Córdova reconoce exceso de regulación

Trascurrida más de la mitad del proceso electoral, el Instituto Federal Electoral (IFE) hizo un balance de la reforma electoral, con dos conclusiones: las autoridades electorales, tanto de ese instituto como del tribunal electoral sobrerregularon y a más de cuatro años de su aprobación, los poderes afectados buscan una contrarreforma.

Las autoridades electorales desvirtuamos en muchos sentidos las reforma electoral, hemos vuelto complejos temas que no lo eran desde la propia ley, y a lo mejor eso a estas alturas se tiene que resolver a partir de modificaciones a la ley para corregir decisiones o criterios equivocados tanto del IFE como del tribunal , afirmó en entrevista el consejero Lorenzo Córdova Vianello, quien, no obstante, defendió la viabilidad de dicha reforma ante la confrontación con la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión.

Existe una tentación, una apuesta claramente definida, de los poderes mediáticos para procesar, para dar pie a una contrarreforma, volviendo odiosa la reforma.

Seguimos teniendo concesionarios que siguen desafiando al Estado sin ningún tipo de consecuencias y eso no lo podemos aceptar (...) porque en el momento que un poder se coloca por encima del Estado, se acabó el Estado democrático. Entonces los controles tienen que afinarse , afirmó.

El Consejero aseveró que el IFE ha hecho un proceso extraordinario para dar viabilidad a la reforma electoral en precampaña, intercampaña y campaña.

Sin embargo, destacó la omisión de los senadores y diputados por no entregar al IFE las herramientas complementarias, como el derecho de réplica; el nuevo catálogo de delitos electorales; modificaciones para acabar con el velo presidencial cuando el Ejecutivo federales o gobernadores intervienen en los procesos electorales, así como mejorar el modelo de spotización del actual sistema de comunicación política, entre otras.

Ésta es una reforma que ha demostrado su viabilidad, contrario a la apuesta de los detractores, nunca había visto tantos detractores a una reforma, porque obviamente nunca una reforma había afectado tantos y tan poderosos intereses , mencionó.

jmonroy@eleconomista.com.mx