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Productividad laboral detiene caída de tres años y registra avance trimestral
Aunque el IGPLE rompió con su tendencia a la baja en el 2022, especialmente con los datos para el tercer trimestre del año, la productividad se encuentra todavía en niveles similares a los de 2010.
Después de tres años con una tendencia a la baja, el Indicador Global de Productividad Laboral de la Economía (IGPLE) detuvo la caída en 2022, aunque todavía con un avance marginal. En el tercer trimestre de este año, el indicador tuvo un crecimiento de 0.6% para ubicarse en 96.6 puntos, de acuerdo con lo reportado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Con los datos al tercer trimestre del año, las cifras desestacionalizadas de los periodos previos fueron revisadas al alza, con lo que se observa un aumento marginal en la productividad laboral a lo largo de todo el 2022, el más alto ha sido el del periodo julio-septiembre. A pesar de ello, el IGPLE por hora trabajada se encuentra en niveles similares a 2010 y muy lejano a las cifras observadas antes de la emergencia sanitaria por la Covid-19, cuando se encontraba por arriba de los 100 puntos.
El crecimiento trimestral se explica porque las actividades en el sector de los servicios tuvieron un mayor dinamismo, con un incremento de 1.3% en la productividad laboral. Sin embargo, los sectores de agricultura e industrial apenas alcanzaron un aumento de 0.3% cada uno.
El IGPLE por hora trabajada es el resultado de la relación entre el Producto Interno Bruto (PIB) a precios constantes y las horas de trabajo. Es decir, lo que se produce en el tiempo destinado a las actividades laborales.
Carlos Ramírez, director de Desarrollo de Negocios de Integralia Consultores, opina que aunque es positivo que el indicador revirtió la caída, las cifras aún no reflejan una recuperación constante y están en niveles bajos. “El último dato nos coloca en niveles de 2010 y eso revela que algo está pasando”.
Luego de la crisis financiera global de 2009, la productividad laboral se recuperó y mantuvo una tendencia al alza –con caídas esporádicas– hasta el segundo trimestre de 2018, cuando inició con reducciones más constantes que se hicieron más profundas con la emergencia sanitaria.
De acuerdo con la organización México ¿Cómo Vamos?, la meta para nuestro país es que la productividad crezca 4.8% a tasa anual, el nivel necesario para tener un crecimiento económico sostenible.
Katia Guzmán, coordinadora de Datos de la organización, explica que el indicador tuvo una tendencia a la baja en los trimestres pasados en buena medida porque el mercado laboral se empezó a normalizar en sus niveles de ocupación.
“En el segundo trimestre de 2020 se disparó la productividad laboral porque hubo menos personas trabajando y quizá la economía no produjo lo mismo, pero con menos personas tuvo que producir de forma similar, por eso se vio ese pico. Algo importante a destacar es que desde 2018 teníamos una tendencia a la baja sin ningún tipo de choque y hay varios indicadores que tienen un comportamiento similar, como el de crecimiento económico y la inversión”, expone la especialista.
Para Carlos Ramírez, el hecho de que el indicador se posicione cerca de los niveles que tenía hace 12 años es una señal de estancamiento. “Estamos atorados en la maldición de los países de ingreso medio, nuestra productividad avanza muy lento, e incluso con retrocesos. Y al final esto es la única fuente de riqueza de las naciones”.
El especialista considera que la baja productividad laboral puede responder a diversos factores, como una caída en la inversión y diversas reformas que se han impulsado en los últimos cuatro años. “Estamos en un contexto donde a la productividad le está costando mucho trabajo despegar porque el entorno es muy adverso”.
Costo de la mano de obra disminuye
Por otra parte, el costo unitario de la mano de obra tuvo un retroceso trimestral en todas las industrias. Las caídas más marcadas se observaron en las empresas de servicios privados no financieros (-2.3%) y en las empresas manufactureras (-1.9%).
“En México la mano de obra es hasta cierto punto barata y puedes encontrar mano de obra especializada con un costo accesible en comparación con otros países. Creo que esto es síntoma de algo más grande, que el costo de la mano de obra se siga abaratando es signo de un mercado laboral que tiene muchas deficiencias, sobre todo para los trabajadores”, apunta Katia Guzmán.
Desde finales del 2020, prácticamente todos los sectores de la economía han reportado una disminución en el costo de la mano de obra, las reducciones más marcadas se observan en los servicios privados no financieros y en las empresas de construcción.
“El punto fino de la productividad laboral es imaginarnos otro tipo de dinámicas laborales. Tenemos que hablar de remuneraciones más altas. Si los salarios no se van ajustando a la inflación, las personas pierden poder de compra. Pero también hay que cambiar otro tipo de dinámicas, explorar las medias jornadas de trabajo, el teletrabajo, entre otros aspectos y también esto depende de la inversión que se tiene en ciertos sectores”, señala la especialista.