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Opinión

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¿Cuál es tu personalidad financiera y cómo influye en tus finanzas personales? (Parte 7 de 8)

Hoy hablaremos de una personalidad financiera que en particular considero muy interesante, quizá porque hay una delgada línea entre ella y la prudencia.
El “Escéptico” - La desconfianza que limita las oportunidades financieras

La personalidad del “escéptico” se caracteriza por una profunda desconfianza hacia el sistema financiero y las oportunidades de inversión. Esta persona tiende a cuestionar la validez de las recomendaciones financieras y puede ser reacia a confiar en el mercado en general.   

Así, los “escépticos” suelen tener una visión negativa de las inversiones, creyendo que la mayoría de las oportunidades son demasiado arriesgadas o que están diseñadas para beneficiar a otros en lugar de a ellos mismos. Son los que piensan que los mercados están arreglados en favor de las grandes instituciones.

Esta desconfianza puede estar arraigada en experiencias pasadas, como haber sufrido pérdidas financieras por desconocimiento, o quizá por haber sido engañados por promesas de ganancias rápidas. Como resultado, pueden dejar su dinero sin invertir (sentado en una cuenta bancaria o en el mejor de los casos, instrumentos de muy corto plazo). Además, suelen adoptar una actitud muy cerrada para escuchar puntos de vista distintos, de gente que sabe más que ellos.

Una de las principales desventajas de ser un “escéptico” es la tendencia a evitar cualquier tipo de riesgo. Si bien es importante ser prudente y cauteloso, la falta de disposición para asumir riesgos calculados y controlados sólo lleva a una falta de crecimiento financiero. Por ejemplo, al evitar invertir en acciones de empresas (de manera inteligente, a través de ETFs indexados de bajo costo), pierden la oportunidad de lograr una apreciación de su capital, en términos reales, a lo largo del tiempo.

Además, el “escéptico” muchas veces experimenta ansiedad y estrés en torno a las decisiones financieras. La constante preocupación por perder dinero o ser engañado puede llevar a una parálisis en la toma de decisiones. Esta mentalidad puede resultar en una falta de acción, donde el escéptico se siente atrapado en su situación financiera actual sin saber cómo avanzar. La famosa “parálisis por análisis”.

¿Qué puede ayudar al “escéptico”?

Es difícil, porque como he mencionado, desconfían de todo y les cuesta escuchar a personas que saben más que ellos. Entonces, es fundamental que trabajen en su conocimiento propio y en su educación financiera. Que lean los grandes libros sobre inversiones (como los de John Bogle) y entiendan cómo un simple portafolio de inversión les puede llevar lejos en su viaje financiero y sin ese miedo a ser “engañados”. Hay que recordar que la educación financiera siempre nos ayuda a tomar decisiones informadas, en lugar de dejarnos llevar por sentimientos como el miedo o la desconfianza (entre muchos otros).

Parte de esta educación financiera es establecer metas claras y específicas, porque así los “escépticos” pueden sentirse más motivados para explorar portafolios de inversión que estén alineados con estos objetivos y ver el valor de asumir riesgos medidos, calculados y controlados a través de la diversificación, en lugar de evitar completamente las inversiones.

Es posible que entonces, los escépticos puedan utilizar coaching en finanzas personales que les ayude a hacer un análisis detallado de su situación financiera y a desarrollar un plan que se ajuste a sus necesidades y objetivos.

Finalmente, como en otras personalidades, es importante que los escépticos trabajen en su mentalidad. La meditación, la reflexión e incluso la terapia pueden ser herramientas efectivas para abordar el miedo y la ansiedad en torno al dinero. Al cambiar su perspectiva sobre el riesgo y la pérdida, pueden comenzar a ver las inversiones como oportunidades en lugar de amenazas.

En conclusión, la personalidad del escéptico puede limitar significativamente las oportunidades financieras de una persona. Sin embargo, con educación, planeación y un cambio de mentalidad, pueden superar esa desconfianza y aprender a tomar decisiones más informadas y equilibradas. Es importante comprender que el camino a la libertad financiera siempre nos presenta riesgos pero también oportunidades. El conocimiento es lo que nos ayuda a encontrar el balance para evitar las trampas, pero aprovechar las posibilidades que se nos presentan en el camino.

La última personalidad financiera de las que hablaremos en esta serie es la del “aventurero”. No dejes de leer mi siguiente columna.

Ejecutivo de alto nivel en seguros y reaseguro con visión estratégica de negocio, alta capacidad de liderazgo, negociación y gerencia. Además es columnista de Finanzas Personales en El Economista, Coach en Finanzas Personales y creador de la página planeatusfinanzas.com

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