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Capital Humano

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El mercado laboral mexicano se recupera, pero debemos hacer más

Debido al impacto de la Covid-19, el mundo del trabajo en México registró en abril y mayo de 2020 los peores indicadores desde que se tiene registro. ¿Cómo ha avanzado la recuperación? La brecha laboral y la pobreza laboral son dos datos que pueden dar luz en este análisis.

Foto EE: Archivo

Foto EE: Archivo

Hace dos años, con el inicio de la pandemia, el mercado laboral mexicano pasó por un momento inédito en el que tanto trabajadores como empleadores sufrieron. Los meses de abril y mayo de 2020 mostraron los peores indicadores laborales que hemos visto desde que tenemos datos disponibles en México. Pero ¿cómo viene la recuperación? 

Es imposible resumir todo el desempeño del mercado laboral con un solo indicador, pero haré el mejor intento con uno de los indicadores más exhaustivos que existen llamado brecha laboral. Este indicador sube cuando hay mucho desempleo (personas sin trabajo que buscan activamente empleo), subempleo (personas ocupadas que quisieran trabajar más horas), o desempleo disfrazado (personas disponibles para trabajar, pero que no buscan empleo, muchas veces porque piensan que no hay oportunidades). Al incorporar tres de los principales problemas que pueden caracterizar un mercado laboral en tiempos difíciles, este indicador es particularmente útil para evaluar el contexto laboral en general.  

La evolución de la brecha laboral en México arroja buenas y malas noticias. Como muestra el gráfico 1, la buena noticia es que el mercado laboral ha mejorado mucho desde los peores momentos de la crisis. La mala noticia es que, a pesar de la mejoría reciente, el mercado laboral todavía está lejos de una recuperación completa. 

¿Y cómo nos va en cuanto al dinero en el bolsillo? Un buen indicador de los ingresos laborales se llama pobreza laboral; Coneval lo calcula. Este indicador es el porcentaje de personas que viven en hogares sin suficientes ingresos laborales para comprar la canasta alimentaria definida por Coneval, es decir, sin suficientes ingresos laborales para cubrir sus necesidades más básicas. 

El gráfico 2 muestra la evolución de este indicador en el cuarto trimestre de cada año de 2005 a 2021. En un sentido, se repite el mismo mensaje del gráfico 1. La pobreza laboral de 40.3% en 2021 fue una mejoría respecto del valor de 42.2% en 2020, pero sigue siendo peor de lo que era en 2019, cuando alcanzaba el 38.9%. Es claro que el mercado laboral sigue sufriendo las secuelas de la pandemia.

Pero hay otra buena noticia, además de la mejoría de 2020 a 2021. Si bien la pobreza laboral no ha bajado todavía a su nivel previo a la pandemia, debemos notar que su nivel a finales de 2021 fue menor que en todo el periodo 2009 a 2018. Este hallazgo amerita una reflexión más profunda. El PIB real per cápita en México en el cuarto trimestre de 2021 fue menor que en cada cuarto trimestre de 2014 a 2018—un dato alarmante sin duda—; pero por alguna razón, los ingresos laborales en 2021 fueron mejores, es decir, un mayor porcentaje de los mexicanos podían adquirir la canasta alimentaria con los ingresos laborales de sus hogares en 2021 que en varios años previos sin crisis económica. Sospecho que los aumentos recientes del salario mínimo explican parte de este fenómeno. 

Esta chispa de esperanza se contrasta con la experiencia posterior a la crisis de 2008 y 2009, cuando la pobreza laboral continuó subiendo año con año hasta llegar a su peor momento en 2014. Que la pobreza laboral se encuentre hoy arriba de 40% es a todas luces una cifra escandalosa e inaceptable, pero hasta ahora la evidencia sugiere que la crisis de Covid-19 no dejará una cicatriz tan profunda y duradera en los ingresos laborales como la crisis de 2008 y 2009. No obstante, una falta de crecimiento económico sostenida frenará el crecimiento de los ingresos laborales en algún momento—probablemente más temprano que tarde, —a pesar de los intentos de proteger y empoderar a los trabajadores. Lo ideal sería fortalecer el poder de negociación de los trabajadores e impulsar el crecimiento económico simultáneamente. 

¿Cómo se pueden resumir las buenas y malas noticias del mercado laboral? La principal buena noticia es que el mercado laboral está mejorando. La otra buena noticia es que el desempeño de los ingresos laborales hasta ahora es alentador, al menos en mi opinión, tomando en cuenta la profundidad de la crisis económica provocada por la pandemia. Pero no podemos perder de vista las noticias no tan alentadoras. Debemos hacer mucho más para que el mercado laboral mexicano llegue a una recuperación completa. Está bien reconocer la mejoría desde los peores momentos de la crisis, pero cantar la victoria ahora sería prematuro y peligroso.

Consistentes con nuestra Visión 2025, desde el Banco Interamericano de Desarrollo, acompañamos a México y a todos los países de América Latina y el Caribe en su recuperación, y en la implementación de políticas que impulsen la reactivación sostenible del sector productivo apalancados en la economía digital, la transición hacia el empleo verde, y en todas las oportunidades de crecimiento que también trajo consigo esta crisis sin precedentes.  

*David Kaplan es especialista líder en la División de Mercados Laborales del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y experto en mercados laborales en países en desarrollo, particularmente en las áreas de regulación laboral y de seguridad social. 

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