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Capital Humano

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“Los líderes sindicales que no se renueven se tendrán que retirar”: CFCRL

El director del Centro de Conciliación, Alfredo Domínguez Marrufo, considera que tras la legitimación de los CCT, México entró a una nueva etapa donde el sindicalismo tendrá que ser realmente cercano a la gente, pues ya no hay espacio para la simulación.

Alfredo Domínguez Marrufo, director general del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral. Foto EE: Hugo Salazar

Alfredo Domínguez Marrufo, director general del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral. Foto EE: Hugo Salazar

“Un cambio importante de la reforma laboral es que los líderes sindicales están viendo que deben renovarse o van a tener que retirarse”, afirma Alfredo Domínguez Marrufo, director general del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL). Las nuevas reglas de democracia sindical y negociación colectiva en el país son una oportunidad para que las organizaciones gremiales retornen a su origen, opina.

“En lugar de voltearse hacia las autoridades o las empresas y seguir con ese esquema de simulación y de corporativismo, hoy los sindicatos tienen que ir a las bases para demostrar que realmente están velando por sus derechos e intereses y que están cumpliendo con su función”, dice en conversación con El Economista.

La reforma laboral de 2019 culminó su último trámite este 1 de mayo, la fecha límite para que los sindicatos registraran las consultas de contratos colectivos de trabajo (CCT), un ejercicio para que los trabajadores respalden o rechacen las condiciones laborales negociadas por su asociación mediante voto personal, libre, directo y secreto, uno de los grandes cambios de las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo.

Hasta el 31 de julio se podrán realizar las consultadas registradas. Los contratos colectivos que no se registraron para la votación o que no contaron con el respaldo de la fuerza laboral, desaparecerán, aunque se conservarán las prestaciones. El CFCRL estima que serán entre 20,000 y 21,000 los CCT legitimados, sólo el 15% del universo total registrado en el país.

Domínguez Marrufo considera que después de esta fecha, México entrará en una etapa en la que la figura de los sindicatos se tendrá que “reposicionar” y estar cerca de los trabajadores si desean contar con su apoyo.

Aunque es arriesgado asegurar que la tasa de sindicalización en el país se fortalecerá, la cual se encuentra actualmente en un nivel de 12.7%, el director general del CFCRL no descarta que las nuevas reglas de negociación colectiva puedan generar una mayor aceptación de las organizaciones gremiales en la medida que se respete la participación de los trabajadores y exista una mayor cercanía con sus representantes.

“En la medida que los sindicatos se conviertan realmente en el instrumento para defender, proteger y mejorar los derechos de los trabajadores, tendrán más legitimidad y los trabajadores lo van a ver como un mecanismo útil para sus acciones colectivas”, asegura.

Hasta ahora, son menos de 300 los CCT que no se han legitimado. Ésta es una cifra positiva, comenta Alfredo Domínguez, pues refleja que los trabajadores sindicalizados perciben que es mejor contar con un contrato colectivo que contenga prestaciones superiores a la Ley.

El funcionario federal confía en que la participación activa de los trabajadores con las nuevas reglas de negociación colectiva generará mejores condiciones laborales en el país.

Justicia laboral con acceso para todos

En tanto, Alfredo Domínguez subrayó que el nuevo modelo de justicia laboral no distingue entre trabajadores formales e informales, y mientras exista subordinación y un empleador, cualquier trabajador puede acudir a un centro de conciliación federal o local si se presenta la violación de sus derechos.

“Hay mucho empleo informal donde sí existe trabajo subordinado y hay una relación laboral. Mientras exista una persona que les pague un sueldo, pueden acudir a un centro local, si se trata de una industria local, o al centro federal, si es una industria federal”, puntualiza.

Las cifras del CFCRL indican que el 75% de los conflictos entre trabajadores y patrones se resuelven por la vía de conciliación; es decir, sin un juicio y un plazo menor a 45 días. Con estos resultados, el nuevo modelo de justicia alcanza la tasa adecuada para evitar que los tribunales laborales se saturen y ocurra lo mismo que pasó con las Juntas de Conciliación y Arbitraje: resoluciones sumamente tardadas.

Domínguez Marrufo considera que la clave para mantener estos números será que”tanto trabajadores como empleados se sensibilicen que lo mejor en cualquier conflicto es llegar a un acuerdo conciliatorio justo y equilibrado”. Esto es así, pues la conciliación es la principal apuesta del nuevo mecanismo para solucionar problemas entre empresas y empleados.

Periodista especializado en políticas laborales, indicadores de empleo, futuro del trabajo, desarrollo de carrera, recursos humanos y salud laboral. Actualmente es editor de Capital Humano.

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