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Opinión

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Nadie defiende el presupuesto para salud en México

Una pregunta que muchos se hacen ante el ominoso recorte del gasto público en salud es por qué el doctor David Kershnobich se ha quedado callado. ¿Está haciendo algo por defender a su sector? ¿Ha hecho consciente de los elevados riesgos a la autoridad hacendaria? o simplemente está siendo demasiado institucional y acatando obedientemente todo lo que le indican...

Su silencio está derivando en frustración y amplio descontento entre el gremio médico donde se diluye rápidamente aquella expectativa positiva que generó inicialmente la presencia del Dr Kershenobich en el Gabinete de la presidenta Claudia Sheinbaum. Es inevitable la comparación con el anterior secretario Jorge Alcocer que mantuvo una posición sumisa, nunca se reveló frente al poder presidencial que destruyó, y el temor es que el nuevo titular del SS mantenga esa línea y repita en cierta forma la historia ante la insostenible austeridad para la salud pública. Hay un paralelismo con el año 2016 cuando el gobierno del priísta Peña Nieto ejecutó un vergonzoso recorte a Salud, precisamente también de 11%, y el entonces secretario José Narro lo minimizó, lo cual fue muy notorio porque años antes él mismo sí había reclamado con ahínco el ajuste presupuestal en la UNAM, pero no hizo lo mismo cuando le tocó en Salud.

Ahora no sorprende que se viralicen actos como la carta donde el director general del Instituto Nacional de Cardiología, el doctor Jorge Gaspar Hernández, advierte sobre la crítica situación que atraviesa su hospital dada la reducción presupuestal y la restricción de contrataciones. Y si así están ya hoy las cosas, qué se puede esperar para el 2025 que viene con un recorte aún mayor. Ahí está también el triste capítulo de la fuga de especialistas que están prefiriendo salirse de hospitales públicos para centrarse en su práctica privada, lo cual agrava más la brecha de desigualdad en la atención.

La valentía del director de Cardiología es de reconocerse sobretodo ante el silencio que han guardado sus colegas directivos de otros hospitales, empezando por el propio secretario de Salud, quien no ha dicho ni pio de que le dejaron al mínimo los recursos para su dependencia.

Así como van las cosas, por lo pronto se apaga la esperanza de aquel plan de impulsar la investigación, innovación y desarrollo médico en México. Los recortes de recursos a todos los institutos nacionales de salud –que son el principal eslabón de la investigación clínica en el país– arremeten fuerte contra dicho plan.

El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), específicamente Judith Méndez, hizo un análisis donde revela cómo estuvo la tijera hacendaria para los 13 institutos que integran la red CCINSHAE. Los más perjudicados fueron el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (con -19%), el de Cancerología (-14.7%) y el de Ciencias Médicas y Nutrición (con -12.3%). Se hubiera esperado que al menos este último se salvara del recorte por el hecho de que fue dirigido por 10 años por el secretario Kershenobich. Pero no. Más bien parece que fue al contrario. (Ver tabla a continuación)

Igualmente salieron rasurados el Hospital General, el Juárez y el Gea González. Aparte, de los 6 hospitales regionales de alta especialidad que pasaron al IMSS Bienestar –incluidos los de Chiapas, Ciudad Victoria, Ixtapaluca, Oaxaca, Yucatán y Del Bajío– no se conoce su presupuesto para 2025; sólo se espera que el organismo que lleva Alejandro Svarch no los ahorque demasiado.

Por un lado, a principio del 2024 les negaron la opción de ser financiados por la industria –es el caso del Hospìtal Infantil de México que recibió la orden presidencial a principios de este año de no recibir más apoyo de Nestlé y otras empresas alimentarias–, y por otro, le reducen la de por sí poca inversión pública que recibía.

De no cambiar la ruta este sexenio terminará destruyendo lo mejor que tenemos en medicina pública y por lo que destaca México a nivel regional, que es la alta especialidad.

Recorte en Cofepris y 3 áreas acéfalas

Algo que no se entiende es porqué le quitarán presupuesto al regulador Cofepris; de los 969 millones de pesos (MDP) que recibió en 2024, para el 2025 le bajarán a 820.8 mdp, justo al revés de lo que se necesita.

Con la salida de Pablo Quiroga que el viernes pasado dejó la comisión de Fomento Sanitario de Cofepris, son ya 3 las áreas acéfalas; es de esperarse que la comisionada presidenta la doctora Armida Zúñiga las defina pronto y complete todo su equipo porque el tiempo apremia para seguir combatiendo el enorme rezago de años. Nos comentan que el organismo tarda meses en responder peticiones para verificar las buenas prácticas en plantas. Igualmente tarda demasiado en evaluar y autorizar protocolos de investigación, de modo que nos están ganando países como Costa Rica, Guatemala y Panamá en atraer inversión para ese renglón. Por cierto, sería lamentable que el nuevo equipo echara por la borda la estrategia de certidumbre regulatoria para medicamentos, biosimilares y dispositivos médicos que antes de terminar su mandato presentaron Svarch y Quiroga; el plan era sensato con base en lo que hace falta y con miras transexenales. La preocupación de algunos es que vuelva a Cofepris la corrupción de antaño.

Evalúan reabrir compra de productos sin registro

Por otro lado, circula un acuerdo aparentemente listo para publicarse en el Diario Oficial donde otra vez el Gobierno estaría autorizando la importación de productos sin registro sanitario, algo a lo que el secretario Kershenobich se ha opuesto abiertamente; ¿Por quién se estará dejando presionar? El detalle es que se abriría la puerta solo a medicamentos de países con agencias de alto nivel como la de Europa, las de Norteamérica, Japón, Singapur y Australia. En dispositivos se abriría a 9 países: EUA, Canadá, Japón, Reino Unido, Brasil, Australia, República de Corea, Singapur y Suiza. Mientras tanto las fábricas mexicanas están atadas de manos ante la falta de respuesta del regulador para verificar y avalar buenas prácticas de fabricación en el país, de modo que con la competencia extranjera vuelven a quedar las nacionales en desventaja. Esos acuerdos de apertura deberían ser recíprocos, es decir que las empresas de esos países puedan vender a México, y que también las empresas mexicanas puedan abrir mercado allá. Pero el Gobierno mexicano no lo ve y con gran miopía sólo abre puertas hacia dentro afectando a la producción nacional.

Comunicadora especializada en temas de salud pública e industria de la salud. Cursó la maestría en Administración en Sistemas de Salud en FCA de la UNAM. Forma parte de la iniciativa www.HospitalsinInfecciones.com. Fundadora en 2004 de www.Plenilunia.com, plataforma de contenidos sobre salud femenina.

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