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Opinión

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Única oportunidad

Cuando usted esté leyendo este artículo ya sabrá que le pasó al PIB durante el cuarto trimestre del año pasado y también cuál fue el crecimiento para todo el año. Por la información parcial disponible al momento de escribir este artículo, se puede anticipar que en el cuarto trimestre el PIB se redujo, respecto al nivel del tercer trimestre, entre 0.2 y 0.4%, acumulándose así dos trimestres consecutivos con crecimiento negativo. Para todo el año el PIB habrá crecido en alrededor del 5 por ciento.

Estos resultados indican que la economía rebotó durante el segundo trimestre pero que este rebote fue poco y además efímero, por lo que quedamos muy lejos de recuperar la pérdida experimentada en el 2020 cuando el PIB se redujo en 8.5% y todavía más lejos de alcanzar el nivel de 2018 dado que durante 2019 el PIB también se contrajo. Así, en el primer trienio del gobierno del presidente López el PIB por habitante se redujo en 7 por ciento.

Si algo nos enseña la experiencia internacional es que, si un país no experimenta un proceso sostenido de crecimiento económico, el bienestar de la población tampoco podrá experimentar un aumento sostenido y menos aún permanente. El crecimiento no es suficiente para una mejora en el bienestar, pero sin duda es necesario y dado que el objetivo de la política pública es aumentar el nivel de bienestar de la población es que es crucial sentar las condiciones para que haya crecimiento económico.

El presidente todavía tiene la oportunidad de que en el segundo trienio se recupere algo de lo que se perdió en el primero, pero esto depende de que él valore el crecimiento por lo que representa, cosa que hasta ahora no ha hecho; es más, le ha restado importancia al hecho de que el PIB por habitante haya caído, como también el que haya disminuido el nivel de bienestar una parte significativa de la población.

Para recuperar algo de lo perdido se necesita, obviamente, cambiar los objetivos y corregir decisiones que se tomaron. El presidente debe saber que el haber vulnerado, desde el propio gobierno, el Estado de derecho generando incertidumbre jurídica sobre el cumplimiento de las reglas ha derivado en una significativa contracción de la inversión privada, tanto nacional como extranjera. México tiene ahora una oportunidad que, de ser aprovechada, impulsaría significativamente el crecimiento, tanto en el corto como en el mediano plazo. Esta oportunidad tiene, al menos dos componentes.

El primero es la tendencia de que una parte de la inversión estadounidense que se ha canalizado a China (y otros países de Asia) tienda a relocalizarse en Norteamérica derivado de dos factores: el geopolítico derivado del conflicto sino - estadounidense y la búsqueda de reducción de costos de transporte. El segundo, el impulso que el gobierno estadounidense le está dando a la inversión en tecnologías limpias que conlleva, al menos parcialmente, la política de comercio internacional con un componente ecológico, lo que implicaría gravar importaciones de bienes producidos con energía sucia, léase electricidad generada con combustibles fósiles (gas, carbón y combustóleo). El mecanismo para aprovechar esta única oportunidad lo tenemos con el T-MEC.

Lo que falta es que el presidente se dé cuenta de que la soberanía nacional no se fortalece con dos monopolios gubernamentales en el sector energético, sino con una población cada vez más próspera derivada de un crecimiento alto y sostenido. Por lo mismo, si se quiere aprovechar la oportunidad arriba descrita, es que es crucial desechar la propuesta de reforma del sector eléctrico e impulsar en su lugar una política que incentive la adopción y crecimiento de generación de electricidad a partir de fuentes limpias, solar y eólica, incluyendo una CFE más eficiente y competitiva.

Si el presidente insiste en su propuesta y se aprueba, el costo será enorme, no sólo porque se desaprovechará esta única oportunidad, sino que además matará la posibilidad de que la economía crezca en los próximos años, incluso más allá del 2024.

Twitter: @econoclasta

Economista y profesor. Caballero de la Orden Nacional del Mérito de la República Francesa. Medalla al Mérito Profesional, Ex-ITAM.

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