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Opinión

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Los motores del crecimiento están echando chispas

La importante revisión a la baja del Fondo Monetario Internacional de su Perspectiva de la economía mundial 2022, apenas un trimestre después del año calendario, ha generado titulares y preocupaciones en todo el mundo. Pero no menos importante es el pronóstico sombrío para 2023, que implica una crisis más amplia de los modelos de crecimiento imperantes.

CAMBRIDGE – La versión revisada de Perspectivas de la Economía Mundial (WEO) del Fondo Monetario Internacional es aleccionadora. Es raro que la organización revise drásticamente a la baja sus proyecciones de crecimiento económico apenas una cuarta parte del año calendario. Sin embargo, en este caso, lo ha hecho para el 86% de sus 190 países miembros, lo que ha resultado en una disminución de casi un punto porcentual en el crecimiento mundial para 2022, del 4.4 % al 3.6 %. Además, este pronóstico viene acompañado de un aumento significativo en la inflación proyectada, y todas estas malas noticias están envueltas en un embalaje de mayor incertidumbre. Hay un sesgo a la baja en el balance de riesgos, y se espera que la desigualdad empeore tanto dentro como entre países.

La revisión del documento publicado por el FMI ha generado mucha atracción entre los medios. El enfoque, comprensiblemente, está en el tamaño relativamente grande de las revisiones para el año en curso, la mayoría de las cuales están asociadas con los efectos económicos perjudiciales de la invasión rusa de Ucrania. La guerra ha inestabilizado o interrumpido suministros de maíz, gas, metales, petróleo y trigo, además de hacer subir el precio de insumos críticos como los fertilizantes (que están hechos de gas natural).

Estos desarrollos han provocado advertencias de una crisis alimentaria mundial que se avecina y un aumento severo del hambre en el mundo. Dada la escala de las interrupciones, no me sorprendería que el FMI emitiera una nueva revisión a la baja de sus proyecciones de crecimiento, particularmente para Europa, a finales de este año.

Pero por importantes que sean estos efectos para 2022, especialmente cuando se trata del impacto en los segmentos vulnerables de la población y los países frágiles, también debemos prestar atención a las perspectivas para 2023 del FMI. La proyección para el próximo año apunta a un problema de mediano plazo no menos importante: la pérdida de potencia de los modelos de crecimiento a nivel mundial.

El FMI no espera que su importante revisión a la baja en el crecimiento económico mundial para 2022 se compense en 2023. En cambio, ha reducido su pronóstico para el próximo año del 3.8 % al 3.6 %, y esas revisiones se aplican tanto a las economías avanzadas como a las en desarrollo.

La implicación es que los motores económicos del mundo están chisporroteando. Este problema es especialmente preocupante en un entorno operativo tan fluido, porque significa que los modelos de crecimiento prevalecientes no están a la altura de la tarea de impulsar a las economías a través de shocks negativos imprevistos. Para empeorar las cosas, los mismos modelos tampoco han logrado mantener un nivel decente de crecimiento inclusivo durante períodos de menor estrés.

Tres importantes acontecimientos seculares son los culpables de la tibia perspectiva: la naturaleza cambiante de la globalización; la dependencia prolongada de los impulsores del crecimiento artificial; y el fracaso a largo plazo para invertir en las fuentes de crecimiento sostenido.

La globalización económica y financiera ha ido evolucionando de tal manera que a las economías nacionales les resulta más difícil aprovechar el comercio internacional y la inversión extranjera directa para el crecimiento interno. Si bien la pandemia planteó dudas sobre la proliferación y las posibles vulnerabilidades de las cadenas de suministro transfronterizas “justo a tiempo”, vale la pena recordar que las restricciones comerciales y de inversión estaban aumentando mucho antes de que surgiera el Covid-19. La guerra comercial entre Estados Unidos y China se caracterizó por el regreso de los aranceles elevados y otras medidas proteccionistas que han generado repercusiones de gran alcance en toda la economía mundial.

Además, estos acontecimientos se han producido en un momento en que muchos países se enfrentan a restricciones políticas más estrictas. Un regreso al estímulo de la política monetaria convencional y no convencional ahora se ve impedido por una inflación alta y persistente.

Como señala el FMI, este nuevo entorno enfrenta a los bancos centrales con compensaciones políticas muy delicadas y problemáticas, y expone a la economía real a los posibles caprichos de la volatilidad de los mercados financieros.

Aunque el alcance de la acción fiscal es menos limitado que el de las medidas monetarias, no está bien distribuido entre los países. Si bien los gobiernos deberían usar la potencia de fuego que tienen para proteger a los segmentos más vulnerables de sus poblaciones, algunos ya enfrentan niveles de deuda preocupantes.

Estos desarrollos coinciden con un período de bajo crecimiento de la productividad en muchos países, que es una función de fallas pasadas y persistentes para invertir en los impulsores del crecimiento genuino, incluida la infraestructura física y el capital humano.

El informe del FMI ofrece un importante recordatorio a los formuladores de políticas de que deben prestar mucha más atención a la generación de innovación, la mejora de la productividad y el fortalecimiento de los demás motores de un crecimiento económico robusto e inclusivo. De lo contrario, el riesgo de estancamiento del crecimiento a mediano plazo será incómodamente alto. En un mundo que ya está sujeto a considerables desafíos climáticos, económicos, financieros, institucionales, políticos y sociales, ese no es un escenario que podamos permitirnos.

El autor

presidente del Queens’ College de la Universidad de Cambridge, es profesor de la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania y autor de The Only Game in Town: Central Banks, Instability, and Avoiding the Next Collapse.

Copyright: Project Syndicate 1995 - 2022

www.projectsyndicate.org

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