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Extorsiones, asaltos y tiroteos: El impacto mental de trabajar en contextos de inseguridad
Por lo menos seis de cada 10 empresas se consideran afectadas por la delincuencia, el asalto a los empleados es el incidente más recurrente.
“En un escenario de inseguridad, la vida en el trabajo no puede ser normal. El trabajador está en un estrés constante”, afirma Jorge Gutiérrez Siles, consultor senior de Kaysa Salud y Bienestar. Los contextos de violencia como asaltos, extorsiones o balaceras tienen un impacto en la salud mental de quienes laboran en estas condiciones.
De acuerdo con el sondeo de Seguridad Empresarial 2024 de la American Chamber of Commerce México, por lo menos seis de cada 10 empresas se consideran afectadas por la delincuencia, el asalto a los empleados es el incidente más recurrente, incluso por arriba del robo a la cadena de suministro o la extorsión virtual.
Las personas que realizan sus actividades laborales en escenarios de inseguridad son propensas a desarrollar estrés, ansiedad o depresión, sólo por citar algunas afectaciones. Y como consecuencia de esto, puede haber una baja concentración y mayores errores en la ejecución de tareas.
“La situación de tensión nos lleva a un agotamiento emocional, fatiga y obviamente a una percepción sobre la falta de control en la situación laboral y personal. Todo esto nos generará un desgaste y afecta a la persona”, señala Jorge Gutiérrez.
En grandes ciudades, donde una buena parte de la fuerza de trabajo vive en la periferia, la exposición a delitos comienza con el trayecto al centro laboral, apunta Yunue Cárdenas, CEO de Menthalising.
El riesgo de impacto negativo en salud mental puede ser mayor en posiciones que por la naturaleza de las actividades están sujetas a entornos violentos; por ejemplo, los guardias de seguridad.
“Es importante entender a nivel de Recursos Humanos que este tipo de posiciones no pueden ser de trayectorias a largo plazo, no podemos pretender que hagan carrera profesional en una posición con este nivel de riesgo porque son personas que se enfermarán de manera crónica. Y de ahí la importancia de equilibrar las funciones, un guardia de seguridad puede tener períodos en los que no esté al frente del cuidado de inmuebles”, expone la también coordinadora del Hub de Psicología de Affor Health.
Los asaltos con violencia, los secuestros o los homicidios son algunos ejemplos de acontecimientos traumáticos severos, los cuales están obligadas a identificar las empresas en sus trabajadores -desde el 2019- para canalizarlos a una institución de seguridad social o privada, según la NOM-035 para la prevención de riesgos psicosociales.
La NOM-035 define los acontecimientos traumáticos severos como aquellos que se experimentan “durante o con motivo del trabajo que se caracteriza por la ocurrencia de la muerte o que representa un peligro real para la integridad física de una o varias personas y que puede generar trastorno de estrés postraumático para quien lo sufre o lo presencia”.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los entornos de violencia pueden provocar muertes tempranas por el desarrollo de cánceres o accidentes cerebrovasculares. Por ejemplo, las experiencias traumáticas en ocasiones se traducen en un abuso en el consumo de tabaco, alcohol o drogas.
“En nuestra sociedad la inseguridad puede estar normalizada”, subraya Yunue Cárdenas. Hay personas que se acostumbran a tener dos carteras porque saben que les robarán una cuando se trasladan al trabajo. “Es una práctica normal, pero eso no quiere decir que no les afecte, sólo es algo más que traen en su saco de estrés”, señala.
Hace unas semanas, Femsa informó que cerraría cerca de 200 tiendas de OXXO y Oxxo Gas en Nuevo Laredo, Tamaulipas para cuidar la integridad de sus colaboradores.
“En OXXO y OXXO Gas suspendimos la operación de nuestros negocios en Nuevo Laredo, Tamaulipas, debido a actos de violencia que pusieron en riesgo la integridad de colaboradores en dicho municipio”, indicó la empresa en un comunicado.
Luego de un trabajo en conjunto con las autoridades para determinar medidas de prevención, la compañía decidió reabrir las tiendas de conveniencia y gasolineras que opera en el municipio fronterizo.
Si bien las empresas no tienen control sobre la inseguridad, sí hay acciones que pueden tomar para mitigar los impactos en la salud mental de sus empleados, coinciden los especialistas.
¿Cómo mitigar el impacto?
Desde la perspectiva de Jorge Gutiérrez, la implementación de programas psicológicos, talleres de manejo de estrés, políticas de horarios flexibles, protocolos de seguridad, cámaras de seguridad y botones de pánico, son algunas medidas que pueden tomar las empresas.
“Entre los trabajadores hay que fomentar las redes de apoyo entre compañeros, el apoyo social nos ayuda mucho. La Norma 035 nos ayuda porque la evaluación de trabajadores sujetos a acontecimientos traumáticos severos hay que mantenerla y si se detecta algo, atenderla”, señala el especialista.
Sin embargo, es importante que las estrategias de prevención no sólo se aborden con atención clínica, sino con aspectos organizacionales como los protocolos, medidas de seguridad o capacitación. “Hay que pensar en cómo ofrecer más seguridad al personal, si todos los empleados tienen capacitación en cómo actuar ante ciertas situaciones” se mitigan los riesgos de estrés, afirma Jorge Gutiérrez.
Para Yunue Cárdenas, la NOM-035 es una herramienta que contribuye en esto, pero el enfoque no debe ser “cumplir para evitar multas”, sino aplicarla con el propósito de mejorar el entorno.
Por ejemplo, comparte la especialista, la identificación de acontecimientos traumáticos severos permite a las empresas determinar los riesgos a los que más expuestos están sus colaboradores durante los traslados al trabajo y con ello, se pueden tomar decisiones como cambiar horarios u ofrecer un servicio de transporte para el personal.
Un paso importante, opina Yunue Cárdenas, es que se pueda tener una base de datos sectorizada y regional para identificar los riesgos en seguridad para la fuerza laboral. “Necesitamos llegar al punto de comunicación, así como se comunican enfermedades en los sistemas de salud, lo derivado de la norma debería estar en una base pública, no para quemar empresas, sino para identificar”.
Sin embargo, los especialistas coinciden en que la prevención de trastornos mentales por desarrollar actividades en un contexto de violencia también demanda un rol activo del Estado para evitar delitos.