado y participado en una insurrección.  

Y dos, la corte menor no se pudo poner de acuerdo sobre si la tercera sección de la enmienda catorce se podía aplicar a los presidentes, o solo a los funcionarios públicos. 

La enmienda 14 de la Constitución estadounidense

La tercera sección de esta enmienda fue modificada en 1868, inmediatamente después del final de la guerra civil en 1865.  

La intención de estos cambios y adiciones a la constitución fue impedir que los líderes del movimiento confederado, que había pretendido independizarse de la Unión y formar en el sur un país independiente, regresaran como candidatos políticos o como líderes militares.  

El espíritu de la tercera sección de la enmienda 14 fue impedir que los traidores retomaran el poder en Estados Unidos. “impidiendo que los rebeldes, se conviertan en funcionarios “officers” del país.

Las cortes en los estados que consideraron invocar la enmienda 14 en el caso de Trump no se han podido poner de acuerdo sobre si el presidente es un funcionario público, o si ese alto cargo pertenece a una categoría única. 

Los tribunales de los estados de Michigan y Minnesota terminaron renunciando a su intención de sacar el nombre de Trump de las boletas electorales precisamente por ese único desacuerdo.  

Pero ahora los jueces en Colorado establecieron un precedente basado en que el presidente de Estados Unidos asume sus responsabilidades jurando… “Proteger y defender a la Constitución de los Estados Unidos”.  Y por lo tanto es un funcionario público a quien se le puede aplicar el impedimento de ocupar un cargo público en Estados Unidos, en casos en que sea encontrado culpable de insurrección.

De acuerdo con los jueces en Colorado, Trump al no cumplir con el juramento de proteger y defender a la Constitución de Estados Unidos, se convirtió en un rebelde cuyas acciones son claramente actos de insurrección en contra del país.

El rol de la Corte Suprema de Estados Unidos

Los jueces en Colorado anticiparon que Trump apelaría a la Corte Suprema de Estados Unidos, y dejaron libre un plazo razonable para que la Corte Suprema nacional decida si revisa o no el tema.  

El único problema que existe para esto es que la Corte Suprema de Estados Unidos necesitará emitir algún tipo de dictamen antes del 5 de enero, porque esa es la fecha límite para que Colorado cierre el proceso que determinará quienes son los candidatos que aparecerán en la boleta de la elección primaria el 5 de marzo.

Los jueces en Colorado saben que tienen límites, y por eso tomaron la precaución de afirmar que solo con que la Corte Suprema en Washington, D.C., acepte revisar el caso, el nombre de Trump podrá seguir en la boleta de votación.  

El efecto político de Colorado es muy pequeño

El estado de Colorado estando en el oeste es y ha sido en la historia reciente de persuasión demócrata. Si Trump lo perdiera, no perdería nada.

La elección primaria en Colorado será el super-martes 5 de marzo. Le llamamos supermartes porque en un solo día votará un número grande de estados y territorios, que incluyen a:  Alabama, Alaska, Samoa Americana, Arkansas, California, Colorado, Iowa, Maine, Massachusetts, Minnesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah, Vermont y Virginia.

Ese día se anticipa que el gran ganador será Trump, por el partido republicano. Colorado es un estado demócrata, si Trump lo perdiera, su candidatura en realidad no sería afectada negativamente.

Sin embargo, como en todo lo importante, no hay que pensar que esto no tiene otras consecuencias que podrían ser más que relevantes.

Como decíamos en un principio Colorado, es el primer estado en descalificar a Trump, pero esa acción puede alentar a estados a buscar un camino similar. De hecho, los estados que han desechado la idea podrían reconsiderar y buscar una acción legal similar a la de Colorado. 

Ese es el verdadero daño que esta decisión legal le hace a Trump, realentar un proceso que parecía terminado y que hoy, con esto, podría reanimarse.

El último punto debe ser para la tarea que la Corte Suprema Nacional tendrá en este caso.  

El máximo tribunal de Estados Unidos está dominado por 6 jueces conservadores, 3 de los cuales fueron nominados por el mismo Trump durante su presidencia.  La Corte tiene solo 3 jueces liberales, eso podría anticipar una decisión a favor de Trump.  Pero los 9 magistrados son muy hábiles para dejarse llevar en un caso de esta naturaleza.  Lo que muchos juristas anticipan, es que el fallo será a favor de que los que decidan lo que ocurre en esta elección sean los votantes de cada estado; no los jueces.

Por eso, decimos que, en este caso, lo que no mata a Trump lo hace más fuerte.