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Día del Trabajo: El mercado laboral mexicano en indicadores
Durante las décadas pasadas, México ha conseguido legislaciones y ha promovido políticas públicas de impacto positivo en el bienestar de los trabajadores. Pese a los avances, los retos todavía son grandes para que todas las personas trabajen en condiciones de igualdad, justicia y dignidad.
El 1 de mayo de 1886 miles de trabajadores en Chicago, Estados Unidos abandonaron sus puestos de trabajo para salir a las calles a exigir derechos laborales básicos: jornadas de ocho horas, salarios justos, derecho a la huelga y a la asociación sindical.
En México fue hasta 1913 que los trabajadores se unieron a las manifestaciones durante el Día del Trabajo. Ese 1 de mayo se unieron en protesta cerca de 20,000 obreros demandando derechos laborales básicos.
Actualmente más de 80 países en el mundo conmemoran el Día Internacional del Trabajo, no sólo como un día oficial de paro, sino como la visibilización de los derechos conseguidos por la lucha de los trabajadores, y el recordatorio de los retos que enfrenta el mundo en materia laboral.
Durante las décadas pasadas, México ha conseguido legislaciones y ha promovido políticas públicas de impacto positivo en el bienestar de los trabajadores. Pero sigue enfrentando retos importantes. Aquí algunos de los principales indicadores que muestran el estado del mercado laboral mexicano actualmente.
Desempelo, en sus niveles más bajos
Al corte de marzo del 2024 se observó la tasa de desempleo más baja desde que se tienen cifras. Sólo 2.3% de las personas en edad de trabajar que buscan trabajo activamente no lograron encontrarlo, de acuerdo con cifras de la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo) del Inegi.
En los últimos años, particularmente después de la pandemia Covid-19, se ha observado una tendencia sostenida del desempleo a la baja. Esto se alinea con la integración de más personas, principalmente hombres, en el mercado laboral.
Pese a los avances que representa una menor población desocupada, todavía existen retos importantes respecto de la calidad en los empleos. México todavía enfrenta niveles altos de informalidad, desigualdad de género y violencia laboral.
Participación laboral, estancada y desigual
La participación laboral refleja a la población económicamente activa que, efectivamente, tiene una ocupación remunerada. Se observa que desde 2005, el año de inicio de la ENOE, hasta lo que va del 2024 esta tasa se ha mantenido prácticamente sin cambios.
Para las mujeres, la tasa de participación pasó de 41 a 46% entre el 2005 y el 2024, mientras que para los hombres el cambio fue de 81 a 76 por ciento.
Estas cifras reflejan, además, una problemática de desigualdad por género. La tasa de participación de las mujeres es casi la mitad que la de los hombres, la razón principal es la sobrecarga de trabajo no remunerado dentro de los hogares.
En México, millones de mujeres en México no logran entrar o son expulsadas de la fuerza laboral remunerada por la necesidad de cuidar a sus hijos, padres o enfermos, limpiar, organizar y dar mantenimiento a la vivienda.
Salario mínimo con crecimientos históricos
El poder adquisitivo de los salarios y suelos en México ha sido uno de los indicadores que más han mejorado en los años recientes. Durante la gestión de Andrés Manuel López, la Comisión Nacional de Salarios ha seguido una política de incremento sostenido al salario mínimo, tanto en la franja fronteriza norte, como en el resto del país.
En 2024 el salario mínimo para el territorio nacional se ubica en 248.9 pesos por jornada. Esto implica que, al menos en la formalidad, nadie puede ganar menos de 7,500 pesos mensuales.
Para la franja fronteriza norte —que ocomprende 43 municipios fronterizos de Baja California, Sonora, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas— el salario mínimo vigente es de 375 pesos por jornada, equivalentes a 11,250 pesos mensuales.
Pobreza laboral persiste, pero se ha reducido
El indicador de pobreza laboral es realizado por el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) y refleja la proporción de personas con ingresos laborales menores al costo de la canasta básica de alimentos.
Pese a las mejoras en las condiciones laborales, en México todavía la mitad de los trabajadores se encuentra en algún esquema de informalidad. En este sector muchas veces no existen contratos, ni prestaciones, ni límites en la jornada, y tampoco salarios justos.
Por ello, una parte importante de los trabajadores tiene ingresos que no alcanzan ni siquiera para cubrir sus alimentos. Al cierre del 2023, los trabajadores en esta situación representaron al 37% de la fuerza laboral.
Aunque todavía es una cifra alarmante, es menor que los años previos. En 2014, la población en pobreza laboral alcanzaba niveles de casi 46 por ciento.
Subcontratación mantiene tendencia a la baja
Otra de las grandes reformas en materia laboral que se llevaron a cabo durante la gestión de Andrés Manuel López Obrador fue la relacionada con la subcontratación o "outsourcing".
Esta reforma, en términos generales, prohíbe la subcontratación de personal, pero se permite la subcontratación de servicios especializados. Desde que se presentó como iniciativa, muchas compañías iniciaron a reducir su personal subcontratado, pero a partir de 2021 se presentaron caídas importantes en el total de trabajadores subcontratados.
Desde su aprobación e inicio de vigencia, en México se ligan cuatro años al hilo con bajas sustanciales en el personal subcontratado, estableciendo relaciones obrero-patronales más justas para los trabajadores.
Sólo en febrero del 2024 se registró una caída de 18.6% en el personal subcontratado de los sectores económicos, de acuerdo con cifras del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
Violencia y discriminación de género persisten en el mercado laboral
Uno de los grandes retos que enfrenta el mercado laboral mexicano es avanzar hacia la igualdad sustancial entre mujeres y sus pares hombres. Las mujeres en México todavía ganan menos por el mismo trabajo, tienen menor acceso a puestos directivos o de liderazgo, y además sus espacios de trabajo no son siempre seguros.
De acuerdo con estimaciones del IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad), la brecha de género en los ingresos laborales es de 35% a nivel nacional. Mientras las mujeres ganan, en promedio, 6,360 pesos mensuales, sus pares hombres perciben 9,762 pesos.
Además, sólo el 10% de las sillas directivas en empresas privadas están ocupadas por una mujer. Y al menos, 3 de cada 10 mujeres han sido víctimas de algún tipo de violencia en sus lugares de trabajo.
El mercado laboral es uno de los espacios en los que más se expone la necesidad de erradicar las desigualdades de género, raciales y sociales.
Informalidad, el mal que no se va
Muchos indicadores laborales han mejorado en los últimos años pero la informalidad no cede. Al corte de marzo del 2024 se observó que el 51% de los trabajadores en México se encuentra en algún esquema de informalidad, ya sea por las condiciones de empleo o por las condiciones de la unidad económica para la que trabaja.
En la mayoría de los casos, la informalidad laboral vulnera derechos básicos como la existencia de contratos legítimos, las prestaciones (vacaciones, primas, aguinaldo), el acceso a seguridad social e instituciones de salud, jornadas laborales dignas y remuneraciones justas.
En el marco del Día Internacional del Trabajo es prudente reconocer los derechos laborales que se han conseguido a través de la lucha de trabajadores, activistas, sindicatos y organizaciones civiles; así como de políticas públicas e iniciativas privadas. Sin olvidar todos los pasos que faltan por caminar para que todas las personas trabajen en condiciones justas, igualitarias y dignas.