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Capital Humano

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El paradigma de los límites en el trabajo, cuando decir “no” es un asunto de productividad

Una respuesta negativa cuando se asigna una nueva tarea puede no ser común, y hasta se llega a percibir como una falta de compromiso, pero la ausencia de límites tampoco es sana, pues lleva a los trabajadores a ser menos productivos.

Foto: Shutterstock

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Decir “no” resulta bastante complejo en la vida diaria, pero cuando se agrega el factor trabajo, la situación suele incrementar su nivel de dificultad. En el entorno laboral está mal visto negarse a tomar más trabajo o asumir situaciones que no tienen que ver con las tareas cotidianas, se piensa que no se está tan comprometido con la empresa y el líder.

No obstante, es un hecho que esta palabra mágica librará a los colaboradores de una sobrecarga de trabajo y situaciones que no tienen, ni deben sobrellevar, en pocas palabras, evitará que estén agotados.

Aceptar trabajo que no les corresponde, tal vez por la incomodidad de decir “no”, puede llevar al incumplimiento de los plazos o simplemente a la calidad requerida, el exceso de trabajo nunca tiene un final feliz.

“Aprender a decir no en el trabajo, aunque eso suponga quedar fuera de un proyecto o no mostrar siempre una imagen agradable hacia nuestros compañeros o nuestros superiores, a la larga nos beneficiará: estaremos mandando a los demás el mensaje de que tenemos un criterio propio”, indica el portal especializado en psicología La mente es maravillosa.

Sin embargo, en entornos laborales la forma es fondo. Por eso es importante utilizar la asertividad en la comunicación para decirlo de la mejor manera.

Además de no llenarse de pendientes por decir que sí a todo, la realidad es que negarse a realizar alguna actividad es una manera de poner límites sanos.

“En definitiva, incluir la asertividad en nuestras relaciones laborales hará más factible que los demás, superiores y subordinados, respeten nuestros derechos. En ocasiones será mejor quedar mal ante un superior que agotarnos por hacer tareas que no nos corresponden. A la larga, esta actitud repercutirá tanto en nuestro beneficio como en el de la empresa”, refiere La mente es maravillosa.

¿Cuáles son las desventajas de decir que sí a todo?

De acuerdo con Asana, contrario a lo que se piensa, aceptar todo lo que se pida pude afectar la productividad.

“Esto se debe a que entre más responsabilidades se acepten, más difícil será enfocarse y priorizar el trabajo más importante”, refiere.

Al no establecer límites:

  • Se es menos productivo y existe una sensación de estar abrumado porque hay mucho trabajo por hacer
  • Al decir que sí a esta “única cosa”, efectivamente se le dice que no a todo lo demás que se podría estar haciendo en ese momento, incluso si esas tareas son más importantes
  • Se está trabajando según la prioridad de otra persona que, aunque sea importante, podría no ser lo que hay que hacer primero.

Así se puede decir que no, de manera clara y asertiva

El portal La mente es maravillosa explica que “no saber decir no en el trabajo puede generar un sentimiento de obligación a colaborar en proyectos que no nos interesan o en los que no tendríamos por qué participar”.

De acuerdo con Asana, saber que es necesario decir “no”, no lo hace más fácil. Por eso recomienda estas buenas prácticas:

» 1. Conocer la carga laboral

Conocer las tareas que se deben realizar y el tiempo que se tiene para cumplirlas permitirá tener argumentos bastante fuertes para responder que no se puede asumir una más.

Así, si alguien llega a preguntar si el colaborador puede encargarse de una tarea extra, se tendrá la capacidad de responder con datos firmes.

» 2. Responder de manera positiva

Para establecer un puente de comunicación, la primera frase que se mencione debe ser positiva para que se genere un ambiente de cordialidad.

Se puede comenzar agradeciendo que se piense en el colaborador para realizar la tarea, pero ser sincero y, también, agregar que no se puede asumir el compromiso debido a las actividades previamente asignadas.

» 3. …pero es necesario ser firme

Que las respuestas sean positivas no quiere decir que el “no” deba dejar dudas. La claridad es muy importante, no se debe ser ambiguo, con ello se evita la posibilidad de un malentendido.

» 4. Ofrecer una alternativa

Una manera positiva de resolver el conflicto es ofrecer una opción distinta a la que se tiene hasta ese momento, encontrar una manera distinta de hacer el trabajo. La proactividad siempre es bien vista y aceptada.

» 5. Practicar la empatía

Ser empático con la forma en que el trabajo afecta a todos puede ayudar a que todas las partes interesadas se entiendan y, de este modo, mejorar la comunicación y hacer que sea más fácil decir no (y sí) cuando sea necesario.

Decir “no” en el trabajo es una habilidad social, requiere de asertividad, firmeza y es una manera de protegerse del agotamiento, subraya La mente es maravillosa.

Periodista especializada en temas financieros y económicos; hoy también escribe sobre empleo, carrera, políticas laborales, salud mental en el trabajo, desarrollo profesional, marca personal.

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