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Migración laboral se cuela en la agenda de la Cumbre de Líderes de América del Norte
La reunión bilateral que sostendrán Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden podría ser un parteaguas para tratar la movilidad transfronteriza desde sus causas, expone Marath Bolaños, subsecretario de Empleo y Productividad Laboral de la STPS.
Motivos sobran para hablar de migración y empleo entre México y Estados Unidos. Sorprendentemente, el tema no había estado en la agenda bilateral. Pero la realidad no puede seguir conteniéndose, finalmente ambas naciones dialogarán al respecto en la X Cumbre de Líderes de América del Norte.
El evento, en el que también participará Canadá, se llevará a cabo la siguiente semana en nuestro país. Los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden abordarán “temas de cooperación bilateral como migración, movilidad laboral”, informó Marcelo Ebrard, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) en diciembre durante la conferencia mañanera.
“Ojo: movilidad laboral ya se incorporó al discurso, a la narrativa y a los conceptos de la relación entre México y Estados Unidos, esto no existía, es muy reciente”, detalló.
Existía la histórica movilidad humana desde México. Lo nuevo, relativamente, son las caravanas de migrantes y las medidas para detenerlas con la excusa de la covid-19, como el Título 42. Dicha política fue implementada por Donald Trump y prohíbe la entrada a quienes “potencialmente representan un riego pata la salud”.
Al integrar el tema en la agenda bilateral, “se ha hecho un reconocimiento muy importante” de la magnitud del fenómeno, dice en entrevista Marath Bolaños López, subsecretario de Empleo y Productividad Laboral de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).
“Esto nos da una idea de la relevancia que tiene para Norteamérica, donde tenemos una integración importantísima, no solamente en el sector financiero y de mercancías, sino también en la movilidad laboral”, agrega el funcionario.
“Ha sido un reto importante para los tres países que formamos la región. Nos está obligando a mirar al talento dentro de las propias fronteras de Norteamérica y buscar de qué manera crear mecanismos para generar mayor productividad y consolidación de un mercado regional”.
De México a Estados Unidos
En Estados Unidos, el principal país receptor de migrantes en el mundo, viven más de 11.9 millones de personas que nacieron en México, más otras 27.6 millones de origen mexicano de segunda y tercera generación, según el Anuario de migración y remesas México 2022. El documento fue publicado por la Fundación BBVA México y la Secretaría de Gobernación (SG).
En 2021, la masa salarial de los trabajadores y trabajadoras mexicanas inmigrantes en Estados Unidos fue de 283,000 millones de dólares, según el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla). Esta cifra equivale al 22% del Producto Interno Bruto (PIB) de México.
Las millones de personas migrantes mexicanas en aquel país “aportan cerca de 60,000 millones de dólares en remesas, lo cual ha significado un impulso importante a la economía”, dice Marath Bolaños.
Es la primera vez que ambas naciones hablarán sobre migración y empleo. Pero el antencedente es quizá el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el cual incorporó un capítulo laboral.
A principios del año pasado, jornaleras migrantes mexicanas solicitaron a la STPS interponer una queja mediante el T-MEC contra el gobierno estadounidense por discriminación y violencia sexual sistémicas en el programa de empleo temporal H2A.
El programa de trabajadores agrícolas temporales “hay que verlo también como una gran herramienta, que ha operado desde 1974 entre México y Canadá. Desde ahí podemos generar una estrategia de atención para las poblaciones que están en movilidad laboral”, apunta el subsecretario.
Este tipo de políticas “permiten traslados seguros, ordenados, regulados y circulares, porque van y vuelven. Por citar un dato, en el último año tuvimos cerca de 25,000 trabajadores que, a través del programa de trabajadores agrícolas temporales, se desplazaron hacia Canadá”.
Hay retos, reconoce. “Sin embargo ha habido un acompañamiento importante en los servicios consulares de México en Canadá para dar también seguimiento a todo tipo de denuncia sobre las condiciones laborales que no sean las óptimas”.
Centroamérica en el centro de la agenda
Pero el asunto de migración y empleo no es sólo bilateral. Habría que “extender esta visión hacia países aledaños, cuya población también se encuentra en movilidad laboral. Estoy hablando mayormente de países centroamericanos, donde han tenido desplazamientos importantes de gente que busca trabajo no solamente en Estados Unidos y Canadá sino en México”.
El presidente López Obrador “ha propuesto a sus pares de la región, a lo largo de todo su mandato, combatir las causas estructurales que generan la migración a través de un desarrollo sostenido en Centroamérica, porque también es un fenómeno compartido”, detalla el funcionario federal.
En 2019, los modelos de los programas Jóvenes Construyendo el Futuro (JCF) y Sembrando Vida fueron exportados a Guatemala, El Salvador y Honduras. “En México JCF ha significado una inversión importantísima en la juventud, con especial énfasis en zonas de mayor incidencia delictiva, de rezago social y que en muchas ocasiones generan población en condición de movilidad laboral”.
El gobierno del presidente López Obrador “lo ha planteado como una estrategia, ver los programas sociales como una inversión en la sociedad para generar mejores condiciones y, con ello, reducir fenómenos que no quisiéramos que se desarrollen”, agrega.
En el año fiscal 2022, la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) reportó una cifra récord de casi 2.4 millones de encuentros en la frontera con México.
Es decir, fueron aprehensiones y expulsiones de personas migrantes procedentes, principalmente, de Venezuela, Cuba, Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honduras. Más de 71,000 de ellas fueron devueltas a nuestro país en el marco del programa Quédate en México, por el que las personas solicitantes de asilo no mexicanas fueron obligadas a esperar la resolución de los tribunales de inmigración estadounidenses en nuestro territorio.
En México también hay más personas pidiendo asilo. En 2022 las solicitudes rompieron un nuevo récord al superar los 118,000 casos. En su espera, esas personas necesitan ingresos. “La Secretaría del Trabajo ha atendido a 2,500 personas en movilidad en los tres Centros Integradores para el Migrante (CIM) en Tijuana, Ciudad Juárez y en Matamoros”, explica Marath Bolaños. Parte de esa población es mexicana retornada.
Esos centros proporcionan alojamiento, alimentación y servicios de salud, educativos y de vinculación laboral. “A través del Servicio Nacional de Empleo (SNE) les facilitamos un perfilamiento laboral y se les acerca a vacantes”. Ha sido una labor también “de hablar con los empleadores para que contraten a estas personas”.
Los asuntos dentro de la agenda laboral en México “han sido álgidos”, pero es necesario integrarle el tema transfronterizo, dice el Subsecretario de Empleo. “Será una reunión que nos ayudará a combatir las causas estructurales que fomentan la movilidad laboral en condiciones peligrosas y no reguladas”.