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7 personalidades difíciles en los equipos de trabajo y cómo lidiar con ellas
Las relaciones humanas son complejas por naturaleza, pero hay algunas personas que, debido a sus comportamientos, pueden hacer esta relación más difícil. Desde narcisistas hasta histriónicos, éstas son algunas de las personalidades que pueden obstaculizar el ambiente laboral.
En una organización no sólo conviven diversas generaciones, también se puede encontrar una amplia variedad de personalidades, cada una con características distintas que pueden facilitar o dificultar las relaciones de trabajo entre compañeros.
Las relaciones con los compañeros de trabajo son casi tan importantes como las que se tienen con la familia si partimos del hecho de que pasamos una buena parte de nuestro tiempo en la oficina, en especial en México, donde una persona destina en promedio 2,258 horas al trabajo, casi el doble de la media de los países que conforman la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
De acuerdo con especialistas de Bumeran, por naturaleza los seres humanos somos complicados, pero una persona difícil es frecuentemente así con todo el mundo. Sin embargo, entre la complejidad de cada trabajador, hay personalidades que destacan por su manera de ser e interactuar y que dificultan la relación con el resto del equipo.
“Estas personas, en lugar de generar un comportamiento voluntario e intencional, no tienen control sobre sus propias reacciones”, asegura Joaquín Terrazas, profesor en la plataforma de capacitación Ubits.
Antes de aprender a gestionar mejor la forma en la que interactuamos con los compañeros de trabajo, es importante conocer las personalidades difíciles que podemos encontrar en una empresa.
Según Ubits y Bumeran, en una organización se pueden encontrar al menos siete personalidades complicadas:
1. Narcisistas
Tienden a centrarse en sí mismos, en sus intereses y prioridades. A nivel neuronal, pueden tener una deficiencia de células espejo, que son las que facilitan la empatía. Tienen condicionamientos infantiles que acentúan su egocentrismo, como la ausencia de la necesidad de compartir y negociar con sus pares.
2. Dependientes
Centran su discurso en torno al “tú” y al “ustedes”, ya que evitan hablar o considerarse a sí mismos. Una de sus características es que necesitan mantener vínculos constantes con otros a quienes someten su voluntad.
3. Histriónicos
Se caracterizan por la necesidad de ser el centro de atención, es probable que hayan carecido de ésta durante su infancia o, por el contrario, la recibieron en exceso. Esto los hace personas improductivas, poco colaboradoras y muy competitivas en sus trabajos, incluso generan una competitividad interna innecesaria en las organizaciones.
4. Obsesivos-Compulsivos
Son personas que necesitan mantener el control, probablemente porque el ambiente familiar en el que crecieron fue inseguro o inestable. Aunque su “perfeccionismo” suele verse como algo positivo y deseable en el entorno laboral, en realidad, tienden a ser exigentes a un extremo impráctico e improductivo, lo que no facilita el trabajo colaborativo.
5. Víctimas
Estas personas suelen quejarse cuando se les pide algo nuevo o si no son tomadas en cuenta. Si algo no les gusta lo harán saber y se quejarán con los demás compañeros.
6. Chismosos
Es imposible que en algún momento un rumor se esparza entre los colaboradores, pero estas personas se caracterizan por crearlos y difundirlos constantemente, provocando discusiones innecesarias.
7. Pasivos-Agresivos
Esta personalidad refleja un tipo de enojo que no es expresado directamente, sino que se revela en sus conductas, como llegar tarde a juntas o afirmar algo y después fingir que jamás lo dijeron, por ejemplo. Estas personas creen que los demás no merecen su tiempo o atención.
“Toda la organización construye el clima laboral. Este comienza por los gerentes y encargados del departamento de Recursos Humanos y sigue por los colaboradores, mandos intermedios y trabajadores base que deben poner su mejor esfuerzo con el fin de que el ambiente mejore día tras día”, destaca la firma PagePersonnel.
Mejorando la relación
En un entorno en el que el trabajo en equipo es cada vez más importante para el crecimiento del negocio, la gestión de personas difíciles es un aspecto que no debe perderse de vista para mantener relaciones y ambientes laborales saludables.
“No es un secreto que la calidad del clima laboral y la relación que se tenga con el resto del equipo marca con creces las ganas y la motivación para hacer frente a las tareas que tenemos pendientes. Este es un tema complicado de gestionar, pero que si se realiza de forma exitosa, garantizará el éxito de las personas de forma individual y de la empresa, de manera global”, resaltan los especialistas de PagePersonnel.
Para las personas difíciles y quienes lidian con ellas, Ubits recomienda estas acciones:
- Autoconocimiento. Seguro hay muchas cosas que no sabemos de nosotros, las ignoramos porque son evidentes, pero es probable que las demás personas sí las identifiquen.
- Autorrespeto. Es importante no caer en provocaciones, toma en cuenta que no debes responder a todas las agresiones. En primer lugar, pregúntate y pide consejo sobre si es realmente necesario discutir la situación Y de ser así, ¿existe otra forma de abordarlo?
- Calma. En todo conflicto participan al menos dos personas, quien lo busca y quien responde. Si mantienes la calma, el ambiente será de conciliación y no de pleito
- No pierdas el objetivo. El enfoque que debes tener es en la solución del problema, no en la persona. Considera que si no hay objetivo o dificultad, entonces se trata de una discusión sin sentido, aclara la situación y continúa con tus tareas. No juzgues a la persona ni lo tomes personal
- Evita la manipulación. Existen diversos juegos en las relaciones personales en los que caemos sin darnos cuenta. Para evitarlos hay que conocerlos e identificarlos cuando se presentan
- Asertividad. Sé asertivo, no aceptes lo que no quieras aceptar y no rechaces lo que no quieras rechazar. Acepta a la persona, pero no a la solución no deseada
- Abordamiento. Gestiona, no ataques; hazlo en el tiempo y el espacio que proceda, sin forzarlo. Aborda a la persona sin juzgarla y busca sus talentos, habilidades y capacidades con atención, apertura e interés por sus aportaciones.
De acuerdo con Bumeran, es importante que, cuando se detectan actitudes conflictivas, la organización le haga saber al colaborador que espera un cambio de comportamiento y juntos realizar un plan de acción.
Mejorar las relaciones de trabajo y aprender a gestionar las personalidades difíciles es una de las vías para mantener un ambiente de trabajo sano y no perder la productividad.