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¿Es necesario adivinar el futuro para poder invertir?
Muchas personas han escuchado o leído tanto en medios digitales como en impresos sobre los análisis que hacen los economistas de los diversos bancos nacionales y extranjeros. Estos expertos dan un panorama global y local y ponen el foco en los acontecimientos geopolíticos. Utilizan estadísticas, estudios, modelos, así como reportes de distintos sectores para plantear proyecciones económicas o financieras que, en este caso, orienten sobre las inversiones en determinados activos.
A veces, la complejidad del lenguaje con la que se expresan, pueden intimidar al pequeño ahorrador e inversionista ajenos al mundo de la economía y las finanzas, pareciendo que el éxito y la seguridad financiera están reservados para los expertos, quienes pueden adivinar el futuro para dilucidar en qué invertir el próximo año.
Afortunadamente, esto no es así. No es necesario adivinar el futuro para poder acumular un capital financiero que permita hacer frente a los compromisos o cumplir con las metas propuestas.
No es necesario contar con clarividencia para separar de forma recurrente una parte de los ingresos por pequeños que estos sean, para conformar un fondo de emergencias que sirva en caso de enfrentar un imprevisto.
No se requiere de una pitonisa para saber que algún día se llegará a la edad de retiro durante la cual cada persona deberá financiar sus gastos con lo que haya ahorrado en su fondo de pensiones, público o privado.
No es necesario saber el día exacto en la que se sufrirá alguna enfermedad o padecimiento que requiera hospitalización o intervención quirúrgica para contratar un seguro de gastos médicos mayores.
Tampoco se requiere conocer la fecha exacta del día en que se morirá, al estilo de la película dirigida por Ridley Scott, Blade Runner, para comprar un seguro de vida o de gastos funerarios.
Lo que sí se requiere, en cambio, es planeación, administración de los recursos y de disciplina para apegarse al plan de ahorro y de inversión que se haya diseñado, así como al vehículo financiero elegido de la mano de un asesor, pues existen muchas alternativas en el mercado. Por ejemplo, existen cuentas de ahorro sin saldo mínimo ni comisiones. También, pagarés bancarios y fondos de inversión.
Cuando se habla de hacer crecer el dinero, conviene tener en cuenta y seguir el sabio consejo de las abuelas: “no poner todos los huevos en la misma canasta”. La diversificación de las inversiones es, quizás, el principio financiero más poderoso que existe.
Esta es una época para celebrar, cerrar ciclos y para plantearse las metas que se quieren lograr en el futuro. Hay que tener presente que no bastará con el deseo, pues en algunas, hará falta el dinero para alcanzarlas.