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Tamaulipas es la pregunta
En el triunfalismo y la historia que se cuenta el gobierno y su partido con sus otros datos, Mario Delgado, presidente de Morena, salió en medios de comunicación a aseverar que habían ganado 5 de los 6 estados en disputa y que impugnarían Aguascalientes porque existían una serie de irregularidades que llevarían a tribunales. Los presidentes de las otras 2 fuerzas políticas de importancia en el país fueron triunfalistas a su modo y con la evaluación de sus números, pero con el reconocimiento implícito de que habían perdido en coalición o separados en 4 estados, Hidalgo, Oaxaca, Tamaulipas y Quintana Roo.
El asunto no es menor. Hay que decir que lo más importante en democracia es no hacerse de un cargo a como dé lugar, sino saber y reconocer la perdida cuando ésta se da. Reconocer la derrota, es más democrático que impugnar un triunfo. Evidentemente, Mario Delgado no sabe, no quiso o le ordenaron que no reconociera ningún triunfo que no fuera el propio. Pero la cosa no acaba ahí, en la jornada de ayer domingo. Hay muchas más cosas que analizar. Me permito algunas reflexiones.
Salvo el candidato y virtual triunfador en Tamaulipas, Américo Villareal, las referencias a AMLO y la zalamería con la que se expresaron los demás candidatos y el presidente de MORENA es sencillamente una bofetada al sentido republicano y democrático al que aspiramos todos los que no somos morenistas. El culto a la personalidad y el endiosamiento del líder raya en una visión religiosa o en el temor infinito de aquel que se atreva a no tener una actitud reverencial, puede correr el riesgo de perderlo todo.
Durante las últimas 3 semanas, se repitió, se denunció y se advirtió de la ilegalidad en la que incurrían las autoridades federales al ir a hacer campaña en favor de candidatos. Se denunciaron las amenazas que se hizo sobre sectores de la población advirtiendo que de no votar por MORENA perderían beneficios sociales y becas. El aparato de estado estuvo al servicio de las campañas, es una sería regresión de la que nos habremos de arrepentir más pronto que tarde.
Un detalle significativo de los mensajes pronunciados por los candidatos del partido en el poder, el día de ayer, es su unicidad. No hubo en ninguno de ellos, incluido el mensaje de Mario Delgado, una palabra de más que no estuviera alineada con el gobierno federal y, en específico, con el discurso presidencial. Ninguna propuesta en concreto, ninguna estrategia por impulsar, ninguna consideración coyuntural o de contexto geográfico venida de los candidatos virtuales ganadores de la contienda. Una cantaleta que empieza a ser tediosa y aburrida, pero sobre todo que cada día se queda más vacía. A fuerza de repetirse, las cosas no se hacen. Y en este gobierno parece que lo que tienen es una fe ciega al versículo de San Juan en el que dice: “Y el verbo se hizo carne”. Es decir que primero está la idea y luego ésta se materializa. Pues que sigan teniendo fe. Parece que de eso se trata todo en el gobierno: en creer ciegamente... literalmente
Como en veces anteriores, quedó claro donde tiene MORENA sus preferencias: en el sur. El asunto coincide con una realidad más importante: el norte y centro del país han logrado subirse al esfuerzo de México por la modernidad e incluso, puede decirse que se han beneficiado de ello. Estados como Querétaro, Aguascalientes y todos los estados de norte tienden a ser contrarios a las políticas y el discurso del gobierno. En cambio, los estados más atrasados y menos desarrollados están suplicando por las dádivas que el gobierno les ofrece y les convence de manera providencial el discurso presidencial.
Entonces, ¿en Tamaulipas porqué gana MORENA? No tengo la respuesta, pero es posible que el gobierno del actual gobernador y la predominancia agrícola del Estado juegue algún papel. Habida cuenta de que el nombre del candidato deber recordarse por muchos votantes, pues el padre del candidato fue gobernador, bien evaluado, por cierto, hace varios sexenios y entonces un hecho familiar puede que haya jugado a su favor.
La cuestión central sin embargo prevalece, ¿porque seguimos abrevando entre los que ganaron con la modernidad y los que no? La verdadera diferencia en el país, no es morenistas contra los demás, es modernidad, contra tradición. Nada más, pero nada menos también.