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Opinión

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Jaloneos y factores de riesgo en la compra consolidada

El nuevo ejercicio de la compra consolidada de medicamentos está generando gran nerviosismo entre los postores. Se espera que de la gran expectativa derive una vasta participación que genere competencia y el Gobierno mexicano logre los buenos precios que busca, pero siempre hay riesgos; uno de los delicados sería que descarrile la compra, que al final haya baja participación o que no se ajusten a los precios de referencia y que terminen declarándose muchas claves desiertas.

Ello sería terrible, pero hay interesados que eso quisieran, es decir, que anhelan se descarrile este nuevo esfuerzo porque les conviene que continúen las adjudicaciones directas, lo cual significa acuerdos por debajo del agua, falta de transparencia y precios elevados. No son pocos los distribuidores pequeños de varias entidades beneficiados con los precios desmesurados que terminaron pagando las instituciones públicas para cubrir las carencias ante los constantes fracasos de compras consolidadas en los últimos años. Ahí están nombres de nuevos jugadores como Pharma Tycsa y/o Pentamed que fueron de los que crecieron mucho en el sexenio pasado.

Otro riesgo es si los precios de referencia que tiene el nuevo equipo no sean los adecuados; por un lado estarían incluyendo los precios obtenidos en años pasados por medicamentos adquiridos el sexenio pasado sin registro sanitario; o por otro lado, los precios desmesuradamente elevados a los que adquirieron mediante adjudicaciones directas.

Son varios elementos los que deben conjuntarse y darse en equilibrio para que salga bien la compra, y el equipo de Clark está muy concentrado, disciplinado y cuidadoso para lograrlo, pero como es muy corto el tiempo y está al mismo tiempo en varios carriles, que puede no darse a vasto. Al mismo tiempo en que está desarrollando un nuevo modelo de licitación, con objetivos ambiciosos, lo está haciendo a contrarreloj y para dos años (2025 y 2026); simultáneamente, está viendo lo de la negociación para las claves de fuente única, es decir las de patente y todas aquellas para las cuales por diferentes razones existe un sólo proveedor y al no haber competencia no se licitan.

Uno de los problemas, según nos enteramos, es que no faltan los jaloneos y rivalidades al interior del nuevo equipo. Todo mundo sabe que el responsable es el subsecretario Eduardo Clark, y cuenta con todo el apoyo del secretario David Kershenobich y la confianza absoluta de la presidenta Claudia Sheinbaum.

Pero hay quienes al verlo joven y sin experiencia en el sector salud quieren marcarle línea. Es el caso de la secretaria de Función Pública Raquel Buenrostro, quien nos comentan ha dejado ver su inconformidad por la actuación de Clark que tiene poco conocimiento en el Sector Salud y que no le hace caso. Se ha referido a él como ´ese jovencito que no se deja ayudar´. La realidad es que la exoficial mayor tampoco es que tenga un conocimiento profundo del sector salud pues en el sexenio pasado apenas estuvo un año. Lo que debería estar claro es que si bien ella quedó como acompañante en la megacompra es para ser vigilante de la transparencia y que no haya puertas para la corrupción, pero no para ser la cabeza que marque la pauta.

Aquí uno de los factores de riesgo es que todos quieren meter su cuchara. En las reuniones participan, aparte de Salud y Birmex, IMSS, ISSSTE, IMSS Bienestar, CCINSHAE, la Secretaría de Economía, Función Pública, y ya sabemos que cuando hay muchos ministros celebrando al final puede desbordarse el asunto y diluirse la responsabilidad ante cualquier error. Quedó muy claro desde el inicio que a quién le toca llevar la batuta de la orquesta es al subsecretario Clark, en coordinación con Ivan Olmos Cansino, titular de Birmex, quien a su vez tampoco la tiene fácil con su equipo.

Hay quien considera que lo más conveniente sería regresar al modelo previo cuando se hacia una adjudicación consolidada pero una firma de contratos e individual por institución, con lo cual se garantizaría que en 2025 consoliden la demanda creando una base de datos única, consiguiendo la cobertura en lo inmediato, pero tendrían oportunidad de construir la plataforma para unificar por completo el proceso de compra hacia adelante.

Desagregados compradores y proveedores

Algo que las autoridades tendrían que considerar es hacer un tipo de pacto con la industria proveedora -farmacéuticas, industria de dispositivos médicos y material de curación- para que asuman compromisos no sólo de transparencia, competencia y de no corrupción, porque si están mostrando interés desde el estudio de mercado, que haya cierta garantía de que al final haya suficientes ofertas que es un punto fundamental para el éxito. Pero también que no haya tantos interlocutores del lado de la proveeduría, que realmente a quien le tocaría sería a la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma) que debería integrar a todos. Pero eso aún se ve lejano.

Comunicadora especializada en temas de salud pública e industria de la salud. Cursó la maestría en Administración en Sistemas de Salud en FCA de la UNAM. Forma parte de la iniciativa www.HospitalsinInfecciones.com. Fundadora en 2004 de www.Plenilunia.com, plataforma de contenidos sobre salud femenina.

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