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Opinión

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Emergencias por eventos naturales extremos

“Los azotes físicos y las calamidades de la naturaleza humana hicieron necesaria la sociedad. La sociedad se agregó a los desastres de la naturaleza. Los inconvenientes de la sociedad hicieron necesario al Gobierno, y el Gobierno se agregó a los desastres de la sociedad. Esta es la historia de la naturaleza humana.” Nicolas Chamfort

Me platica mi amigo, el médico mexicano Dr. Carlos Santos Burgoa, miembro titular de la Academia Nacional de Medicina y actual director del programa de políticas en salud global de la Universidad George Washington que, visibilizó en medios las reflexiones de la senadora Xóchitl Gálvez sobre el huracán Otis y sus graves efectos sobre la población guerrerense, así como la propuesta de sucinta pincelada de una Agencia Mexicana de Manejo de Emergencias.

Carlos con su amplia trayectoria académica, profesional y experiencia ganada en el servicio público en el manejo de pandemias, inundaciones, terremotos; así como desde sus seis años en investigación global con dedicación al estudio de huracanes de alta magnitud, nos quiere aportar elementos inciales y operativos, los cuales a nombre de la senadora Xóchitl Gálvez y del mío propio agradecemos y compartimos estimados lectores, sabiendo que como Carlos hay muchísimos mexicanos que pueden apoyar a la reconstrucción y formulación de un Sistema Unificado de Salud. A continuación los elementos inciales a considerar.

  • Primero. Los eventos naturales extremos como huracanes, incendios de bosques, inundaciones, erupciones volcánicas y terremotos; en especial los tres primeros, seguirán una tendencia incremental en frecuencia, intensidad y celeridad. 
  • Segundo. A estos eventos, hay que sumar los antropogénicos, en especial de sustancias químicas industriales –explosiones y fugas– y de transporte de sustancias tóxicas, radioactivas o biológicamente activas. Estos aumentarán en frecuencia y cercanía a la población dado el aumento del desarrollo industrial nacional. Por ende, tendrán que atenderse -más temprano que tarde- todos los diversos tipos de peligros. 
  • Tercero. Enfrentarlos requiere de una respuesta intersectorial, de los diferentes órdenes de gobierno, y con plena participación de la sociedad y los ciudadanos, en un ejercicio de Estado.
  • Cuarto. La capacidad del Estado para prepararse y responder dará la medida para que los eventos extremos antes referidos no se traduzcan en desastres como el ocurrido en Guerrero.
  • Quinto. Un desastre sucede por las condiciones socioambientales, infraestructura, y gobernanza junto con los factores propios del evento natural extremo. Es importante enfatizar que no todos los evectos naturales extremos tienen que terminar en desastres; éstos suceden cuando no estamos listos para ello (sic).

Los elementos operativos proporcionados por Carlos para evitar haya un desastre los describo a continuación, que servirían al menos, como una breve lista de verificación institucional.

  • Primero. Se requiere articular una acción por parte del Estado de protección, prevención, preparación, mitigación, respuesta y recuperación a todos estos eventos extremos que sabemos sucederán dentro del territorio y poblaciones. 
  • Segundo. Especialmente los tres primeros componentes -protección, prevención ypreparación- requieren de la construcción de capacidad organizacional, informática, comunicacional y humana de largo aliento, que demandan de forma prioritaria profesionalización y estrategia. 
  • Tercero. El manejo debe ser sustentado en protocolos basados en riesgos rigurosamente identificados, monitoreados y analizados para la toma de decisiones tempranas y oportunas.
  • Cuarto. Todo lo anterior requiere de financiamiento sustancial preparativo, más allá de los 10,000 millones de pesos propuestos o de los fondos quizá existentes en el FONDEN; además de un financiamiento para las siguientes etapas de mitigación, respuesta y recuperación.
  • Quinto. En la medida que se trabaje en los tres primeros componentes, el financiamiento de los tres subsecuentes puede ser de menor magnitud. La justificación del financiamiento debe sustentarse en la operación del fortalecimiento institucional de todo el Estado, así como para la acción operativa de respuesta y recuperación.
  • Sexto. Este financiamiento tiene que actuar sinérgicamente con el que las entidades federativas, municipios y organizaciones específicas asignen a la tarea, para lo cual habría que identificar una fórmula explícita basada en riesgos. 
  • Séptimo. La institucionalización para atender los eventos extremos no puede caer en una sola organización. Deben participar escuelas, hospitales, transportes, hoteles, tiendas, mercados, compañías de agua, de electricidad y de energía. Todos deben tener un componente sólido que atienda esa dimensión.
  • Octavo. Experiencias como lo ocurrido con la agencia federal para el manejo de emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) en los Estados Unidos de NorteAmérica nos muestran una abdicación de la responsabilidad a una agencia de seguridad, sin mayor inversión por el resto de los sectores y órdenes involucrados, con una importante desvinculación con la sociedad y la comunidad, que a final de cuentas, es son los más afectados y los primeros en responder.
  • Noveno. La experiencia del programa Oportunidades en México, nos hizo ver el abordaje paliativo que tuvo, así como la abdicación de los otros sectores por la agenda de equidad que debió de atenderse integralmente.
  • Décimo. La naturaleza de la institución debe ser de una ágil red intersectorial, de diversos órdenes de gobierno e integración social. Donde su autoridad la ejerza por su mandato legal, su capacidad técnica, de apoyo al desarrollo organizacional de todos los sectores, y su control sobre el financiamiento para toda la acción del Estado en la materia. Esta debe ser una estructura innovadora de la administración pública.

Concluye Carlos señalando que no se podría seguir asumiendo el costo económico y en vidas, por haber creado estructuras que nazcan anquilosadas de inicio y sin las características del punto anterior.

Agradeció a Xóchitl su sensibilidad para recordar una temática soslayada ahora que hemos visto los estragos del huracán Otis sobre nuestra costa del Pacifico.

www.ectorjaime.mx

*Éctor Jaime Ramírez Barba es médico especialista en cirugía general, certificado en salud pública, doctorado en ciencias de la salud y en administración pública, y es diputado reelecto del grupo parlamentario del PAN en la LXV Legislatura.

 

Éctor Jaime Ramírez Barba es médico cirujano, especializado en salud pública, doctorado en ciencias de la salud y en administración pública, y es diputado reelecto del grupo parlamentario del PAN en la LXV Legislatura.

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