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Freno a proyectos de almacenaje genera cuellos de botella

Hay una congestión de buque tanques con gasolina importada por Pemex en el Golfo de México: ARSE.

El incremento en la demanda de gasolinas en México, tanto por el fenómeno estacional del verano como por la mayor movilidad después de las restricciones por la pandemia de Covid-19, además de la falta de medios de transporte tanto por ducto como en pipas, pero sobre todo, la carencia de almacenamiento el freno a los nuevos proyectos para esta actividad por parte de la actual administración, ya que hay por lo menos 10 proyectos en espera del permiso de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), ha provocado que decenas de buques llenos de gasolina y diésel proveniente de Estados Unidos se encuentren varados frente a los puertos de Tuxpan y Pajaritos, en el Golfo de México. 

Así lo explicó Carlos Vallejo, director jurídico de la Asociación de Regulados del Sector Energético (ARSE) que representa principalmente a comercializadores de combustibles del sector, luego de que Bloomberg reveló que Petróleos Mexicanos (Pemex) tiene un embudo en el Golfo de México de 60 buques con un total de 18 millones de barriles de combustible, equivalentes a más de 35 días de importaciones totales de gasolinas del país. 

"Yo tengo identificados 10 proyectos de almacenamiento que van desde el Puerto de Tuxpan, Veracruz, el Estado de México y hasta Jalisco, donde los empresarios ya tienen la manifestación de impacto ambiental de la Agencia de Seguridad Energética y Ambiental del Sector de Hidrocarburos (ASEA) pero la CRE no responde a su solicitud de permiso y sencillamente no son votados para su aprobación en el Pleno”, dijo el experto a El Economista. 

Así que, según Vallejo, existen barreras de entrada al mercado que aunque no estén en las leyes se implementan por parte del regulador en los hechos, lo que provoca que nuevos inversionistas no busquen más la posibilidad de aportar a la seguridad energética del país, mediante almacenamiento de combustibles, por ejemplo, ya que con las 72 terminales de Pemex y la docena de terminales privadas alcanza para máximo cinco días, cuando hay países como el vecino del Norte que tiene 25 días de almacenamiento para emergencias. 

Por otra parte, el consumo de gasolinas en el país está volviendo a los niveles previos a la pandemia del Covid-19, llegando a 709,679 barriles diarios en mayo, luego de haber iniciado el año en un nivel de 564,776 barriles por día. El consumo comenzó a incrementarse de manera natural por el aumento del transporte de personas en verano y por la apertura cada vez mayor de la movilidad en distintas industrias, explicó el analista de la ARSE. 

Además, los importadores, que es principalmente Pemex a través de su filial Pemex Internacional (PMI), se previenen en esta época del año para contar con combustibles en caso de que fenómenos naturales afecten el suministro. Sin embargo, no hay dónde guardarlo o medios para moverlo. 

Y ello se debe también a la estrategia para combatir el robo de combustibles a los ductos de Pemex, con lo que se ha reducido el envío de gasolinas y las horas en que se transporta por ducto, mientras que las pipas ya no resultan suficientes para esta época del año.

“Se pueden observar caravanas de entre 15 a 25 pipas, una tras otra, custodiadas por la Guardia Nacional, en las carreteras que vienen de Tamaulipas al centro del país, con el combustible importado”, aseveró Carlos Vallejo.

karol.garcia@eleconomista.mx

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Karol García es reportera de Empresas y Negocios.

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