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Los factores de incertidumbre en los mercados
Mientras unos piensan que las principales economías van en franca recuperación y les preocupan las presiones inflacionarias, otros piensan que aún no salimos de los efectos adversos de la pandemia
Para todo aquel que ha estado participando en los mercados ya sea de deuda, accionarios, divisas o materias primas, le queda más que claro la fuerte volatilidad que se ha vivido, particularmente en fechas recientes, donde los mercados ya no se guían por las reglas o patrones tradicionales, y así, vemos fuertes movimientos en sus cotizaciones, muy comúnmente contrarios a lo que esperaría el consenso de sus participantes.
Son diversos los factores que mantienen a los inversionistas ocupados en los mercados.
En primer lugar, está la expectativa de crecimiento económico: ya que mientras algunos opinan que la recuperación de las economías más grandes del mundo será fuerte y sostenida, otros opinan que aún hay factores de debilidad importantes, como es el caso reciente de los rebrotes de Covid en Europa con nuevas cepas o variantes que han generado nuevas restricciones y representan un obstáculo al crecimiento económico global.
Por lo pronto, los pronósticos de crecimiento para Estados Unidos oscilan entre 5.1 y 6.5% para este año, mientras que para China esperan sea de un 8.1%, para estabilizarse el año entrante y quedar en 2.5 y 5.6%, respectivamente; sin embargo, la sombra de la pandemia genera incertidumbre sobre la posibilidad de que estos pronósticos se pudieran llegar a cumplir.
Otro de los factores tiene que ver con la política monetaria laxa que han seguido los principales bancos centrales del mundo, donde el nivel de tasas se ha ubicado en niveles prácticamente de cero y se han inyectado cantidades impresionantes de dinero a los mercados, lo que ha provocado distorsiones en sus cotizaciones derivadas de la enorme liquidez con que cuentan los fondos de inversión que andan a la caza de oportunidades de mercado.
Tan solo para que se den una idea, de los 1.9 billones de dólares del plan de alivio económico implementado por la Administración Biden, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha logrado entregar entre el 11 y el 17 de marzo, aproximadamente el 60% de los cheques prometidos a las familias norteamericanas por un monto estimado de 242,000 millones de dólares, de los cuales, y según reporta la correduría Goldman Sachs, alrededor de 68,000 millones de dólares se habrían destinado a la renta variable a través de fondos de inversión o fondos negociados en Bolsa (ETF´s) lo que ha significado que todas las categorías de inversión han sufrido aumentos netos de flujos de capital, según concluye su informe.
Curiosamente y a pesar de que la política monetaria ha sido laxa y a la liquidez que hemos comentado, las tasas líderes de los mercados han tenido un fuerte incremento en sus rendimientos en el mercado secundario como es el caso del Bono a 10 años en los Estados Unidos, que ha visto aumentar su rendimiento en forma considerable las últimas 7 semanas para ubicarse en niveles de 1.74%, cerca del nivel más alto de los últimos 14 meses.
Mientras algunos piensan que las principales economías van en franca recuperación y les preocupan las presiones inflacionarias, razón por la cual han aumentado las tasa de interés, otros piensan que aún no salimos de los efectos adversos de la pandemia y la recuperación de la demanda es aún frágil, tal y como pudimos observar con las cotizaciones del petróleo la semana pasada al verlo caer 6.5% en el caso del Brent y 6% al WTI.
Por lo pronto, la Reserva Federal de Estados Unidos anunció en su reunión de política monetaria que mantendría su tasa de referencia en niveles cercanos a cero hasta el 2023, elevó su expectativa de crecimiento del PIB al 6.5% y mantuvo su programa de compra de bonos de deuda mensual por 120,000 millones de dólares, lo que se tradujo en que el S&P 500 y el Dow Jones alcanzaran niveles récord la semana pasada.
Todo lo anterior se ha traducido en fuerte volatilidad en los mercados de divisas, deuda, accionarios y materias primas, y los nuestros no han sido la excepción.
¿Qué rumbo tomaran finalmente los mercados? Nadie lo sabe. Lo que es un hecho, es que la incertidumbre seguirá siendo la constante.
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