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Trabajo remoto: Una solución práctica a la escasez global de talento
Las empresas que prueban el modelo empiezan contratando fuera de su ciudad, en todo el país, después fuera de su zona horaria y finalmente en cualquier lugar del mundo. Hoy la posibilidad de encontrar a un candidato con el perfil adecuado existe en cualquier país.
En la teoría económica, uno de los objetivos es encontrar el punto de equilibrio entre la oferta y la demanda en un modelo que dé estabilidad al mercado. A raíz de la pandemia, las empresas aceleraron los procesos de digitalización, incrementando la demanda de talento en tecnología, lo que difícilmente se podía satisfacer con la oferta de especialistas disponibles en ese momento. La solución inmediata fue recurrir a un modelo que, si bien ya existía, su uso se extendió en ese momento: acceder a talento de cualquier parte del mundo a través del trabajo remoto.
Esa medida, en su momento temporal, es hoy la solución para un problema que persiste de escasez de talento. De acuerdo con la OCDE, se espera que para el año 2030, el 80% de los empleos sean reemplazados por carreras STEM y el 90% de las empresas ya tienen grandes desafíos para conseguir talento digital crítico. Tan solo México presenta un déficit del 33% en la cantidad de profesionales graduados en estas carreras versus la demanda laboral que existe a nivel regional.
Ante este escenario, ¿cómo puede ayudar el ecosistema de trabajo remoto a remediar la escasez de talento y para equilibrar la creciente demanda de posiciones tecnológicas?
Primero, es importante entender cuáles son los factores que caracterizan a esta modalidad laboral:
- Autonomía. Sin ella el trabajador estaría bloqueado todo el tiempo, sin poder avanzar. El trabajo no depende de la disponibilidad de otras personas, que incluso pueden estar en una zona horaria distinta, terminando su día laboral o que estén en sus horas de sueño.
- Confianza. Es fundamental que el jefe confíe en el empleado y viceversa. Los empleadores deben asumir que las personas que están contratando son adultos, profesionales, que van a hacer un buen trabajo, mientras los empleados devuelven esa confianza en el modelo de trabajo y el propósito de la empresa. La confianza en un entorno remoto se tiene que dar, ya que sin ella la autonomía no sería posible.
- Transparencia. El ecosistema remoto requiere crear prácticas de comunicación claras y constantes en todas direcciones. Es importante que el equipo conozca los procesos y proyectos, sepa cuáles son sus prioridades, en qué está bloqueado, cuál será su siguiente tarea, dónde se requiere ayuda. Estas prácticas de transparencia se basan en la confianza que se tiene en el empleado, lo que alimenta su autonomía. Así se cierra el círculo entre las tres características del trabajo remoto.
Existen muchos otros aspectos que son importantes para considerar en los esquemas de trabajo remoto, por ejemplo: mejorar la forma de hacer reuniones, la compensación en un entorno multicultural y aprender a trabajar de forma asíncrona. Sin embargo, los tres pilares fundamentales mencionados anteriormente, condicionan el éxito del resto.
Las nuevas necesidades del talento
El trabajo remoto, a pesar de que ya se practicaba antes de la pandemia, vivió su mayor auge durante el periodo de aislamiento. Las personas que experimentaron esta modalidad descubrieron una nueva forma de compaginar la vida laboral con la personal; sus necesidades y prioridades cambiaron.
El fenómeno conocido como “la gran renuncia”, que se vivió en muchas economías avanzadas, tiene como trasfondo que muchas personas se están replanteando qué buscan en la vida y lo que necesitan para lograrlo. En esa mentalidad, la flexibilidad del trabajo remoto juega un papel crucial.
El mismo efecto de oferta y demanda hace que el talento capacitado tenga hoy un mayor poder de negociación y busque las mejores condiciones para aceptar un empleo. Un estudio reciente de PageGroup coloca a los modelos de trabajo flexible y una mayor calidad de vida entre los principales motivadores de este perfil de trabajadores.
La gente encuentra mayor beneficio en la flexibilidad, al sentirse bien se queda más tiempo en sus trabajos, tienen mayor libertad, se sienten más productivos y mueven a las empresas a buscar mejores prácticas; por ejemplo, en el pasado hablábamos del número de horas trabajadas y se evaluaba el desempeño por el tiempo y no por resultados, algo que claramente ha cambiado en este modelo.
Estos cambios están haciendo que el talento demande una nueva forma de interactuar con el trabajo, lo cual requiere la adaptación de las empresas. Es justo en ese punto que a ellas les favorece, porque al adaptarse se vuelve más sencillo una cultura de apertura para contratar en todo el mundo.
Actualmente ya no se descarta a un buen candidato por dónde viva, pues ya no es necesario moverse de su ciudad de origen. Las empresas que prueban el modelo empiezan contratando fuera de su ciudad, en todo el país, después fuera de su zona horaria y finalmente en cualquier lugar del mundo. Hoy la posibilidad de encontrar a un candidato con el perfil adecuado existe en cualquier país.
En cuanto más nos abrimos al mundo, más diversidad atraemos para la empresa. No sólo es más fácil encontrar a la gente adecuada, sino también a quien aporte algo distinto, que complemente a lo que ya se necesita. Podemos atraer gente de distintas culturas, educaciones, acentos, religiones o formas de ver el mundo.
En un entorno global donde podemos tener clientes alrededor del mundo, contar con un equipo que represente la diversidad nos da una gran ventaja competitiva. Nos permite integrar más ideas que nos lleven a un mayor nivel de innovación y a mejores resultados y soluciones para nuestros clientes. En el mercado global las prácticas de trabajo remoto van un paso más adelante.
Un modelo para preparar nuevas generaciones
Finalmente, el tema de contar con un modelo educativo que prepare a las nuevas generaciones en este formato de trabajo es fundamental para alcanzar el punto de equilibrio. No por estar al final es menos importante, por el contrario, es justo lo que cierra el círculo para crear el ecosistema de trabajo remoto que pueda satisfacer adecuadamente la demanda de talento.
Hoy la manera en que se prepara a las personas para ingresar al mundo laboral es clave. La autonomía, confianza y transparencia que son base del modelo de trabajo remoto deben ser valores que se fomenten desde la educación.
Se necesita un modelo educativo que genere hábitos de aprendizaje, que replique ambientes reales de trabajadores remotos multiculturales en los que se enfrenten a retos cotidianos como la comunicación intercultural. Al hacerlo, la transición hacia el mundo laboral es más tersa para ambas partes.
Al final se trata de que este reajuste de talentos en un ecosistema laboral remoto llegue a un equilibrio y signifique una fórmula de ganar-ganar con empresas productivas y empleados que se desarrollen profesionalmente mientras llevan el estilo de vida que han elegido para sentirse plenos.
*El autor es CEO y Fundador de la edtech Microverse (@ArielCamus)