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Opinión

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Contienda electoral en marcha

El odio es la más amable de las pasiones y la tengo en mi alma. Victoriano Huerta

La contienda electoral por la que transitamos se ha desarrollado con un gran desaseo, principalmente por la violación cotidiana de la Constitución y la ley, con lo que se lastima nuestra democracia y pone en peligro al tejido social.

En esta dictadura de partidos, cuya falta de visión de futuro es evidente, sus jerarcas definieron las candidaturas en su propio beneficio, de sus parientes, de sus amigos y para cubrir con el manto de la impunidad a políticos de dudosa solvencia moral. Por su parte, la ciudadanía votante sólo será –otra vez- usada para legitimarlos con su sufragio. Eso quizás explique por qué para la candidata oficialista el máximo acto de la democracia que es el voto, es sólo un trámite.

La contienda tiene el único afán de obtener cargos de elección popular, vivir del presupuesto y ejercer el poder.

Se han aprovechado los medios y las redes sociales para denostar, descalificar y mentir, así como para hacer ofrecimientos absurdos de regalar más dinero del erario, como si fuera una subasta de compra a futuro de voluntades, y ocurrencias que distan de parecer propuestas serias para gobernar. 

Los ánimos caldean, aumentan las actitudes rijosas y groseras, y se avanza en el uso de expresiones vulgares en los dichos, de candidatas, candidatos y dirigentes partidistas que distan de ser mensajes políticos. Se hace alarde del uso de supuestas expresiones populacheras que son simples groserías para denigrar y señalar. Es triste ser testigos de cómo se hace alarde de la ausencia de ideas y del bajísimo nivel de la política en nuestro país. 

Aunque en una contienda electoral existe una natural división entre simpatizantes y militantes de partidos políticos, no se recuerda, en tiempos recientes, la desbordante polarización que hoy nos agobia, en mucho propiciada por el mandatario. Todos los días, el presidente ofende, calumnia y descalifica a los ciudadanos, principalmente desde su “tribuna de linchamientos” que son las mañaneras.

Una de las deleznables características de este proceso electoral es la violencia traducida en asesinatos, atentados, secuestros y amenazas en perjuicio de candidatos o aspirantes a candidatos, muchos han preferido retirarse de las contiendas.

El pasado domingo se realizaron en diversas ciudades de México y de otros países movilizaciones de la “Marea Rosa”, en la Ciudad de México el gobierno procuró sabotearla al aplicar el “hoy no circula”, que se levantó al término del evento, y colocar más vallas aprovechando la presencia del supuesto plantón de “maestros” disidentes para estorbar y atacar a sus participantes. El mandatario autorizó –como si fuera de su propiedad- que se izara la bandera, porque “es un símbolo de todos los mexicanos”, incluso de aquellos que él denomina como “traidores a la patria”, ya que no comulgan con él. Olvidó que fue electo como presidente de todos los mexicanos, en vez de eso durante todo su mandato excluyó e impulsó una grave polarización. Nunca se reunió con las oposiciones.

Como se escuchó en las distintas plazas, los integrantes de la “Marea Rosa” expresaron de -manera unánime- su repudio al mandatario y a su gobierno. 

Por la noche del mismo domingo se realizó el tercer y último debate entre los contendientes a la Presidencia de la República en el que la candidata opositora expuso los trazos tendentes a restaurar el tejido social, ofreció que su gobierno sería para escuchar, no para insultar; para respetar, no para humillar; para unir, no para dividir; para recuperar la posición que merece México en el escenario internacional, rescatar el denigrante servicio exterior, entre otros, y planteó cuestionamientos de los resultados del actual gobierno. La candidata oficialista se mantuvo fiel a su jefe, expuso datos ficticios en torno a homicidios y feminicidios, percepción de inseguridad, pandemia e inversión extranjera, entre otros, evadió responder los cuestionamientos que se le plantearon y confirmó su oferta de continuar con las políticas del mandatario saliente. Por su parte el candidato, comparsa del partido oficial, descalificó a ambas candidatas, principalmente a la opositora. Ninguno explicó cómo podría transformar en realidad sus ideas ni abordó lo relativo al reto del envejecimiento de la población.

Teniendo en cuenta la muy precaria y generalizada situación económica, sanitaria y de seguridad pública de la mayoría; los desplazamientos involuntarios; el reclutamiento de niñas, niños y adolescentes por parte del crimen organizado, y los constantes apagones, principalmente, nos encontramos inmersos en un caldo de cultivo para la violencia y para el odio. 

Hoy estamos sumidos en una debacle integral que ha conducido al país a un giro hacia un nacional-populismo de “izquierda” cuyas acciones no permearon en beneficio de la población ni del desarrollo del país. Cada día se comprueba que la “transformación” significó destruir y dilapidar. 

Aunque hablar de unidad parece hoy ingenuo, deseamos y proponemos que en la próxima administración se disipe la polarización por encima de cualquier división, de partido o ideología. Recordemos que el diálogo es la vía de distensión.

En pocos días los votantes tendremos la oportunidad de decidir el futuro de México, la moneda que definirá nuestra suerte está en el aire: democracia o autoritarismo. 

Recordemos que la auténtica democracia impulsa la cultura de la paz y propicia, de manera creciente, una participación más activa de la población para encontrar nuevas formas de relacionarse en las que se escuche y no se insulte, en las que se privilegie la responsabilidad personal, el respeto al otro y la utilización del diálogo para el desarrollo colectivo. Todo ello para hacer posible la concordia, la restauración de nuestro tejido social y recuperar el rumbo del desarrollo sustentable que beneficie a todos. Es la concordia indispensable para comprender a nuestros semejantes y la generosidad para dar sentido a la coexistencia.

Este 2 de junio vayamos por el camino de la Ley, que se respete la garantía de nuestros derechos y libertades.

No olvidemos que entre más unidos estemos seremos más fuertes, entre más divididos, más débiles. 

Participemos, sacudámonos la apatía.

*El autor es abogado y mediador profesional. 

Contacto: mediador.negociador@gmail.com

X: @Phmergoldd

 

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