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El 70% de los ingresos laborales generados en México va al bolsillo de los hombres
Las mujeres reciben, en promedio, poco más del 30% de los ingresos laborales del país. El trabajo de cuidados no remunerados del que poco se encargan ellos es uno de los principales elementos para mantener esa brecha.
En un planeta imaginario e igualitario, las mujeres percibirían el 50% de todos los ingresos laborales, señala el Informe sobre la Desigualdad en el Mundo 2022. Pero no es así, apenas un poco más del tercio es para las trabajadoras. A nivel global, las mujeres con una actividad económica reciben el 34% del dinero generado por el trabajo, los hombres, el 66 por ciento. Y en este país, el reparto es 33 y 67%, respectivamente.
La disparidad en los ingresos sigue siendo significativa por las diferencias salariales, pero también por “las desigualdades en los tipos de ocupación”, indica el reporte de World Inequality Lab, un centro dedicado al estudio de la inequidad a nivel global, financiado principalmente por el Consejo Europeo de Investigación.
“En 30 años, el progreso ha sido muy lento a nivel mundial”. En 1990 las trabajadoras obtenían el 30% de los ingresos laborales, es decir, que el avance a nivel global ha sido de apenas 4 puntos porcentuales en tres décadas. Y, según instituciones como ONU-Mujeres, la pandemia de covid-19 causó un retroceso de 10 años en los avances logrados.
Las mujeres siguen teniendo dificultades para acceder a “buenos empleos y buenos salarios”, y eso explica “por qué, a pesar de algunos avances a nivel regional y nacional, la participación del trabajo femenino en el ingreso no ha crecido más rápidamente”.
Desde 1990, las mujeres “han superado a los hombres en logros educativos en muchos países”. Pese a ello, sigue habiendo una “infrarrepresentación de las mujeres en la parte superior de la distribución salarial”.
Un recorrido a la situación mundial
El informe llama la atención al hecho de que, “a principios de la década de 2020, las mujeres en edad laboral siguen ganando aproximadamente la mitad que los hombres”. Hay dos razones principalmente para esto: “Su participación en la fuerza laboral en comparación con los hombres, por un lado, y la relación de ingresos por género, por otro lado”.
Según las encuestas sobre el uso del tiempo, las mujeres dedican muchas más horas que los hombres al trabajo de cuidados no remunerado. En México, las mujeres absorben casi el 75% de las tareas del hogar, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
“Es probable que esta mayor carga de trabajo de cuidados no remunerado impida que las mujeres participen en el mercado laboral y, cuando trabajen, les impida acceder a puestos bien remunerados”. Tener al mismo tiempo un trabajo remunerado y uno no remunerado no es sustentable, las actividades de las mujeres “aumentan sustancialmente” y eso es injusto, destaca el reporte.
En América Latina y el Cariba, Barbados es el país con mayor igualdad, pues ellas obtienen el 42% de los ingresos laborales generados a nivel nacional. No necesariamente las economías más destacadas o hegemónicas resultan ser las que ofrecen mejores condiciones laborales para las mujeres. En la región y en el continente, Venezuela es el que otorga la licencia de maternidad pagada más extensa, con 26 semanas y le sigue Cuba, con 18.
En América Latina solamente, “la participación laboral femenina promedio en el ingreso se ubica en 35%”. En Guatemala es donde hay una mayor desigualdad, pues las trabajadoras ganan 26% del total. “En los dos países más poblados Brasil y México, las participaciones son del 38% y 33% respectivamente”.
Otro ejemplo de las complejidades de economía y derechos de las mujeres es Moldavia, un pequeño país exsoviético ubicado en Europa Oriental. Ahí, la participación de las mujeres en los ingresos laborales es de 41% del total de los que se generan.
En Estados Unidos la distribución es de 38% para las mujeres y 62% para los hombres. Mientras que en Rusia la relación es 40-60.
Los países de Oriente Medio y África del Norte “exhiben niveles bajos de participación laboral femenina en el ingreso, con un promedio del 15 por ciento. El país que tiene la peor condición para las mujeres en este sentido es Omán, donde los hombres se quedan con el 90% de las ganancias laborales y las mujeres apenas con el 10 por ciento.