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Fiscalización del SAT
Los contribuyentes pueden, desde luego, defenderse de las liquidaciones que haga el SAT, pero la mayoría de las veces es un trámite que implica dinero y tiempo. Es por esto que es imprescindible atender los actos de fiscalización de la mejor manera posible desde su inicio.
El Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha incrementado sus actividades de fiscalización a contribuyentes a través de todos los medios a su alcance para poder cumplir las metas de recaudación de la nueva administración. El gobierno federal ha estimado en el Paquete Económico para el 2019 incrementos en la recaudación esperada de aproximadamente 11% en Impuesto sobre la Renta y de 13% en Impuesto al Valor Agregado. Como es sabido, no ha habido un incremento en las tasas de dichos impuestos y las expectativas de crecimiento del Producto Interno Bruto son de alrededor de 2%, por lo que es de esperarse que el SAT se enfoque en incrementar los actos de fiscalización.
Los contribuyentes deben estar preparados para atender las auditorías del SAT desde el inicio, ya que de no hacerlo el SAT buscará liquidar impuestos al contribuyente. Los contribuyentes deben revisar que sus operaciones estén debidamente documentadas formalmente y que la información que proporcionan al SAT mediante la contabilidad electrónica sea consistente con la documentación soporte.
El SAT ejerce sus facultades de comprobación principalmente mediante visitas domiciliarias, revisiones de gabinete y auditorías electrónicas. El SAT está llevando a cabo auditorías para revisar el cumplimiento en general, pero se ha enfocado en varios casos en temas controversiales, que por lo complejo de responder o quizás por lo absurdo que pueden resultar para algunos contribuyentes, pueden no ser atendidos correctamente.
Uno de estos temas son los depósitos en efectivo, que conforme al artículo 59, fracción III del Código Fiscal de la Federación, se consideran ingresos acumulables cuando no están correctamente registrados en la contabilidad. En estas auditorías se solicita al contribuyente conciliaciones entre CFDI, bancos y la contabilidad, lo cual los hace particularmente complejos de atender.
Otro tema es la documentación soporte de aportaciones de capital a sociedades (actas de asamblea, estados de cuenta bancarios, etcétera) para revisar si se trató efectivamente de una aportación de capital. El SAT ha adoptado la posición de que cuando no se han cumplido con ciertas formalidades se trata de una aportación para futuros aumentos de capital sujeta a ajuste anual por inflación acumulable o, inclusive, un ingreso por depósitos en efectivo.
Finalmente, es de destacar que el SAT está llevando a cabo auditorías electrónicas en las que cruza información de los contribuyentes y de sus clientes o proveedores. La reciente obligación de emitir complementos de pago, en la que se envía información de flujo de efectivo al SAT permitirá hacer cruces de la información recibida y emitir preliquidaciones por las diferencias detectadas.
Los contribuyentes pueden, desde luego, defenderse de las liquidaciones que haga el SAT, pero la mayoría de las veces es un trámite que implica dinero y tiempo. Es por esto que es imprescindible atender los actos de fiscalización de la mejor manera posible desde su inicio.