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Política

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Hace falta una reingeniería en las fiscalías: Ana Laura Magaloni

El uso de la justicia y no la fuerza es una forma de renovar el pacto de civilidad, plantea la investigadora del CIDE.

Foto: EE: ArchivoEE: Archivo

La diferencia entre el uso de la fuerza y la justicia es que la justicia da explicaciones; el uso de la fuerza, no, aseveró Ana Laura Magaloni.

La investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) dijo: “El sistema de justicia está diseñado para que, cuando funciona bien, se explique ¿qué pasó? (en la comisión de un delito), ¿quién es el responsable?, ¿por qué?, ¿qué lo motivó?, ¿por qué la autoridad hizo tal cosa?” y destacó que esas explicaciones se generan con pruebas, con argumentos, en una audiencia todo mundo podemos ser capturados por la historia que hay ahí y lo que hay ahí es justicia”.

Dijo que justicia es encontrar quién es responsable y quién no lo es.

En ese sentido, expuso que el uso de la justicia y no la fuerza es una forma de renovar el pacto de civilidad.

Son los argumentos, las razones, la prueba y la ley lo que le da el basamento de autoridad al Estado y no la fuerza, no la venganza, indicó.

Creo que estamos atorados aquí después de 12 años de guerra, opinó, y lo que quieren las personas es escuchar explicaciones y para que eso suceda tiene que haber una profunda reingeniería en las fiscalías federal y estatales.

Por eso indicó que si no pasa algo serio en esas instancias el sistema es incapaz de producir explicaciones.

Desde la perspectiva de la académica, “sin Fiscalía eficiente no va a haber forma de proveer justicia”.

La también integrante del equipo de transición de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, mencionó que las más importantes son las fiscalías estatales porque es ahí donde se necesita más trabajo.

“Se ha sobreestimado la Fiscalía general. Las locales son clave para dar una respuesta en temas de violencia. Los temas son mucho más amplios que sólo crimen organizado: hay problemas claros de violencia intrafamiliar, homicidios locales, producto de asaltos y otros delitos, refirió.

La exdirectora de la división de Estudios Jurídicos del CIDE destacó que tenemos que entender que el fenómeno delictivo en muchas entidades es un problema de seguridad pública y local y que necesitamos respuestas de las entidades federativas, si no la federación no puede bajar a tierra.

Es demasiado para el gobierno federal hacerse cargo de la seguridad del país.

Entonces, añadió la académica, tendrá que ponerse énfasis en ver qué es lo que se va a hacer en las entidades.

Por ello, comentó que el diálogo entre los gobiernos federal y estatales es clave, sobre todo para tener claro qué es lo que van a hacer los gobernadores por sus fiscalías.

México llega tarde a renovar sus fiscalías, señala

La precursora de estudios empíricos sobre instituciones de justicia en el país enfatizó que en América Latina México llega 20 años después de que inició el debate de qué hacer con las fiscalías.

Dijo que en la región es posible ver experiencias de lo que les salió bien y de lo que les salió mal en los países que hace años implementaron políticas públicas para mejorar esas instancias de gobierno.

Sin embargo, planteó que hay que tener claro que en esta tarea hay un tema político que implica querer o no hacer el cambio de las fiscalías.

En ese sentido destacó que las fiscalías son una importante fuente de poder tanto para los presidentes como para los gobernadores. “No hay policía exitosa sin una buena policía”, destacó.

Magaloni explicó que se trata de un modelo de diseño porque se tiene que lograr que la inteligencia que se produce a ras de tierra, que es el de la policía preventiva, pueda llegar a la investigación. En su opinión, actualmente no hay vínculos entre quienes se dedican a prevención con los que investigan.

La académica mencionó también que es muy importante no generar expectativas falsas de lo que pueden y no pueden hacer las fiscalías, lo cual implica segmentar rápido sus tareas.

“Tienes que saber que no todos los delitos valen lo mismo, ni tienen la misma probabilidad de resolverlo. Tienes que administrar super eficazmente tus recursos a pesar de que eso signifique no dar las respuestas que quieren oír los ciudadanos”, indicó.

diego.badillo@eleconomista.mx

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