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Opinión

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La economía mexicana en 2050

La estructura y marcha de la economía nacional (y de la economía global) hacia la mitad del siglo estarán determinadas en buena medida por la lucha contra el cambio climático, y por el imperativo de lograr cero emisiones netas de CO2. México es de los pocos países de la OCDE y del G-20 que no ha planteado metas y programas de cero emisiones de CO2 al 2050. Esto requiere un ejercicio detallado de planeación y política industrial, energética, fiscal, agropecuaria y forestal, en el contexto de compromisos internacionales, pero también de los propios intereses de nuestro país. Se trata de un enorme desafío tecnológico, financiero, de inversión pública y privada, y cambio de hábitos de comportamiento y consumo en movilidad, uso de la energía y alimentación. De ello dependerá no sólo el abatimiento de emisiones de CO2, sino la competitividad del país, su proceso de desarrollo, y su posición en el tablero geopolítico mundial.

Se trata al menos de seis grandes propósitos al 2050, que se corresponden con las responsabilidades de cada sector económico en materia de emisiones de CO2 en México: 1) Reconfigurar la industria automotriz con nuevas cadenas de valor y tecnologías, hacia la electrificación total del parque vehicular, manufactura de baterías de litio, e integración vertical con prospección y minería de litio, cobalto, manganeso, cobre, grafito y Tierras Raras. Desde luego, es preciso crear una gran red de estaciones de recarga eléctrica para los vehículos, tanto en ciudades como en carreteras, con concurrencia entre empresas automotrices y la CFE. 2) Retomar la Reforma Energética del 2013 para impulsar asertivamente la inversión privada en energías limpias, a través de la reactivación de subastas y permisos, y del mercado de Certificados de Energía Limpia (CEL), así como la recuperación del despacho eléctrico con base en el mérito económico (en favor de las centrales eléctricas más baratas, que son las de energías limpias). Todo ello, mientras se cierran refinerías de PEMEX que desbordan pérdidas y combustóleo, así como las centrales obsoletas de CFE de combustibles fósiles, y se invierte decididamente en almacenamiento de energía (baterías y centrales hidroeléctricas reversibles), en la ampliación de la red de transmisión, y en la interconexión plena del territorio nacional (incluyendo Yucatán, Baja California y Baja California Sur), para mitigar el problema de la intermitencia de las energías limpias. Habrá que interconectar la red eléctrica nacional con las de California y Texas, y promover la independencia energética de empresas, colonias, pueblos y condominios a partir de generación solar distribuida y baterías en microrredes. Tendrá que cambiar radicalmente el modelo de negocio de CFE. Igualmente, es necesario que México retome una estrategia a largo plazo de desarrollo de nuevas centrales nucleares modulares y fabricadas en serie, que incluya la exploración y explotación de yacimientos de uranio, así como su procesamiento. 3)Imposición a PEMEX de un calendario de descarbonización, y de eliminación de emisiones de metano (un absurdo desperdicio de gas natural), y su transformación en  productora de hidrógeno, a partir de gas natural y de energías renovables, tanto para el autotransporte de carga pesado, como para la industria siderúrgica, cementera y petroquímica, y la aviación. 4) Tasa cero de deforestación a partir de inversiones a gran escala en nuevas Áreas Naturales Protegidas, Pago por Servicios Ambientales, Corredores Biológicos, bajo estricta aplicación de la ley, y programas masivos de restauración forestal. 5) Cambios en los patrones de consumo en favor de proteínas de origen vegetal o de células madre, y fin de la crianza industrial cruel e inhumana, de reses, cerdos y pollos, lo cual representa más del 15% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. Será indispensable la reconversión de potreros de ganadería hacia restauración ecológica, o, a una agricultura intensiva, moderna, biotecnológica y sostenible sin fertilizantes nitrogenados. 6) Una eficaz política de economía circular, manejo de residuos, construcción de rellenos sanitarios con aprovechamiento de metano, aprovechamiento energético-industrial de residuos, plantas de generación de electricidad con basura, y de biodigestores de lodos de plantas de tratamiento de aguas residuales con aprovechamiento de energía.

El contexto inductor de esta economía mexicana al 2050 sería: a) Una política fiscal basada en un impuesto a las emisiones de CO2 (Carbon Tax) en el uso de combustibles fósiles; b) un firme compromiso para dejar atrás los combustibles fósiles para 2050; c) una alianza estrecha entre el gobierno y las empresas privadas, que aproveche sus grandes potencialidades de innovación, inversión, gerenciales, de desarrollo tecnológico, y de competencia y abatimiento de costos; d) un dinámico mercado nacional de carbono integrado a mercados internacionales; e) sistemas confiables de reporte de emisiones y riesgos climáticos de las empresas a los mercados de valores; f) regulaciones gubernamentales eficientes y metas claras de reducción de emisiones por sector económico; g) un gran sistema de planeación, inversión y construcción de infraestructura de adaptación al cambio climático; y h) una sólida coalición con la sociedad civil y de cooperación internacional.

Twitter: @g_quadri

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Político, ecologista liberal e investigador mexicano, ha fungido como funcionario público y activista en el sector privado. Fue candidato del partido Nueva Alianza a Presidente de México en las elecciones de 2012.

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