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La fórmula para una jornada laboral de 4 días, las lecciones de Portugal, Alemania y Brasil

La reducción de la semana laboral tradicional implica más que un simple recorte de las horas normales de trabajo, abarca también una serie de cambios complejos dentro de las empresas, pero los resultados lo valen.

Foto: Shutterstock

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¿Qué hace posible una jornada laboral de cuatro días? Una parte tiene que ver con la propia decisión de las empresas y otra, con el compromiso de los trabajadores, pero una clave en la fórmula se relaciona con el ajuste en los procesos internos. Este año finalizó la prueba piloto en Portugal, un experimento con el que se confirma que parte del éxito del modelo se relaciona con las acciones que acompañan la reducción del número de horas.

“El aspecto crucial para el éxito de la semana de cuatro días como práctica de gestión es el cambio organizativo dentro de la empresa que mejore la eficiencia y el rendimiento de los equipos y los trabajadores en los demás días”, indica el reporte final de la prueba coordinada por la organización 4 Day Week y el gobierno portugués.

En la prueba piloto de Portugal, el 75% de las empresas realizó por lo menos un ajuste organizacional para aprovechar los beneficios de la semana de cuatro días de trabajo. El más común fue la disminución de las reuniones.

“En los ejemplos internacionales más exitosos, las empresas aprovecharon el entusiasmo generado por la prueba de la semana de cuatro días para involucrar a los trabajadores en la discusión y el diseño de cambios de procesos. Este enfoque se basa en el principio de que son ellos quienes tienen el mayor conocimiento de las ineficiencias existentes en los procesos y pueden contribuir más a su mejora”, señala el informe.

Éstos son los ajustes internos más comunes que realizaron las empresas y que fueron pieza clave en la implementación del esquema:

  • Reducción de reuniones
  • Adopción de nuevas tecnologías y software
  • Automatización o eliminación de procesos
  • Creación de bloques de trabajo
  • Reorganización de turnos laborales
  • Definición de guías de comunicación interna

Los cambios organizacionales como factor de éxito para una jornada de cuatro días laborales también se evidencian en el experimento realizado en Brasil, el cual sigue en curso. En el país latinoamericano, una cuarta parte de las empresas reconoció que no logró compactar el trabajo en cuatro días de manera sostenible, de ese universo, el 62% lo atribuyó a cargas de trabajo y otro 10% a la adaptación al esquema.

La prueba de Portugal también ofrece una visión sobre los retos por delante para aspirar a este modelo, los cuales tienen una mayor relación con aspectos internos como la definición de métricas de productividad y cultura organizacional.

Por ejemplo, para la mitad de las compañías que participaron en el experimento fue difícil definir indicadores de productividad. “Oficialmente, la productividad por hora es el valor agregado de la empresa (valor de las ventas menos otros costos intermedios) dividido por el número total de horas trabajadas. Esta métrica es común a todas las empresas del sector privado. Sin embargo, pocas empresas definen la productividad de esta manera y tienen una visión más operativa”, destaca el reporte.

Otro desafío identificado se vincula con la cultura organizacional y especialmente el comportamiento de los empleados. “La semana de cuatro días obliga a cada uno a tener una relación diferente con el tiempo, a respetar más el propio y el de los compañeros”, se subraya en las conclusiones.

Esto significa que el éxito de una semana de cuatro días también requiere que los trabajadores cambien hábitos “como las pausas largas para el café o el almuerzo, llegar tarde a las reuniones o interrumpir a los compañeros para hablar de fútbol”.

Alemania es otra economía donde se cuenta con una prueba piloto en proceso, hasta ahora los resultados recabados por 4 Day Week muestran los siguientes retos:

  • Planificación inicial para el rediseño del trabajo. En algunos casos se subestimó la transición de los métodos y procesos laborales necesarios para una semana laboral de cuatro días exitosa, esto generó un atraso en su implementación.
  • Rediseño del trabajo. se pueden identificar diferentes enfoques en cómo las organizaciones quieren cambiar sus métodos de trabajo. Las estrategias más comunes observadas incluyen el uso de la digitalización y la inteligencia artificial, el ajuste de las reuniones, la programación de las fases de concentración e interacción, la optimización de los procesos, la adaptación de los comportamientos de comunicación y la flexibilización de roles y estructuras.
  • Ajustes continuos durante el día de trabajo. Las empresas también reconocen los retos típicos de los esfuerzos de cambio, por un lado, el trabajo diario debe mantenerse con la productividad habitual; por otro lado, es necesario invertir tiempo para optimizar los procesos de trabajo para que la semana de cuatro días sea sostenible.

“La semana laboral de 4 días implica más que una simple reducción de las horas de trabajo y representa una iniciativa de cambio compleja dentro de la organización”, se indica en el informe de resultados preliminares de Alemania.

¿Vale la pena implementar la semana de 4 días?

Pero si una semana de cuatro días implica varias modificaciones internas, ¿qué tan rentable es implementar este modelo? La respuesta es la misma en todas las pruebas piloto, y la de Portugal no es la excepción: hay una mejora en desempeño, mayor permanencia del talento, menores niveles de agotamiento y un mejor balance vida-trabajo para las personas.

En la prueba piloto de Portugal, el 83% de los trabajadores calificó el experimento con una puntuación de ocho a 10 (en una escala de cero a 10 puntos). Los resultados más significativos se observaron en la disminución de la presión laboral y el estrés de las personas, con una reducción de 6.4% y 8.5%, respectivamente.

Las empresas reconocen también los beneficios del esquema. De acuerdo con las compañías, las ventajas del modelo son: reducción de estrés y burnout, mayor retención del talento, mejora del servicio, más innovación y mejor atracción de nuevos perfiles, entre otras ventajas.

Si bien las modificaciones que conlleva la semana laboral de cuatro días pueden causar malestar en algunos trabajadores, la realidad es que los beneficios que trae la reducción de las horas de trabajo “supera con creces” los malestares que puede generar, indica la investigación de la prueba piloto de Portugal, encabezada por Birkbeck, la Universidad de Londres y Henley Business School.

¿Qué otros países han realizado pruebas de jornada de 4 días?

Brasil es el primer país en Latinoamérica en implementar una prueba piloto, los resultados finales se conocerán pronto. En Alemania -donde continua el experimento- las conclusiones del proyecto se publicarán entre octubre y noviembre de 2024.

A través de la organización 4 Day Week, la semana de cuatro días se ha puesto aprueba en economías como Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Canadá, Sudáfrica y Suiza, todas con resultados positivos.

De acuerdo con la organización, el siguiente experimento que se realizará en Latinoamérica será en Chile, país que recientemente redujo su jornada laboral legal a 40 horas semanales.

En el caso de México, un escenario de jornada laboral de cuatro días aún se ve lejano. El último Estudio de Remuneración de PageGroup destaca que el 62% de los empleadores no considera realista la posibilidad de tener este modelo.

Hasta ahora, en nuestro país la discusión más avanzada es el reconocimiento de dos días de descanso por cada cinco de trabajo; es decir, una reducción de jornada laboral de 48 a 40 horas por semana. Sin embargo, al término del período ordinario de sesiones en el Congreso de la Unión, la reforma constitucional no fue discutida en el pleno de la Cámara de Diputados.

Los foros de parlamento abierto convocados por la Cámara Baja tuvieron una conclusión: es viable avanzar, pero con un régimen de transición, y este último punto es donde no se ha alcanzado el consenso.

Periodista especializado en políticas laborales, indicadores de empleo, futuro del trabajo, desarrollo de carrera, recursos humanos y salud laboral. Actualmente es editor de Capital Humano.

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