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Opinión

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El Sistema Nacional de Salud en México, una ecuación para balancear

En la formación de nuevos gabinetes gubernamentales es crucial encontrar un equilibrio adecuado entre mantener la continuidad de las políticas exitosas y promover cambios en áreas que requieren mejoras. Este balance es fundamental para garantizar una transición efectiva y un gobierno eficiente. El pragmatismo, como corriente filosófica, enfatiza las consecuencias prácticas de las ideas y acciones. En el contexto de la formación de gabinetes, implica evaluar objetivamente qué funciona y qué no, más allá de ideologías rígidas. Esto se alinea con la búsqueda de un equilibrio entre continuidad y cambio basado en resultados concretos.

Lo visto por quien escribe estas líneas es que al menos existe una intención e interés a la apertura al diálogo con los actores de la iniciativa privada y este sector que usualmente es llamado proveeduría, sin embargo, éste es un momento para trascender este término legal/administrativo a uno en el que su rol sea de agente en el proceso de transición a la nueva administración. Haciendo esta reflexión, regreso al tema central de esta columna.

¿De qué estábamos hablando? De balancear la ecuación, y esto se puede analizar desde muchos ángulos; considero que el reto actual para el próximo secretario de salud está en la definición de bases en la estructura de la Secretaría Salud. El reto está en un ejercicio de autoevaluación honesto y crítico que permita la definición y priorización de aquellos temas determinantes para la concreción de los objetivos y retos en salud pública.

Es decir, si pensamos en la unificación de criterios en la atención en salud, debemos voltear a ver lo realizado en materia de Protocolos Técnicos de Atención de observancia obligatoria que garanticen que sin importar donde se reciba dicha atención exista la certidumbre de atención o que, en su defecto, permita que a pesar de los cambios en nuestra situación laboral nuestra atención en el sistema pública nos de acceso a algoritmos de tratamiento homologados que reduzcan los riesgos por los ajustes terapéuticos. Esto requiere de insumos para la salud con el debido registro sanitario y la correspondiente clave del Compendio Nacional de Medicamentos.

¿A dónde voy? A que es necesario el fortalecimiento del carácter rector de la Secretaría de Salud y el Consejo de Salubridad General. En lo regulatorio se han hecho propuestas con miras a la certidumbre de los sectores regulados, como el de medicamentos, sin embargo, la implementación deberá recaer en quienes han diseñado dichas estrategias y evitar, en la medida de lo posible, que la curva de aprendizaje y/o las diferencias en las perspectivas entre los equipos entrantes y salientes retrasen la puesta en marcha de estas estrategias. En resumen, es necesaria la continuidad en estos perfiles en la gestión de estas responsabilidades.

Del otro lado de la ecuación, hay otros tantos ejemplos, pero me daré a la tarea de enfocarme en temas críticos como la gestión de los procesos de adquisición, adjudicación y distribución de insumos para la salud. Esto considera desde material de curación hasta medicamentos de alta especialidad y algunos otros tantos que requieren de manejo especializado, como lo es la cadena de frío. La falta de claridad en criterios de cualificación de distribuidores, e incluso, fabricantes de estos insumos que estén en pleno cumplimiento de sus obligaciones para ser considerados para tal función. Hay un reto importante en la trazabilidad, integración de la demanda agregada con acceso a la demanda desagregada para cada institución que se integra al proceso de compras consolidadas y que resulta en la pérdida de la capacidad de entregar en tiempo y forma estos insumos en los lugares donde se necesitan en el momento que se requieran.

Retos importantes, sin duda, pero si vemos a estos como áreas de oportunidad, existen procesos, sistemas y millones de horas hombre de experiencia que deberán de ser convocados a la construcción de un modelo revisado que reduzca los impactos negativos que hemos visto en el día a día.

Retomando lo dicho al principio de esta columna, es necesaria la continuidad en la apertura de la administración entrante para mantener el diálogo efectivo con la iniciativa privada. Algunos pasos se han tomado, hay que reconocerlo, como la homologación documental; sin embargo, será necesario mantenernos atentos para ver que estos se traduzcan en avances reales.

Hoy cierro con una frase de Nassim Taleb en su libro Antifrágil: “Las dificultades detonan la genialidad".

*El autor cuenta con 25 años de experiencia en el sector de la salud en México y Latinoamérica, fue socio fundador de una consultoría enfocada en el análisis de las políticas públicas en salud, salud digital y sostenibilidad. Y actualmente se dedica a la gestión de asuntos corporativos en materia de salud para la industria farmacéutica.

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