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El porqué de los peores pronósticos
En una hoja de balance de los factores que podrían obstaculizar el crecimiento de la actividad económica de México, lo último que debería aparecer como un lastre tendrían que ser los temas que implicaran la actuación del gobierno mexicano.
Se supone que la administración publica y las autoridades políticas de un país trabajan para procurar que haya desarrollo y para contrarrestar todos esos factores financieros externos, los problemas políticos internacionales o los miles de imponderables que pueden afectar a la nación.
Pero no, México ha encontrado en sus propios gobiernos el problema más grande para crecer y este sexenio ha sido el peor en ese aspecto en muchas décadas.
Cuando el Banco de México pregunta a un grupo de expertos en temas económicos del sector privado cuáles son esos factores que le ponen el pie a nuestro país para crecer, 6 de cada 10 opinan que la gobernanza.
¿Qué es eso? Pues los problemas de inseguridad pública, incertidumbre política interna, falta de Estado de derecho, corrupción e impunidad.
Incumplimientos, todos, de un gobierno federal, de la mano de las autoridades locales, que lejos de aceptar como sus fallas, se atreve a presumir lo contrario y asegura tener avances.
Ese sentimiento que 40 analistas privados proyectan en la encuesta mensual del Banxico es el mismo de muchos analistas, empresarios, académicos y participantes de los más diversos mercados.
Es algo que claramente padecen e intuyen millones de mexicanos, pero que no alcanzan a distinguir a los responsables de esas fallas estructurales y, por lo tanto, no ajustan cuentas electorales con los que causan ese malestar nacional.
Podemos ver esa influencia abrumadora de la gobernanza en el comportamiento mismo de los mercados financieros mexicanos. Desde los pequeñitos, como los indicadores bursátiles, hasta los índices globales, como la relación peso-dólar.
Cuando al comportamiento del peso se le ve a través del cristal de las condiciones externas, como la política monetaria estadounidense, cuestiones comerciales o hasta conflictos internacionales, vemos altibajos en su cotización a la par de otras monedas emergentes.
Pero cuando influyen los temas de gobernanza o de las condiciones económicas internas, como la falta de cambio estructural, ahí vemos movimientos más especulativos.
Una declaración relevante del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, puede mover centavos al peso, una reforma rencorosa de López Obrador, como la que pretende al Poder Judicial, tira la cotización de la moneda dos pesos y en su eventual aprobación le podría provocar un descalabro mayor.
Esa escala de la encuesta mensual del Banco de México, donde la gobernanza es el principal problema para crecer, se convierte también en una medición del éxito o fracaso de un gobierno.
Pero éste es un instrumento sólo disponible para algunos cuantos, que sí tiene influencia en la toma de decisiones económico-financieras, pero no tiene ninguna repercusión electoral o en el ánimo social.
Es importante que, cuando se consultan los pronósticos y expectativas macroeconómicas, se ponga atención a esos apartados más subjetivos, porque suelen coincidir con la realidad de los mercados.
Por lo demás, los analistas que consulta el Banxico han reducido sus expectativas de crecimiento del Producto Interno Bruto este año hasta 1.80% y han subido su estimado de aumento de la inflación general a 4.58 por ciento.
Cuando se le pregunta a expertos en temas económicos del sector privado cuáles son esos factores que le ponen el pie a nuestro país para crecer, 6 de cada 10 opinan que la gobernanza.