Lectura 6:00 min
Lou López: éxito tejido en insistencia
Ser talentosa no le fue suficiente para llegar a lo más alto de su deporte, pero la perseverancia y los sacrificios, incluso cambiando de continente, le permitieron ser fichada por la WNBA.
La atleta mexicana Lou López (Guadalajara, Jalisco; 12 de mayo de 1998) es una prueba viviente de la veracidad de la frase popular que dice: “cuando te toca, aunque te quites, y cuando no, aunque te pongas”. Hasta hace unos años, su destino parecía difuso saltando entre viviendas en Irlanda y Francia, e incluso estando a punto de ser embestida por un rinoceronte en un safari, pero todos esos episodios tuvieron su razón de ser durante el Draft 2023 de la WNBA, al ser seleccionada para jugar en una de las mejores ligas de basquetbol femenil del mundo.
“Tenía la confianza de todos los que me rodean para llegar hasta aquí, mis entrenadores y mis compañeras de equipo me la dieron. También mi confianza para darme cuenta de que podía competir a este nivel (…) He recorrido un largo camino y estoy muy agradecida de estar aquí por todos los pasos que logré”, dijo con una sonrisa que nadie podía borrar durante su aparición en el Draft del pasado 10 de abril.
López Sénéchal fue fichada por Dallas Wings en la quinta ronda de la ceremonia de transferencias. Es un equipo que ha ganado la WNBA en tres ocasiones, la última de ellas en 2008, y en el que han participado figuras como Deanna Nolan, Cheryl Ford y Liz Cambage. Ahora sus expectativas para ser protagonistas de la liga están centradas en el talento de la jalisciense.
Ahora el nombre de Lou López aparece en todos los medios por ser la primera mexicana seleccionada en un Draft de la WNBA, pero eso es sólo la punta del iceberg de una vida que ha pasado por diferentes episodios de batallas, empezando por la separación de sus padres y su cambio de residencia a más de 9,000 kilómetros de su ciudad natal.
Hija del mexicano Carlos López y de la francesa Sophie Sénéchal, apenas a los cinco años tuvo que comprender que su vida estaría dividida por todo un océano entre el hogar de su papá y el de su mamá después de que decidieran separarse. Sophie se la llevó a vivir con ella a Grenoble, Francia, y allí recibió otro reto: el de adaptarse a su padrastro.
De acuerdo con una entrevista que Lou López concedió a ESPN, narra que Tim Presto, su padrastro, primero se vinculó con ella a través de una amistad que incluía tardes jugando futbol y esquiando, hasta que después de un par de años él y Sophie le hicieron ver que tenían una relación sentimental. Lou lo tomó como una “traición” de su amigo, pero poco después llegó la aceptación y Presto se convertiría en una pieza clave en su camino a la WNBA.
Marcada por esos sucesos antes de los ocho años, Lou todavía tuvo que enfrentar la transición cultural de no hablar francés y, por tanto, ser vista como la niña tímida de su colegio. La adaptación llegó pronto gracias a compañeras que jugaban con ella sin importar su escasez de palabras y también a través del deporte, empezando a fijarse en el basquetbol (antes su deporte predilecto era el futbol).
Además de aprender francés, incursionó en el idioma del basquetbol y pronto empezó a figurar, por lo que tanto ella como su padrastro y entrenadores se dieron cuenta de que este deporte era una oportunidad para sus proyecciones a futuro. Al llegar la adolescencia no hubo muchas dudas en su siguiente paso, que fue llegar a la Academia del Atlántico Norte, ubicada en Irlanda, donde pulió sus cualidades físicas y tomó el coraje necesario para un escalón todavía más importante: el baloncesto universitario de Estados Unidos.
Mientras trabajaba en la academia irlandesa no había tomado en serio otros planes dentro del basquetbol, hasta que una compañera le platicó que se iría a Canadá a jugar en nivel universitario. Eso, más los comentarios positivos de su entrenador, Dermot Russell, quien la definió como “un diamante en bruto”, la terminaron por empujar a la decisión de regresar al continente americano pero unos kilómetros más al norte de su México natal.
Lou asegura que envió cartas a 280 universidades de Estados Unidos para poder ser reclutada, aunque evitando las 25 mejores rankeadas por la Asociación Nacional de Deporte Colegial (NCAA, por sus siglas en inglés) por recomendación de su padrastro, basado en la estrategia de que llamaría más la atención de escuelas sin tanta exigencia.
Después de varias semanas pegados frente al correo electrónico y enviando sus videos de mejor calidad practicando el baloncesto en Europa sin éxito alguno, al fin recibió una respuesta por parte de la Universidad de Fairfield tras el visto bueno del head coach, Joe Frager, quien desde el primer entrenamiento presencial comprobó que no se había equivocado en fichar a López desde Francia y la invitó a participar en el equipo de División I con sólo 19 años.
A partir de ahí, el talento de Lou se diseminó como un río al llegar al océano: ganó el premio a Jugadora del Año en la temporada 2021-22 dentro de la Metro Atlantic Athletic Conference, la división de la NCAA donde competía; fue novata del año y elegida múltiples veces al equipo All-Star de la conferencia; fue la segunda jugadora en la historia de su universidad en superar los 600 puntos en una temporada; y ayudó a lograr el primer título en 24 años.
Tras ese periodo de esplendor entre 2018 y 2022, la historia de Lou se invirtió y ahora, en vez de ser ella quien enviara las solicitudes a universidades, empezó a recibirlas. Eso le permitió dar el salto en su último año como atleta colegial a la Universidad de Connecticut (UConn), una de las más respetadas en la NCAA y asistente frecuente al Final Four.
A pesar de que aquí no pudo ganar el título, confirmó su potencial como basquetbolista con 37 partidos y un promedio de 15.5 puntos, 3.1 rebotes y 1.6 asistencias por juego, además de ser la novena jugadora con mejor porcentaje de triples con un 44.0 a nivel nacional. Esa fue la catapulta final para llegar a la WNBA después de un trayecto que comenzó en Guadalajara e hizo escalas en Francia, Irlanda y Fairfield.
La sonrisa de Lou durante la ceremonia del Draft 2023 borró toda incertidumbre y decepción. Es su oportunidad de participar en una liga profesional élite de su deporte y todo se lo debe a su talento y su perseverancia. La WNBA comenzará el 19 de mayo y con ella empezará una narrativa diferente en su vida, pero sin perder su esencia de guerrera.