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Capital Humano

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Entre azul y rojo, los colores de un espacio de trabajo van más allá de los gustos

Los tonos utilizados en las oficinas y espacios de trabajo, tanto en las paredes como en el mobiliario y la ornamentación, tienen un impacto directo en las emociones que experimentan los colaboradores en su rutina diaria.

Ilustración EE: Nayelly Tenorio

Ilustración EE: Nayelly TenorioIlustración EE: Nayelly Tenorio

¿De qué color pintar una oficina? La respuesta no es tan sencilla como pudiese parecer. En los espacios de trabajo el color va más allá de gustos o preferencias, no es una decisión que se puede tomar a la ligera. Como expresa Jimena Fernández, directora de Interiores y Arquitectura de la firma Ware Malcomb, “no es cuestión de que se vea bonito o feo, se trata de saber qué reacciones quieres provocar en los colaboradores”.

En los años noventa, investigadores de la Universidad Creighton en Nebraska analizaron los colores en los ambientes laborales para determinar la influencia en la satisfacción y rendimiento de las personas, comprobaron que los tonos del lugar de trabajo influyen en el estado de ánimo porque generan sensaciones como relajación o estrés.

“El ser humano trabaja a nivel biológico y neuronal con los colores, tenemos una reacción química y física una vez que estamos frente a un color. El color juega un papel importante en la arquitectura porque nos ayuda a replicar sensaciones, emociones y conexión con el entorno”, explica Jimena Fernández.

De acuerdo con el estudio El impacto global del diseño biofísico en el lugar de trabajo de Human Spaces, el color es uno de los cinco elementos más importantes para los trabajadores en un ambiente laboral, al igual que la iluminación, las plantas, la tranquilidad y la vista. De acuerdo con las personas consultadas, las emociones que más les provoca el diseño de su oficina son felicidad e inspiración y, en el otro extremo, ansiedad y aburrimiento.

Marisol Salinas, diseñadora de Interiores de Espacios Corporativos de Spazzio Arquitectos, subraya que los colores de una oficina “pueden impactar de manera positiva o negativa en las personas. Pueden ayudar a la productividad o generar aburrimiento o falta de concentración”.

Las especialistas en diseño de interiores coinciden en que antes de tomar la decisión del color de una oficina, el primer paso es pensar en qué emociones se quieren transmitir.

En ese sentido, la psicóloga clínica Priscila González Mar señala que hay bases científicas que muestran una inclinación de las personas por colores asociados a la naturaleza como el verde o el azul claro.

“Estos mismos colores que son muy básicos a nuestro alrededor son los que se pueden llegar a escoger en un ambiente de trabajo porque transmiten tranquilidad y relajación. Además, está comprobado que colores como el azul o el amarillo fomentan la creatividad. La selección depende de lo que tú quieras lograr en ellos”, apunta la especialista.

En 2016, la aseguradora Axa inauguró sus nuevas oficinas corporativas en la Ciudad de México, un proyecto con una inversión de 30 millones de dólares y en el que colaboraron diversos equipos, incluyendo una firma de diseño de interiores. A diferencia de su antigua sede, el interior de sus nuevos espacios de trabajo, desde el mobiliario hasta los colores, fue elegido con base en el perfil que se quería provocar en los colaboradores: retadores, sociales y colaborativos.

¿Qué colores y hasta cuántos usar?

Jimena Fernández expone que los colores deben tener un equilibrio. De hecho, lo recomendable es usar tres gamas de colores: el primer nivel o la base, donde lo sugerido es usar tonos neutrales; la segunda gama, que engloba a el mobiliario, puede ser con colores más vivos, en este punto es donde se deben considerar las emociones de las personas; el tercer nivel contempla la definición de los elementos decorativos.

En la experiencia de Marisol Salinas, con frecuencia las compañías quieren transmitir creatividad, concentración y tranquilidad. En los proyectos en los que ha colaborado, el azul es un tono que regularmente quieren tener las empresas, por la confianza y seguridad que transmite.

Las combinaciones, puntualiza Priscila González, son importantes porque el uso de un solo color puede provocar emociones negativas en las personas. Pero también es importante evitar tonalidades sombrías, como el gris, porque están asociadas con tristeza. “Tenemos que evitar el blanco, los colores muy sombríos como el gris o el beige, mejor usemos colores que transmitan relajación, paz, concentración y todo lo que quieres que se logre con tus empleados”, agrega.

Uno de los errores más comunes al diseñar los espacios de trabajo, comenta Jimena Fernández, es utilizar los colores de las marcas de la empresa como una guía. Sin embargo, esto puede ser contraproducente ya que los logos suelen estar diseñados para causar una determinada sensación en los clientes, pero no en los colaboradores.

“Hay que pensar qué hay detrás de la marca y los valores emocionales de la marca que desatan ese color. No porque estés en una empresa debe ser rojo o azul. La realidad es otra, lo importante es conocer qué es lo que quiere lograr la marca con sus colores y poner en tela de juicio si vale la pena ponerlos en la arquitectura”, expone la especialista.

Marisol Salinas confirma que solicitar que los colores de una marca se incorporen al espacio de trabajo es algo frecuente. En casos donde el color de la marca es muy fuerte, por ejemplo, rojo o naranja, se aplica sólo en “detalles o acentos”, bajándolo a un 10% y combinándolo con otros tonos.

Entre otros errores frecuentes, las especialistas enumeran situaciones como diseñar toda la oficina monocromática (todo blanco o gris) y saturar de tonos el espacio de trabajo.

“Hay que tener un buen uso del color y un buen criterio para usarlo, porque es una herramienta poderosísima para transmitir lo que quieres lograr, pero mal usada, asfixia. Es como comerte una paleta muy dulce: llega un momento en el que te aburres y la quieres tirar, lo mismo pasa con los colores cuando están mal utilizados”, enfatiza Jimena Fernández

Ahora ya lo sabes, detrás de la primera pincelada hay una serie de pasos que no pueden ignorarse. No es fácil responder a la pregunta de qué color pintar una oficina. Es mejor tomarse el tiempo para encontrar la respuesta más apropiada.

Periodista especializado en políticas laborales, indicadores de empleo, futuro del trabajo, desarrollo de carrera, recursos humanos y salud laboral. Actualmente es editor de Capital Humano y coconductor del podcast Coffee Break.

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