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Trabajo sin salario gana terreno en el mercado laboral
En la segunda mitad del año, el trabajo no remunerado ha mantenido un crecimiento constante. En noviembre, esta condición aportó casi la mitad del aumento en los niveles de ocupación.
En noviembre el mercado laboral sumó a 444,035 personas a la población ocupada, casi la mitad de los nuevos puestos de trabajo estuvieron impulsados por el trabajo no remunerado, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) clasifica en el trabajo no remunerado al “personal ocupado que no recibe ningún tipo de pago (monetario o en especie), por su ocupación. Aunque es susceptible de recibir algún tipo de prestaciones”. En el penúltimo mes del año, 220,000 personas se sumaron a esta condición.
Con este crecimiento, el trabajo sin pago abarca a 2.5 millones de personas, lo que representa 400,000 ocupados más en esta condición de los que había antes de que la pandemia de Covid-19 afectara el mercado laboral.
Hasta el tercer trimestre del año, el empleo no remunerado era uno de los de mayor crecimiento junto con el trabajo por cuenta propia, mientras la tasa de trabajo subordinado reportaba una tendencia a la baja.
Durante la segunda mitad del 2022, el trabajo sin remuneración no ha dejado de crecer. En lo que va del año esta condición de ocupación ha incrementado 8.8% y en términos absolutos ha sumado a 208,693 personas.
Las mujeres abarcan el 61% de toda la ocupación sin salario. De hecho, el 90% del crecimiento de este tipo de trabajo en noviembre se concentró en la población femenina, pasaron de 1.3 a 1.5 millones de mujeres en esta condición.
De acuerdo con la definición del Inegi, en esta categoría se pueden encontrar personas que trabajan en negocios familiares, además de prestadores de servicio social, becarios y participantes de programas de empleo.
En su momento, José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), explicó que el crecimiento del trabajo independiente está vinculado con el incremento del trabajo no remunerado.
“El autoempleo implica ocupaciones que requieren la contribución de familias, sobre todo de hijos, esposa o esposo, que contribuyen a ese pequeño negocio, pero por el cual no reciben un salario”, comentó en entrevista con El Economista.
Trabajo subordinado se fortalece
En el otro extremo, el trabajo subordinado sumó a 284,054 personas a la población ocupada en el penúltimo mes del año. Con este incremento, los subordinados llegaron a 40.1 millones de personas, la cifra más alta en términos absolutos desde que se tiene registro.
De la mano del crecimiento del trabajo remunerado se observó una mejoría en las condiciones laborales de las personas que se emplean en esta condición. Por un lado, disminuyó en 317,730 personas la población que trabaja más de 48 horas por semana; es decir, por arriba del límite legal.
Por otra parte, 125,677 personas se incorporaron a un empleo con prestaciones, lo que ayudó a compensar la suma de 80,000 personas al trabajo subordinado sin prestaciones.
En los movimientos del mercado laboral los renglones de empleadores y trabajo por cuenta propia reportaron pérdidas. El primero tuvo una reducción de 55,319 ocupados; en tanto, el trabajo independiente tuvo una contracción más ligera de 4,923 personas ocupadas.
A pesar de la ligera baja en el trabajo por cuenta propia, esta condición tiene 1.2 millones de personas adicionales a la población que abarcaba antes de la pandemia de Covid-19 y sus efectos en el mercado laboral.