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Arte e Ideas

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Tiempos felices o cuando el amor y las ideas se acaban

Cinépolis decidió distribuir la película mexicana de Luis Javier H. Henaine y la estrenará este viernes en 227 pantallas de 31 ciudades del país.

¿Qué haces el día en que te das cuenta de que estás harto de tu novia? Sencillo, contratas a una agencia especializada para que te ayude a romper el compromiso antes de enfrentarte a la novia loca dispuesta hacerte un dramón.

Es la historia de Tiempos felices, ópera prima de Luis Javier M. Henaine (nieto de Capulina), quien decidió realizar una ?anti-comedia romántica cuya historia, pese a un prometedor inicio, acaba por salirse de las manos y termina por aburrir ante la incongruencia y rumbo que toma.

Max (Luis Arrieta) es un nerd y diseñador quien tiene de novia a Mónica (Cassandra Ciangherotti), nada espectacular; de hecho, tan molesta que el protagonista está harto de ella pero no sabe cómo terminar el noviazgo porque cuando lo intenta, siempre acaba en la cama.

Por esto, Max decide contratar los servicios de Abaddon (nombre que le pertenece a una novela de Ernesto Sabato), una agencia especializada en poner fin a los noviazgos con técnicas poco ortodoxas; sin embargo, vuelven todo más complicado de lo que parece.

En conferencia de prensa, Cassandra Ciangherotti aseguró que en el cine mexicano estamos acostumbrados a hacer chistes fáciles, pero esta película los hace elegantes y más interesantes y sí, en Tiempos felices el humor tiene ciertos aires de nostalgia y destaca el cuidado de todos los detalles de producción, se lleva al espectador a los años 80 y hasta se revive el viejo Teatro Metropólitan como un cine, pero son elementos decorativos que ayudan a la película.

El arranque de Tiempos felices es uno de los mejores del cine mexicano en años: con una novia esquizofrénica dispuesta a todo por no darse cuenta de que el amor ya se acabó. Ciangherotti construye un personaje tan delicioso como aterrador. Arrieta hace lo propio, como un hombre tímido que no sabe qué hacer, pero que acaba enamorado de la hermana de Mónica, (una sexy Bárbara de Regil), mientras que a su alrededor aparece Miguel Rodarte y Humberto Busto apoyando la historia y las situaciones chuscas.

Por su parte, el director comentó que su película fue darle la vuelta al subgénero de la comedia y crear una historia en torno al cómo terminar con una relación de pareja .

Pero Henaine se complica la vida y después de la primera hora se pierde y cae en los clichés del chick-flick facilón, que, digo, no es tan malo, pero el problema es que se perfilaba a otro rumbo y acaba por aburrir, tanto o más que el noviazgo de Max.

Digamos que Tiempos felices es un buen intento por ofrecer algo más a la clásica película de amor (tema de moda en el cine mexicano como lo hace Manolo Caro o las películas rosas de Martha Higareda), donde el director M. Henaine apuesta por algo un poco más trágico y con aires de fantasía ochentera, pero se queda a la mitad con 60 minutos deliciosos y el resto, sin interés alguno.

Pero vaya a verla, porque va amar a la actriz Cassandra Ciangherotti, sin duda, una de las grandes promesas del cine mexicano.

vgutierrez@eleconomista.com.mx

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