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Opinión

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Presidentes que fueron y vinieron


Complejo Cultural Los Pinos

Complejo Cultural Los PinosCortesía

Con regularidad sexenal, se repiten en México los soles cosmogónicos de la antigüedad prehispánica. Una era termina; comienza el nuevo Sol y todo lo anterior ha de ser destruido por los tigres o la lluvia de fuego, o en su caso, arrebatado por el viento y el agua. Cada seis años el país se convertía en otro país. Cambian las ciudades, la forma de vivir, el lenguaje, hoy llamado elegantemente “la narrativa” para describir los discursos adecuados, cómo deben contarse las historias que caracterizarán al nuevo régimen. Algunos conocerán el carácter vano y efímero del triunfo, otros, sufrirán la nostalgia del éxito y la adulación que ya han perdido y otros, probarán tales delicias por primera vez. Habremos de ver si, como se hizo durante mucho tiempo, el nuevo mandato se ejercerá, en primer término, lanzando todas sus baterías contra el anterior, pero es muy probable que no. Sin embargo, no importa cuán influyente puede ser el que se va: el que llegó hará sentir su estilo en todas las cosas. -

Ningún día como el de hoy, lector querido, para hacer un breve repaso de nuestra complicada, pero magnífica Historia. México ha tenido decenas de gobernantes, entre los que se cuentan abogados, economistas, médicos, maestros y militares. Desde la consumación de la Independencia, hasta la fecha, nuestro país ha tenido 106 periodos de gobierno; incluyendo los presidentes emanados del Plan de Tacubaya en 1858 (paralelos al gobierno constitucional de Benito Juárez) y los de la Convención de Aguascalientes, hasta llegar al triunfo constitucional de Venustiano Carranza. Hemos tenido tres órganos colegiados depositarios del Poder Ejecutivo, dos regencias, la de 1821 y 1822, el Supremo Poder Ejecutivo de 1823 y 1824 y el Triunvirato de 1829.

Hemos visto desfilar a dos emperadores: Agustín I y Maximiliano I y pasar 106 periodos de gobierno, cincuenta y uno de ellos constitucionales, 33 interinatos, seis vicepresidentes ejerciendo el cargo de presidente, seis provisionales y seis sustitutos. Entre peras y manzanas, republicanos y conservadores, liberales y extranjeros, la lista de gobernantes incluye decenas de nombres, incluidos los de los dictadores Antonio López de Danta Anna y Porfirio Díaz

El primer presidente de México, lector querido, fue Guadalupe Victoria, que inventó tal nombre para llamarse a sí mismo, en genial despliegue metafórico, celebrando a la virgen Morena y el triunfo de la lucha de Independencia, cuando su verdadero nombre era José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix. El segundo fue Vicente Guerrero. A partir de tal momento, y durante todo el siglo XIX, las batallas, nacimientos, cambios constitucionales, desapariciones de agrupaciones, luchas partidarias y elecciones estuvieron a la orden del día.

Cuando llegó la Revolución y todo se revolucionó, hasta el estilo de vida y las costumbres presidenciales. Lázaro Cárdenas, general y gobernador de Michoacán, electo presidente en el periodo que corrió de 1934 hasta 1940 tuvo como primera acción de su gobierno cancelar el uso del Castillo de Chapultepec como residencia presidencial. Le molestaba la idea de vivir en un castillo donde se paseaban las sombras de Maximiliano y de Porfirio Díaz y no le acomodaba vivir en un lugar tan grande, tan lujoso y lejano de sus creencias, juran que argumentaba. Le parecía antidemocrático despachar desde ahí y se puso a buscar dónde vivir. Le ofrecieron muchas viviendas, incluida la Casa del Lago, pero le pareció muy pequeña, la rechazó y se decidió por un terreno con una casona que se hallaba en Molino del Rey y bautizó el lugar como “La Hormiga “.

Tal sería el antecedente habitacional de Los Pinos, sitio que durante mucho, muchísimo tiempo, sería la residencia oficial de todos nuestros presidentes y cuyo nombre también sería idea de Lázaro Cárdenas. (Tal vez porque para muchos, en aquella época, era difícil conceder que un presidente que nacionaliza el petróleo, le da asilo a los exiliados españoles, inventa el plan sexenal e inaugura el Instituto Politécnico Nacional, fuera por el mundo diciendo que vivía en su ranchito de “La Hormiga”).

Después de Cárdenas, llegaría el último de nuestros presidentes que tuvo un grado militar: Manuel Ávila Camacho, cuya gestión corrió desde el 1 de diciembre de 1940 hasta el 30 de noviembre de 1946. Todos los mandatarios que siguieron — a excepción de López Obrador — vivirían con su familia en Los Pinos construyendo sus propias casas, remodelando ajenas y decidiendo el devenir político del México.

Como bien puede usted notar, lector querido, también durante mucho tiempo, el cambio de mandato se realizaba el primer día de diciembre y no cuando empezaba octubre. Presidentes fueron y vinieron, pero todo es diferente. Podríamos celebrar el nacimiento de José María Morelos y Pavón, la aparición del primer ejemplar de El Diario o el día de Santa Teresita del Niño Jesús, pero mejor espere hasta mañana. En pocas horas seremos testigos del momento exacto en el que iniciaremos un verdadero y muy relevante hecho histórico: el primer mandato de una mujer como presidenta de México.

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