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En México, ¿quién tiene la llave de Mar-a-Lago?
El surrealismo mexicano permite que de una democracia imperfecta se transite hacia una autocracia a través de actos circenses dirigidos a las gradas buscando siempre el aplauso y el movimiento de las banderitas con la silueta de AMLO.
Enviar una carta informativa a Donald Trump describiendo la importancia de la relación comercial entre Estados Unidos y México es jugar a la kermés; un niño de primaria lo podría hacer entrando por la puerta de Google. La presidente Claudia Sheinbaum usa el mismo esquema de comunicación de AMLO. El expresidente pensaba que la mejor política exterior es la interior. De manera histriónica enviaba cartas al exterior, pero en realidad, eran para consumo doméstico.
Las horas aciagas pasan por el valor del peso frente al dólar; las escenas tragicómicas corren a cargo del presidente del Senado que confunde el Estado con una fiesta infantil en la que juega a la diplomacia dogmática para no aceptar la realidad.
Es necesario y urgente hacerle llegar a la presidenta mexicana una tarjeta informativa sobre la ubicación del centro de poder político en Estados Unidos: no se encuentra en Washington, está en Florida, en Mar-a-Lago.
El peso mexicano se precipita porque hay escasez de confianza: no hay liderazgos. No existe un funcionario que tenga la llave de Mar-a-Lago.
La presidenta Sheinbaum ha dicho que tiene un plan, sin embargo, la eficiencia de los mercados requieren de información perfecta. Si no la hay, es decir, si no la han compartido con Trump, la economía mexicana continuará moviéndose al ritmo de sus mensajes que coloca en redes sociales.
El Gobierno mexicano presume que no es neoliberal. Cuidado, ser tecnófobo no significa que desaparezca la econometría ni las finanzas internacionales.
De facto, el Gobierno de Trump ya comenzó, particularmente para países como México, Canadá y China.
¿La presidenta ya envió a un mensajero a Mar-a-Lago? ¿Quién hace las veces de Luis Videgaray? ¿Ya identificaron al “sustituto” de Jared Kushner, el personaje que llevó la relación con México, Israel y Arabia Saudita? ¿Marcelo Ebrard ya se comunicó con José Antonio Meade?
¿En dónde está Juan Ramón de la Fuente? Se entiende que su ventanilla fue cerrada para temas comerciales, pero de cualquier manera, tiene que participar en el equipo de manejo de crisis porque, por si fuera poco, Canadá ha lanzado duras piedras en contra de México.
La diplomacia mexicana se ha jibarizado, y la mejor prueba son los pataleos de Noroña interpretando el papel de Rosario Piedra desde el Senado.
Han sido seis años de diplomacia dogmática y no de Estado.
La crisis detonada por Trump se refleja en el tipo de cambio, pero la crisis diplomática es muy grave, y no se han dado cuenta.