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Por qué importa la confianza de la sociedad para el crecimiento económico en momentos de incertidumbre
En las últimas dos décadas se han realizado estudios para encontrar la relación entre el crecimiento económico de un país y la confianza social: específicamente con la confianza en las instituciones expresadas en temas como el Estado de Derecho o en las instituciones políticas o económicas de un país.
Para algunos estudios, la existencia de un fuerte Estado de Derecho puede incluso proteger la confianza social en momentos en que un país es golpeado por un choque externo, tal como el que enfrentamos ahora.
Como todo proceso que involucra a lo social y lo humano, la relación entre la confianza social y el crecimiento económico no es unidireccional. La construcción gradual de una confianza social puede apoyar la creación y consolidación de instituciones fuertes o las instituciones fuertes gradualmente pueden ayudar a construir un mayor nivel de confianza social, dependiendo de circunstancias específicas del entorno.
En una crisis como la que enfrentamos, existe evidencia que el nivel de confianza social de una sociedad tiene efecto en la forma en la que los actores económicos y sociales responden.
En el estudio How Important is Social Trust During the Covid-19 Crisis Period?, de Sharif Mazumderde, se trató de encontrar la correlación entre la confianza social, específicamente la que se muestra a partir de los anuncios de la Reserva Federal, en distintos estados de Estados Unidos; con los retornos obtenidos por las empresas en el mercado de valores.
Los resultados muestran que, aquellos estados en que existe niveles de confianza elevados, son menos susceptibles de requerir los anuncios de la Fed para reactivar la percepción de crecimiento, porque existe confianza en que se cuenta con mecanismos alternos para que las empresas enfrenten de manera adecuada los efectos negativos de la contingencia sanitaria y las restricciones económicas impuestas para contenerla.
Indirectamente el estudio muestra que en aquellos estados en los que se tiene menor nivel de confianza existe más dependencia de las perspectivas de intervención de instituciones gubernamentales para enfrentar los problemas. Ello implica paradójicamente que a menores niveles de confianza institucional existe mayor dependencia de lo que se cree puede ser las medidas gubernamentales o estatales para contener la crisis.
Lo anterior es relevante porque, en países como México en que los niveles de confianza institucional son reducidos (existiendo desconfianza hacia las instituciones, los partidos políticos y los gobiernos), la sociedad pareciera depender específicamente de lo que haga o deje de hacer el gobierno para enfrentar la crisis.
Y ello hace que resulte aún más nocivo el hecho de que, en distintos niveles, la respuesta de la política pública gubernamental sea débil, parcial, confusa o inexistente.
En sociedades como la nuestra, cuando se afirma que la mayor carga del problema está en una sociedad que actúa de forma irresponsable, pareciera que recién descubrimos que ese es un comportamiento generalizado y frecuente de esta sociedad (el que por otro lado lo es en casi cualquier parte del mundo).
Ante la falta de conocimiento científico o de análisis crítico objetivo, que ha sido evidente durante esta crisis en la mayoría de la sociedad y, lamentablemente también, en muchos de quienes representan a las instituciones, pero también ante la falta de contundencia de los mensajes clave para contener la emergencia sanitaria, se hace cada vez más evidente que la sociedad por sí sola, no tendrá una epifanía de autoresponsabilidad de manera espontánea.
Sólo a través de políticas públicas claras y consistentes, será posible contener los efectos de la pandemia y gradualmente establecer mecanismos que regeneren en la confianza institucional y contribuyan el crecimiento económico.