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Entre el duelo y la reinvención, consejos para reponerte de un despido laboral
Claro que trabajamos por una cuestión económica, dice la psicóloga Nora Ivette Flores, pero el trabajo significa más que eso, tiene que ver con nuestros proyectos de vida, familiares, de pareja o amistad. Por eso, perder un empleo implica un duelo.
“Es difícil decir algo que verdaderamente reconforte a las personas que fueron despedidas de su trabajo”, dice la psicoterapeuta Nora Ivette Flores del Ángel. Pero les pide recordar las habilidades, la experiencia y la fortaleza que les hicieron conseguir ese trabajo, porque éstas ahí siguen, aunque ahora no lo puedan ver.
Independientemente del motivo por el que hayan perdido su empleo, si es justificado o no y de la manera en que haya sucedido, las personas van a atravesar un duelo, éste no sólo sucede ante la muerte de alguien, explica en entrevista la especialista de la Asociación de Psicólogas Feministas, Sorece.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en el primer trimestre de este año 569,116 personas reportaron haber perdido su empleo porque la empresa cerró o quebró, por recorte de personal o porque el trabajo para el que le llamaron terminó y ya no le renovaron el contrato. La mayoría, el 60%, perdió su trabajo por este último motivo y el 30%, porque la empresa decidió despedir a una parte.
Entre marzo y abril del 2020, la pandemia de Covid-19 se cobró más de 12.5 millones de puestos de trabajo. De ellos, 10.4 millones pertenecían a la informalidad y 2.1 millones a la formalidad. Aunque los empleos se recuperaron, la pandemia no termina de irse y ahora el problema es la inflación que parece no tener freno.
“Es importante recordar que, si bien trabajamos por una cuestión económica, muchas personas también tenemos la oportunidad de hacerlo porque nos gusta a lo que nos dedicamos, porque es una de las maneras en la que podemos desarrollar nuestros talentos”, señala Nora Ivette Flores. Y cuando perdemos un trabajo se “vienen abajo proyectos de vida o proyectos familiares, de pareja o amistad”, por eso las personas vivirán un duelo.
Las fases del duelo laboral
Es posible que las personas pasen por las cinco etapas del duelo que propuso la psiquiatra suiza Elisabeth Kübler-Ross desde 1969. La negación es la primera y no se trata precisamente de negar que les despidieron, sino de hacernos creer que esto no nos dañó o tratar de minimizar el hecho.
Le sigue una etapa de ira, puede ser rabia exacerbada, dice la especialista, por la impotencia de no poder cambiar la situación. Vendría después la fase de negociación, según el modelo de Kübler-Ross, en buscarán darle una explicación desde su lógica a la situación que atraviesan.
La cuarta etapa es la de depresión. Es cuando comenzamos a asumir la realidad y eso nos hará desarrollar un cúmulo de sentimientos, como tristeza, falta de motivación, ganas de aislarse. Al final, en algún momento, llegará la fase de aceptación de la pérdida.
Es importante no reprimir ninguna etapa y, en medida de lo posible, no estancarse en alguna, dice la especialista. “La realidad de cada persona es distinta, algunas no pueden detenerse siquiera a sentirse mal, pues quizá su familia dependa de ella”.
Cada caso es diferente, insiste, pero cuando a las mujeres las despiden por embarazo o lactancia “es algo muy fuerte. Las empresas que realizan ese tipo de prácticas atentan contra sus derechos humanos laborales, las discriminan y la discriminación tiene implicaciones psicológicas y emocionales, sobre todo en un momento en la que las mamás necesitan el mayor apoyo posible”.
El propio embarazo y el parto implican un cambio en sus cuerpos, en sus vidas, su psique y emociones, como para lidiar con algo más. Sin embargo, el mayor número de quejas que recibe el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) es por despidos por embarazo, de acuerdo con el organismo.
Revisar el CV con otros ojos
“Las recomendaciones para las personas que han sido despedidas es que hagan un ejercicio de memoria y reconocimiento de su propia trayectoria”, dice la especialista de Sorece. “Por algo consiguieron ese trabajo del que acaban de salir y es importante que eso lo tengan presente para retomar fuerzas y buscar otro”.
Para llegar a ese empleo sortearon diferentes dificultades y lo hicieron con habilidades que de alguna manera forjaron. Es momento de recuperarlas y mejorarlas. Ese ánimo les ayudará a revisar su currículum vitae (CV) y actualizarlo. Pero también a adquirir las las competencias que les hagan falta para asegurar un nuevo empleo.
Nora Ivette Flores destaca que la experiencia adquirida en el trabajo previo no se puede echar en saco roto. El haberse desempeñado en esa actividad, el tiempo que haya sido, les dejó práctica y destreza que habrá que reconocer para luego comunicarla en el CV y tener más oportunidades de conseguir un nuevo puesto.
Si no se cuenta con los recursos para tomar terapia, “es importante que puedan hablar con alguien de confianza sobre lo que pasaron en ese trabajo”, si sufrieron violencia, por ejemplo, y de cómo se sienten, dejando a un lado las posturas de fortaleza que se exigen socialmente o nos podríamos autoexigir.
En el Programa de Capacitación a Distancia (Procadist), de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), existen una serie de cursos virtuales y gratuitos para el desarrollo o mejora de competencias, capacidades y habilidades laborales.