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6 acciones clave para preparar a tus líderes para la siguiente crisis
Como lo ha dejado ver la reciente crisis sanitaria, las soluciones creativas pueden venir de cualquier parte de la organización, por lo que es indispensable empoderar al equipo de líderes para operar durante y después de las contingencias.
Aún estamos inmersos en una de las mayores experiencias disruptivas de nuestros días y no hay razones para pensar que la incertidumbre ha quedado atrás. Por el contrario, quizá éste es el principio de una época marcada por las incógnitas y lo único cierto es que los líderes deben aprender a lidiar con ello y prepararse para la siguiente crisis, sea cual sea.
Una de las tareas centrales de un director ejecutivo y su equipo es construir el futuro de su empresa. Sin embargo, como lo ha dejado ver la reciente crisis sanitaria, las soluciones creativas pueden venir de cualquier parte de la organización, por lo que es indispensable empoderar al equipo de líderes para operar durante y después de las contingencias. Para ello se puede echar mano de las siguientes propuestas que visualizamos en Amedirh
1. El equipo
Los directores deben conocer muy bien las fortalezas y debilidades de cada miembro del equipo para luego asignarles responsabilidades de manera táctica. Los líderes suelen ser expertos funcionales, pero si van a encabezar un conjunto de talento eficaz deben saber operar colectivamente y valorar la diversidad del grupo.
Los integrantes deben discutir abiertamente los obstáculos y las fuentes de posibles conflictos antes de que ocurran. Aclarar la tarea en cuestión y articular las expectativas agiliza la aplicación de las fortalezas individuales y colectivas, reduce la fricción y acelera el progreso. El líder debe asegurar que cada integrante del grupo entiende sus roles y responsabilidades, en el marco de las formas de trabajo acordadas para la operación.
2. Asociaciones clave
Los equipos de liderazgo a menudo son una aglomeración de distintos grupos que persiguen sus propios objetivos. Para contrarrestar esta situación, los directores ejecutivos deben crear una cultura de reciprocidad, con condiciones que contribuyan a una cooperación verdadera. Ello incluye describir a los ejecutivos en términos de sus fortalezas y contribuciones únicas; delegar poderes y fomentar el desinterés.
3. Motor de talento
Durante una crisis, es fundamental contar con un inventario de talento actualizado que permita a los ejecutivos desplegar, redistribuir y reconfigurar su capital humano de manera estratégica para lograr el mayor impacto en los tiempos difíciles.
4. Visión compartida
Establecer una perspectiva de liderazgo es esencial para proporcionar estabilidad organizativa durante la crisis. Estar orientados todos hacia los mismos objetivos permite una búsqueda más disciplinada de los objetivos estratégicos y operativos, jerarquizando propósitos, tareas y decisiones en todas las funciones.
5. Plan de crisis
Un buen plan de contingencia no es estático; debe evolucionar todo el tiempo para adaptarse al entorno cambiante y para capitalizar el talento.
Es vital que el equipo ejecutivo sea plenamente responsable de la planificación eficaz de la continuidad del negocio. Los directores deben evaluar sus recursos y eliminar las posibles amenazas, reforzando constantemente su perspectiva ejecutiva colectiva. Un ejercicio para definir y distinguir las prioridades es fundamental, haciendo destacar las iniciativas que es indispensable lograr en el periodo en curso, de aquellas que no son urgentes o menores en su importancia. Enfocar el esfuerzo de los equipos a lo realmente urgente e importante es clave en el camino al éxito.
6. Adelantarse a la próxima crisis
Durante una crisis es cuando los directores más necesitan lo que ofrece un equipo ejecutivo cohesionado: asociaciones sólidas, visión compartida y responsabilidad mutua.
El mejor momento para blindar al equipo contra desastres es, desde luego, antes de que comiencen los problemas, mientras que el segundo mejor momento es durante la crisis misma. Ante los riesgos identificados en el plan de continuidad, las consecuentes acciones de mitigación de esos riesgos, con responsables asignados, pone a los equipos en una mejor posición para enfrentar los desafíos con mayor probabilidad de éxito.
Pero también tiene suma importancia lo que puede aprenderse cuando la crisis ha quedado atrás. En ese momento, el equipo debe retrotraerse y dar sentido a las experiencias obtenidas, pues lo que tienen en las manos es una educación inusual y muy valiosa. La forma en que usaron las fortalezas, los roles únicos que desempeñaron y lo que aprendieron podrá aplicarse nuevamente cuando, tarde o temprano, se presente la próxima crisis.
La lección más importante, en todo caso, es que el equipo ejecutivo puede tener éxito si sabe actuar en conjunto y una consecuencia positiva es convertirse en un poderoso imán para nuevo talento luego de superar las crisis.
*El autor es Director General de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (@Amedirh).