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Capital Humano

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Explotación laboral, un ilícito que deja ganancias por 236,000 millones de dólares

De acuerdo con un nuevo reporte de la OIT, los ingresos ilegales obtenidos por la explotación laboral y sexual se incrementaron 64,000 millones de dólares a nivel global en una década. Europa y Asia Central representan la región con más ganancias por esta vía.

Las utilidades en torno a las actividades ilegales relacionadas con el trabajo forzoso crecieron 37% en el mundo en la última década, para llegar a un monto anual aproximado de 236,000 millones de dólares, informó este martes la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Las víctimas de este ilícito son al menos 27.6 millones de personas.

En el marco de la presentación del informe Beneficios y pobreza: La economía del trabajo forzoso, el organismo destacó, además, que las ganancias que obtienen los tratantes de personas a través de ilícitos como la explotación laboral y sexual son cercanas a 10,000 dólares por víctima, un aumento de 21% respecto de lo reportado hace 10 años.

“El monto total de las ganancias ilegales del trabajo forzoso ha aumentado en 64,000 millones de dólares (37%) desde 2014, un aumento dramático que ha sido alimentado tanto por un crecimiento en el número de personas obligadas a trabajar, como por mayores ganancias generadas por la explotación de las víctimas”, destacó la agrupación.

De acuerdo con estimaciones del organismo, México es uno de los países con más casos de trabajo forzoso en el continente americano, con casi 400,000 víctimas en la maquila, el campo y el empleo doméstico, esto sin contar los casos de explotación sexual.

La OIT define el trabajo forzoso como el “el que se realiza de manera involuntaria y bajo amenaza de una pena cualquiera. Se refiere a situaciones en las cuales personas están forzadas a trabajar mediante el uso de violencia o intimidación, o por medios más sutiles como una deuda manipulada, retención de documentos de identidad o amenazas de denuncia a las autoridades de inmigración”.

A nivel regional, las zonas con mayor trabajo forzoso con Europa y Asia Central (35.6%), Asía Pacífico (26.4%), América (22.1%), África (8.3%) y los Países Árabes (7.6%).

Por actividades económicas, el sector industrial es el que más ganancias ilícitas reporta, seguido del rubro de los servicios y la agricultura. En muchos casos, parte de las utilidades de quienes explotan a los trabajadores se obtiene por los bajos salarios que pagan y las prácticas coercitivas.

A decir del director general de la OIT, Gilbert F. Houngbo, "las personas en situación de trabajo forzoso están sometidas a múltiples formas de coacción, siendo la retención deliberada y sistemática del salario una de las más comunes”.

Explotación sexual, el mayor ilícito

Dentro del trabajo forzoso, las prácticas de explotación sexual comercial son las que abarcan las mayores ganancias, aunque sólo una de cada cuatro víctimas en estos ilícitos está vinculada a éstas. Al menos tres de cada cuatro dólares estimados por la OIT provienen de este lícito en particular (73%), con utilidades ilegales anuales de 172,600 millones de dólares.

En el caso de los beneficios por víctima, las ganancias para los tratantes de personas son hasta siete veces superiores en los casos de explotación sexual que en los laborales, a un nivel de 27,250 dólares, en el primero, frente a 3,700 dólares, en el segundo.

“El trabajo forzoso perpetúa los ciclos de pobreza y explotación y atenta contra el corazón de la dignidad humana. Ahora sabemos que la situación no ha hecho más que empeorar. La comunidad internacional debe unirse urgentemente para tomar medidas que pongan fin a esta injusticia, salvaguarden los derechos de los trabajadores y defiendan los principios de justicia e igualdad para todos", expresó Gilbert F. Houngbo.

Ante este contexto, la OIT recomendó reforzar los marcos jurídicos a nivel de cada país, impartir formación a los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, ampliar la inspección laboral a los sectores de alto riesgo y mejorar la coordinación entre la aplicación de la legislación del trabajo y la penal. Todo eso para proteger a las víctimas y lograr detener los flujos de ganancias ilegales y perseguir a los culpables.

Periodista. Actualmente es el editor de El Economista online. Entre 2019 y 2023 coordinó Capital Humano en sus versiones en línea e impresa. Tiene una especialización en periodismo de finanzas y negocios, y en periodismo de datos. Coconductor del podcast Coffee Break.

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