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¿Quieres desarrollar habilidades tecnológicas? Claves para elegir un buen bootcamp
La oferta de bootcamps se proyecta que crecerá 11% anualmente de aquí al 2030. Entre tantas opciones de capacitación por esta vía, es importante elegir la mejor opción para lograr el objetivo: aprender algo nuevo para acceder a un mejor empleo.
Tan sólo en el campo de codificación, el mercado de bootcamps a nivel mundial tiene un valor de 399 millones de dólares y en 2030 éste podría llegar a 889 millones de dólares, según el Informe Coding Bootcamp de Verified Market Research (VMR), una compañía dedicada a las investigaciones de mercado.
“En México definitivamente los bootcamps están tomando fuerza y van tomar más todavía”, prevé Alma Paz, consultora en administración y Recursos Humanos. “Vienen muchos del extranjero, sobre todo aquellos que han funcionado muy bien en Europa y ahora quieren establecerse en nuestro país”, señala en entrevista.
Según el Informe de VMR, la tasa anual de crecimiento de estos programas de capacitación y desarrollo de competencias será de casi 11% entre 2023 y 2030.
La traducción literal al español de “bootcamps” sería “campamentos de entrenamiento”. Es decir, se trata de programas de capacitación técnica intensa y práctica de corta duración que tienen el objetivo de desarrollar habilidades que los empleadores están buscando.
Se han utilizado principalmente para el sector tecnológico, pues es donde las innovaciones son más constantes y las industrias requieren más personal actualizado.
Las ventajas para las personas trabajadoras es que, al tener capacitación especializada, pueden acceder a mejores empleos o salarios. Este tipo de esquema es de aprendizaje intensivo, aunque no es equivalente a estudios universitarios.
“Con el creciente número de solicitantes de empleo en regiones como África, Asia-Pacífico y América, se está expandiendo la necesidad de que el desarrollo busque personas con las habilidades adecuadas, impulsando así el crecimiento del mercado”, señala el reporte.
En la actualidad hay más requerimientos de actualización y certificación de competencias, a la par hay cada vez más opciones de aprendizaje para el trabajo, por lo que estos programas se están convirtiendo en un buen negocio para quienes los ofertan. Esto último conlleva riesgos de calidad, así que es importante saber elegir entre tantas posibilidades.
Para Mariana Costa, CEO y cofundadora de Laboratoria, “los bootcamps por sí solos no son la solución a todos nuestros problemas. De hecho, si no mantienen la calidad y pertinencia, nada les previene de sufrir el mismo destino que otras innovaciones educativas que no han cumplido su promesa”.
Para poder elegir un buen programa de capacitación a través de este formato es necesario tomar en cuenta tres aspectos básicos:
» 1. Resultados
Antes de tomar una decisión, Alma Paz, conocida en redes sociales como “La de RH”, recomienda investigar las referencias de la institución, empresa, emprendimiento u organización que oferta los bootcamps. “Revisen bien cuáles han sido los resultados que han tenido”, por ejemplo, si las personas egresadas se han colocado en buenos empleos.
» 2. Plantilla docente
El personal docente o facilitador de conocimientos debe contar con la experiencia y los conocimientos en el ramo que se va a enseñar, dice la especialista en gestión de talento y activista. Dentro de la información básica, los bootcamps deben tener visibles la plantilla de los instructores, así como la semblanza de cada persona.
» 3. Modelo de negocio
Los esquemas de financiamiento de estos programas de capacitación intensiva suelen funcionar como un diplomado: se desarrolla por un periodo relativamente corto de tiempo, se salda el costo y no se vuelve a pedir un pago.
Sin embargo, “hay algunos bootcamps que no cobran al inicio o te cobran poco. Pero una vez que consigues trabajo, debes remunerar una parte de tu salario a la institución que te dio la capacitación. Muchas personas están endeudadas con miles de pesos”.
Alma Paz rechaza este tipo de entrenamientos, formato utilizado por diferentes instituciones educativas y organizaciones sociales como vía para promover el acceso a la capacitación. Por lo que recomienda evitar una elección que implique este tipo de financiamiento.