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"Tenemos que democratizar la flexibilidad laboral, que no se limite a los corporativos"
Gabriela García Cortés, presidenta de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (Amedirh).La nueva presidenta de la Amedirh considera que el 2022 será clave para demostrar que los cambios alcanzados en las empresas en la pandemia son viables y deben permanecer.
“Vamos a necesitar vitaminas”, afirma Gabriela García Cortés en relación a los desafíos que tendrán los departamentos de gestión de talento el próximo año, espacio que se perfila como un entorno decisivo para demostrar que los cambios acelerados por la pandemia deben permanecer. En enero del próximo año, ella se convertirá también en presidenta de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (Amedirh) y será la primera mujer en ocupar el cargo en casi 75 años de existencia de la organización.
Desde la perspectiva de la ejecutiva, el 2022 será aún más desafiante para los profesionales de Recursos Humanos porque se tendrá que convencer con indicadores a la alta dirección sobre la importancia de mantener los modelos de trabajo flexible y, al mismo tiempo, pensar de qué manera esta flexibilidad acelerada por la emergencia sanitaria puede abarcar a todos.
“¿Cómo podemos ser más democráticos y que la flexibilidad no sólo sea para el de la oficina en el corporativo, que también alcance para el repartidor que tiene que ir a las tiendas? Creo que ahí hay una deuda pendiente, de poder ser más democráticos. No tenemos que darles lo mismo a todos, pero sí darle alternativa a cada quien conforme a la naturaleza de su trabajo. Ahí hay mucho trabajo por hacer”, expone en entrevista la también vicepresidenta senior de Recursos Humanos de PepsiCo Alimentos México.
El desafío planteado por la ejecutiva es importante en un país como México, donde el teletrabajo sólo es opción para el 10.6% de los empleos, según estimaciones de economistas del Banco de México (Banxico).
En la misma discusión en torno a las nuevas dinámicas de trabajo, Gabriela García opina que otro de los retos es determinar hasta qué punto se puede otorgar la flexibilidad. “Hay que preguntarnos hasta dónde queremos estirar la liga sin tener miedo de caer en pérdida de control”.
Los departamentos de gestión de talento tienen una responsabilidad muy grande en la permanencia de los nuevos modelos de trabajo y que las transformaciones alcanzadas en materia laboral no retrocedan.
En ese sentido, la nueva presidenta de la Amedirh reconoce que esta tarea no es sencilla porque está vinculada con el rol que los propios profesionales de Recursos Humanos asumen en las organizaciones y en la medida en que se logra demostrar el impacto que puede tener en las personas una estrategia u otra.
“Hablar en números es importante, como un negocio. Nos hemos perdido en pensar que hablar de personas es un tema soft, pero no es así, tiene resultados e indicadores tangibles y si los cuantificas y logras hablar en el lenguaje de negocio, no veo por qué no tengas un lugar en la mesa y creo que la pandemia abrió aún más esta posibilidad”, señala.
Recursos Humanos y sus sucursales
De acuerdo con un estudio de LinkedIn y Glint, los trabajadores que sienten falta de interés de sus líderes tienen 42% más de probabilidades de renunciar y los que no se sienten apoyados por sus jefes tienen hasta 45% más de posibilidades de aplicar a otra vacante.
Ante este contexto, la transformación del liderazgo es uno de los retos que tienen los departamentos de Recursos Humanos en el 2022, convirtiendo a cada jefe en una sucursal del área de gestión de talento. “No vamos a poder nosotros hacer frente a todo al mismo tiempo, necesitamos aliados y son los líderes”, asegura la ejecutiva.
En ese tenor, García Cortés considera que el liderazgo debe evolucionar para asumir un papel de gestor y apoyar a Recursos Humanos en la escucha activa y cercanía con los colaboradores, pues los jefes deben conocer con mayor detalle la situación de su equipo.
“El punto principal es entrenar a los líderes en esta nueva expectativa de liderazgo hacia adelante, que es mucho más vulnerable, mucho más cercano, mucho más humano y se interesa genuinamente por la gente. Eso no está fácil porque a la mayoría no se les da de manera natural y quieren que sea Recursos Humanos el que venga a decirles si le dan permiso a Luis de trabajar en la playa o si debe regresar a la oficina”, apunta.
La silla no se puede soltar
Gabriela García está consciente que la pandemia trajo muchos desafíos para las áreas de gestión de talento, pero es también la oportunidad de demostrar que el trabajo de Recursos Humanos es igual de importante que el de otros departamentos y asumir un asiento en la mesa de líderes de negocio.
“Todas las crisis generan oportunidades brutales. Está padrísimo tener un lugar protagónico en la mesa, no los soltemos, la silla es nuestra y está todo el espacio dado”, subraya.
Este nuevo rol estratégico que deben asumir las áreas de capital humano requiere que los profesionales crean en la importancia del papel que desempeñan. “Recursos Humanos ha sido el procesador de cosas que alguien más decide. Eso dejó de ser efectivo hace mucho”.
Asumirse como un rol de ejecutor de procesos, de administrador de políticas o de “policía” siguiendo a todos son tareas que los departamentos de gestión de talento deben dejar porque no agregan valor, asegura.