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El sistema pensionario en México aún no es del todo incluyente con las mujeres
Una iniciativa del gobierno de Argentina podría sentar las bases para un modelo replicable en los países de la región enfocado a otorgarle mejores condiciones a las mujeres para su retiro al reconocer el trabajo de cuidados como parte de las semanas cotizadas para una jubilación.
Después de una vida de trabajo, es digno contar con una pensión. Pero en las últimas décadas los sistemas pensionarios dejaron de garantizarla, resultan costosas para el erario público, las empresas son poco transparentes sobre los recursos ajenos que administran y los esquemas siguen teniendo como prototipo a los hombres. Las mujeres aún no encajan del todo.
La desigualdad salarial y las penalizaciones del mercado laboral a la maternidad afectan las pensiones de las mujeres. Quienes son madres tienen hasta 40% menos probabilidad de conseguir un trabajo, según el estudio El efecto de la maternidad en el empleo y los salarios en México.
Dicha investigación, de Carolina Rivas-Herrera, Raymundo Campos-Vázquez, Eduardo Alcaraz y Luis Martínez, de El Colegio de México (Colmex), indica también que las madres ganan hasta 36% menos.
El efecto de la brecha salarial lo padecen de manera inmediata cuando no les alcanza el dinero. Pero también a largo plazo, “en el nivel de cotizaciones al sistema de ahorro para el retiro”, como señala Moisés Pérez Peñaloza, jefe de Jubilación y Bienestar Financiero para América Latina en Aon, consultoría en administración de riesgo y capital humano.
Mientras más del 70% de los hombres tiene un trabajo remunerado, apenas poco más del 40% de las mujeres está en la misma condición, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Por lo tanto, el desempleo, las ocupaciones informales y sus salidas del mercado laboral por la maternidad retrasan la meta de semanas cotizadas que necesitan para jubilarse o pensionarse.
El camino hacia el retiro para las mujeres “es complejo”, dice Moisés Pérez, si además le sumamos que su esperanza de vida es 78 años, mientras que la de los hombres es de 72 años. “Es decir, ganan menos, cotizan menos, pero viven más. Y podríamos añadir otro problema postjubilación, que es el costo de salud femenina, el cual es más alto”.
Algunas iniciativas en la materia
En Argentina, el presidente Alberto Fernández firmó un decreto el año pasado para que a las madres de más de 60 años que no cuenten con las semanas cotizadas para alcanzar una pensión les contaran el tiempo que dedicaron al trabajo de cuidado. Según la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) de ese país, más de 155,000 mujeres podrán ser beneficiadas de este mandato presidencial.
En tanto, En el Congreso mexicano se han presentado diversas iniciativas de reforma al sistema pensionario para disminuir el número de semanas a las mujeres u otras medidas que ayudarían a esa población.
Sin embargo, por un tiempo quedaron en la congeladora y finalmente fueron desechadas. Actualmente, ni en la Cámara de Diputados ni en el Senado hay un proyecto para equiparar las condiciones de las mujeres.
La medida que tomó el gobierno de Argentina “pudiera ser el primer ejemplo de la región que reconoce el efecto de género y maternidad y buscar revertir esa problemática”, dice Moisés Pérez. “El sistema está evolucionando en situaciones que no se habían pensado, principalmente, en el tema de género”, pero falta mucho más.
A finales de 2020 el Congreso aprobó una reforma al sistema pensionario, propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, la cual buscó mejorar las condiciones para acceder a una pensión. Y aunque tiene varios puntos destacables, no tuvo una perspectiva de género.
Para el especialista, la reforma tuvo tres puntos importantes. El primero es el incremento en las aportaciones al ahorro, que actualmente es de 6.5% y a partir de enero de 2023 comenzarán a incrementar para llegar, en ocho años, al 15 por ciento. “El cargo recae directamente en las aportaciones patronales y los trabajadores mantendrán su mismo porcentaje”.
El segundo es la reducción de las comisiones de las administradoras de ahorro para el retiro (Afore). Lo cual disminuyó los ingresos de esas empresas, pero no afecta los montos acumulados de las personas trabajadoras, señala.
Por último, la reducción del tiempo laborado mínimo para poder acceder una pensión, “ya que el sistema surgió con un requerimiento muy elevado de 1,250 semanas de cotización. Y se decide bajar de golpe a 750 semanas”.
Hace unas semanas, el presidente López Obrador indicó que su gobierno revisará los resultados de esta reforma, pues no está satisfecho con lo logrado.
En Chile, el país de América Latina donde surgió el sistema de pensiones por cuentas individuales replicado en la región, podría llegar el fin de las administradoras de fondos de pensiones (AFP), pues el gobierno del presidente Gabriel Boric anunció una reforma que va en este sentido.
Estamos frente a una “gran oportunidad de buscar equilibrios entre los elementos externos y el sistema, que es el receptor de los componentes macroeconómicos y la desigualdad económica por género”, apunta Moisés Pérez.