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Capital Humano

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Sisifemia, cuando ningún esfuerzo en el trabajo es suficiente

Este trastorno psicológico se traduce en un cansancio mental de los colaboradores que siguen trabajando para llegar a eso que esperan; sin embargo, no lo logran y sólo genera ansiedad y depresión.

Foto: Shutterstock

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Tareas interminables, repetitivas y que nunca tienen un resultado satisfactorio son las principales características de la sisifemia, un término que se refiere a una condición psicológica en la que los individuos experimentan una sensación constante de esfuerzo inútil.

Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que la depresión y la ansiedad generadas por la monotonía laboral han aumentado un 50% en la última década.

Los investigadores Vicente Pardo y Araceli López-Guillén son los creadores de este término que proviene del mito griego de Sísifo, un rey griego que por desafiar a Zeus fue condenado a perder la vista y a empujar eternamente una piedra gigante montaña arriba hasta la cima, sólo para que volviese a caer rodando hasta el valle, desde donde debía recogerla y empujarla nuevamente hasta la cumbre.

Esta actividad la repetía indefinidamente, subiendo la piedra y ésta rodando hacia abajo sin conseguir nunca que la piedra coronara la cima, una tortura de una tarea sin sentido, sin pausas, ni reposo, ni tiempos muertos, pues estos impedirían la inagotable condena.

En el trabajo, esta sisifemia se traduce en un cansancio mental del trabajador, y puede causar ansiedad, depresión, fatiga mental o procesos cardiovasculares, de acuerdo con el artículo La Sisifemi o el cansancio mental del trabajador incansable, prevención de la dismorfia de productividad y su alto riesgo psicosocial.

Según los autores, el trabajador tiene una visión distorsionada de lo que hace, y se siente frustrado por no estar haciendo lo suficiente, pues considera debiera hacer más para cubrir sus objetivos, aunque es consciente que hace todo lo que puede o más.

Al igual que la dismorfia corporal (trastorno que consiste en el rechazo explícito a un atributo físico del propio cuerpo, que suele ser inapreciable o exagerado), la dismorfia de productividad es una visión distorsionada de la realidad, de una preocupación obsesiva, excesiva y ansiosa por hacer más para calmar el sentimiento de frustración o fracaso por sentir que no se está siendo lo suficientemente productivo en el trabajo.

“En esa ‘compulsión por hacer más’, se terminan perdiendo los límites entre trabajo, ocio, descanso y vida personal”, refieren los autores.

Los efectos de la sisifemia en el trabajador

El hecho de que un colaborador no ponga remedio a su dismorfia de productividad, que mina su confianza, su autoestima, su salud y su bienestar, lo enferma de agotamiento mental, dicen los investigadores.

“Quien la padece se repite: ‘hoy no siento haya alcanzado el logro, el éxito en la tarea, o el mérito del trabajo, pero mañana será posible, si hago más’; expresando insatisfacción y una conciencia o visión distorsionada de que no existe algo más que trabajar; incapaz de apreciar que menos trabajar, de forma agotadora e incansable, puede ser trabajar más y mejor”, señala el artículo.

De acuerdo con Vicente Pardo y Araceli López-Guillén, la sisifemia afecta a personas perfeccionistas, con alto sentido de responsabilidad, responsables, adictos al trabajo, competitivas, meticulosas, obsesivas, perfeccionistas.

Las profesiones que más afecta la sisifemia son las que requieren un trabajo intelectual. “En estos tiempos que vivimos sería más fácil decir a quién no afecta que a quién afecta, pero es propio de actividades en banca de alta responsabilidad, medicina, abogacía, informática, altos funcionarios de la administración, ciencias de la información, gerentes, directores en empresa, responsables de seguros”, comparten.

Las organizaciones pueden ayudar a reducir los casos

Los autores del artículo refieren que compete a las organizaciones promover actitudes saludables de sus trabajadores, actuar de manera preventiva y detectar comportamientos dañinos del trabajador; hoy en México existe la Norma-035 para prevenir los riesgos psicosociales y de violencia laboral en los centros de trabajo.

“Así mismo modificar comportamientos organizacionales no saludables, actuando con adecuación de cargas excesivas o apremios sobrepasados, adecuación de plantillas y reposición de vacantes, evitando la sobreexplotación y “cuidar” a los trabajadores en esta situación de riesgo”, explican.

Las organizaciones deben evitar que el trabajo se vuelva una fuente de enfermedad, y también pueden prevenir que los colaboradores abandonen el empleo por sentir que su manera de trabajar es poco saludable, consideran.

Periodista especializada en temas financieros y económicos; hoy también escribe sobre empleo, carrera, políticas laborales, salud mental en el trabajo, desarrollo profesional, marca personal.

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