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Subir participación laboral femenina a 53% daría 6 puntos del PIB

Es una medida del valor que se reduciría solo un poco el rezago de México, pues la media de participación femenina en Latinoamérica es del 57%, destacan especialistas en foro de la Facultad de Economía de la UNAM.

En México solo el 5% de los niños ha estado en guarderías y en la OCDE el promedio es del 35%; Hay mucho por hacer”.

Guillermina Rodríguez, subdirectora de Estudios Económicos de Citibanamex

Talento desperdiciado. Dejando la productividad constante, si en México la tasa de participación laboral femenina pasara del 46% actual a 53%, que es el promedio global, el Producto Interno Bruto (PIB) del país sería 6% mayor respecto de su tamaño actual.

Esa es solo una medida conservadora del valor de la subutilización del talento femenino, pues solo toma como referencia el atraso de México en esta materia frente a la media mundial. El atraso es todavía mayor tomando en cuenta que la tasa de participación laboral femenina en América Latina promedia 57% y en otras economías pueden rebasar el 80%, como sucede en países nórdicos como Suecia y Noruega.

El cálculo lo presenta Guillermina Rodríguez, subdirectora de Estudios Económicos de Citibanamex, quien apunta que ese aumento de siete puntos porcentuales en la tasa de participación laboral de las mujeres en México para llevarla a 53% de la población en edad de trabajar, significa elevar en 3.7 millones la población ocupada, que prometió 59.5 millones de personas durante el primer semestre del año, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).

“¿Qué pasaría si pasara la participación laboral a un porcentaje similar al mundial de 53% y vamos a dejar la productividad laboral constante? Son supuestos heroicos, ciertamente, pero sirven para dimensionar la importancia que tienen las mujeres en la economía. Esto implicaría que aumentaría en 3,7 millones de personas la PEA ocupada. Con esto el crecimiento del PIB aumentaría en seis puntos porcentuales. Es una barbaridad. Y entonces, en lugar de haber crecido 3.2% el PIB (como ocurrió el año pasado), hubiera crecido más de 9%”, dijo durante su participación este martes en la septuagésima séptima reunión trimestral del Centro de Modelística y Pronósticos Económicos (CEMPE) de la Facultad de Economía de la UNAM.

De acuerdo con los datos del Inegi, la tasa de participación laboral en hombres durante el primer semestre del año fue de 76%, es decir, fue 30 puntos mayor a la de las mujeres. De los 61 millones de personas que conforman la fuerza laboral en México, 36 millones son hombres y 25 millones, mujeres.

En la reunión del CEMPE, dedicada este trimestre al análisis del mercado laboral en México, Guillermina Rodríguez destacó la necesidad de impulsar una agenda de políticas públicas robusta para disminuir las brechas económicas entre hombres y mujeres, que se expresan en otros ámbitos como el salario, el acceso a servicios financieros y las responsabilidades de los cuidados familiares. Este último aspecto es, de hecho, uno de los principales motivos que relegan a las mujeres del mercado laboral y que urge atender con un sistema de cuidados.

“En esta administración federal se han hecho esfuerzos, se intenta pasar el presupuesto para equidad de género de 0.12 a 1.2% del PIB, pero el diablo está en los detalles cuando vemos que no hay reglas claras para asignar los presupuestos hacia ciertas actividades para disminuir brecha”, criticó Ramírez.

Sin embargo, confió en que en la próxima administración se fortalecerá esta agenda, en medio de la propuesta de la próxima presidenta Claudia Sheinbaum de crear un sistema nacional de cuidados. “En México solo el 5% de los niños ha estado en guarderías y en la OCDE el promedio es de 35%; Hay mucho por hacer”, lamentó.

Desafíos fiscales

Por su parte, Eduardo Loría, director del CEMPE resaltó el reto fiscal que este y otros aspectos de impulso al mercado laboral, en general, representarán para el próximo gobierno. Algunos de estos, como el seguro de desempleo, serían convenientes, dijo, pero se complicaría su implementación dadas las prioridades de la política social actual y el margen reducido presupuestal ante la necesidad de una consolidación fiscal para el 2025.

Por su parte, Norma Samaniego, economista independiente especializada en el estudio del mercado laboral, resaltó la necesidad de que en el próximo sexenio continúe la recuperación de la masa salarial como proporción del Valor Agregado Bruto total del país.

Y es que, si bien gracias a la política de recuperación salarial de los últimos años creció un 29% en el 2022, según el último dato disponible, esto significa que apenas recuperó el nivel de hace 30 años. Ya considerando los ingresos de los trabajadores no subordinados, la ONU calcula que el dato para México sube a 35%, que es apenas poco más de la mitad del 60% que promedian los países de la OCDE, destacó.

octavio.amador@eleconomista.mx

Editor de Empresas y Negocios en El Economista

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