Lectura 5:00 min
Seguridad para la tranquilidad
Desde la plataforma #MejorMarcelo se han presentado una serie de ideas, que se van a detallar en los próximos días, para atender y solucionar el que quizá sea el problema más grave que enfrenta nuestro país: la inseguridad y la violencia. Es cierto que este gobierno ha modificado sustancialmente la política de seguridad, buscando atender causas como la marginación y la falta de oportunidades, en lugar de estrategias que tuvieron una efectividad por demás cuestionable, como la captura o la ejecución de líderes de organizaciones criminales.
Los resultados ya comienzan a ser visibles. Durante este gobierno, la cantidad de robos reportados en el fuero común ha disminuido en 25%, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. También la tendencia creciente de homicidios se ha estabilizado y, la cantidad de homicidios dolosos reportados, disminuyó 9% entre 2018 y 2022. Algo similar se observa para el caso de secuestro, cuya incidencia disminuyó considerablemente.
Sin embargo, el problema de la inseguridad persiste. De acuerdo con el Inegi, a nivel nacional, 61% de la población considera a la inseguridad como la principal preocupación pública. Esto es especialmente problemático para el caso de mujeres, pues 80 de cada 100 se sienten inseguras en su estado de residencia. Además, todavía persisten focos rojos en la seguridad de algunos estados, como Guanajuato, Baja California, Jalisco y Chihuahua que enfrentan altas tasas de homicidios y en otras regiones del país, la incidencia de la extorsión afecta la actividad económica.
En múltiples entrevistas, Marcelo Ebrard ya ha mencionado algunas líneas generales de lo que podría ser su estrategia de seguridad. Para aprovechar las capacidades de la Guardia Nacional como corporación federal de seguridad, que implica una fuerte presencia territorial, así como una mejor coordinación con las autoridades locales y una mayor claridad en la línea de mando. A la Guardia, Marcelo ha propuesto añadirle mayor tecnología y mejor equipamiento, además de alcanzar cobertura completa en certificación y capacitación de actividades policiales, como primera respuesta y uso de la fuerza. Esta visión replica lo que hizo como Jefe de Gobierno, mejorando el equipo tecnológico con el que disponía la ciudad para reducir el crimen e incrementar la capacidad de reacción e investigación de las autoridades. No es menor, si la Ciudad de México hoy goza de condiciones de seguridad es, en parte, gracias al cambio de enfoque sistémico que avanzó Marcelo Ebrard hace más de 10 años.
También ha hablado de mejorar la capacidad de impartir y procurar justicia. Esto es, quizá, el componente más transformador de cualquier propuesta de seguridad y justicia en México. Implica varias cosas. Por un lado, reestructurar el trabajo al interior de fiscalías y ministerios públicos, eliminando lo que algunos especialistas han denominado como el “ritual de los oficios”. Para ello, es necesario incrementar vías expeditas para impartir justicia, como sistemas de sanciones, multas y programas de libertad condicional, para delitos menores, que hoy son los delitos que más consumen recursos en nuestro sistema. Esto reduciría presión a nuestro sistema penitenciario y liberaría tiempo y recursos de las fiscalías y MPs para investigar, brindar respuestas y resarcir el daño sufrido por víctimas. Por otro, también incrementar la capacidad de investigación a través de más recursos, mejor capacitación, creación de nuevas figuras como “detectives” así como más periciales y forenses. Algunos especialistas han incluso mencionado la necesidad de crear una nueva Secretaría de Justicia, dedicada a mejorar las formas en las que hace justicia. Habremos de esperar si Marcelo Ebrard se ha planteado un programa tan ambicioso.
Para la próxima gran década de México, nuestro país habrá de formar mejores policías, particularmente desde el ámbito local. También será esencial combatir al crimen buscando reducir el tráfico ilegal de armas y reforzando a la nueva Agencia Nacional de Aduanas, junto con la UIF-SHCP y la FGR para atender temas como extinción de dominio e inteligencia financiera.
Finalmente, la seguridad pasa por llevar tranquilidad a las mujeres. Podría ser incrementando recursos a la Red Nacional de Protección a Mujeres contra la Violencia, pero también diseñando programas que puedan dar seguimiento a mujeres en situación de peligro, previniendo feminicidios a partir de la detección de alertas previas. Reformas a códigos penales y de procedimiento podrían también visibilizar la incidencia de homicidios con agravante de odio o discriminación, particularmente contra la población LGBTQ+.
Marcelo es el primer aspirante que pone en la mesa un tema tan central como la seguridad en México. En el pasado probó ser un funcionario competente e innovador para atender la violencia y la inseguridad. Habremos de esperar para escuchar qué dice. Es importante esto pues es a partir de las ideas, llevadas a la acción, que México podrá alcanzar uno de sus sueños: la tranquilidad que caracteriza a comunidades de paz.
Twitter: @vidallerenas